Durante una rueda de prensa, Ken Salazar afirmó que la clave para reducir la migración radica en impulsar el desarrollo del sureste mexicano, en estados como Chiapas. Citó proyectos como el Corredor Interoceánico y destacó la necesidad de avanzar en estas iniciativas para mejorar las condiciones económicas y sociales de la región.
Además, urgió a trabajar coordinadamente con Guatemala para abordar la inseguridad en la frontera sur.
En el tiempo que le queda como embajador, Salazar planea continuar sus visitas a lugares clave del sureste, como Palenque, Tabasco y Mérida, donde destacó la apertura de un consulado estadounidense.
El diplomático señaló a Venezuela, Nicaragua, Haití y Cuba como los principales países de origen de los migrantes hacia Estados Unidos. Atribuyó la crisis migratoria en estas naciones a gobiernos no democráticos, inseguridad y economías colapsadas, enfatizando el caso de Haití como un país sin estructuras gubernamentales funcionales.
También recordó que cuatro estados mexicanos —Chiapas, Michoacán, Guerrero y Guanajuato— concentran gran parte de la migración interna hacia Estados Unidos debido a la inseguridad.
Salazar instó a la presidenta Claudia Sheinbaum a priorizar la seguridad e implementar estrategias similares a las desarrolladas durante su gestión en la Ciudad de México.
Drogas y migración: reto binacional
Salazar evitó comentar sobre el intercambio de declaraciones entre el presidente electo Donald Trump y Claudia Sheinbaum, quien respondió a las amenazas de aranceles por el tráfico de fentanilo.
No obstante, enfatizó que los problemas de drogas y migración son complejos y requieren cooperación entre ambos países. “Estoy de acuerdo con Sheinbaum en que el consumo en EU es parte del problema, al igual que el tráfico de armas hacia México”, concluyó.