En la última conferencia matutina del año, la presidenta Claudia Sheinbaum ofreció una actualización sobre la creciente violencia en Sinaloa, un estado que ha sido testigo de intensos enfrentamientos desde la captura de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes del cártel de Sinaloa, durante el verano pasado. Esta detención provocó un violento reacomodo entre las bandas criminales, generando una espiral de violencia que ha dejado centenares de muertos y mantiene en vilo a la población.
En respuesta a la situación, Sheinbaum anunció que el gobierno federal ha reforzado la presencia de las fuerzas de seguridad en el estado. Desde julio, 2 mil efectivos de las fuerzas armadas fueron destinados a la región, y recientemente se sumaron otros 200 agentes. La mandataria destacó la importancia de la coordinación entre diversas instancias de seguridad, como la Guardia Nacional, el Ejército, la Secretaría de Marina y las autoridades locales, en un esfuerzo por restaurar el orden y hacer frente a las bandas criminales que operan en la zona.
“El gobierno de México trabaja de manera conjunta, tanto en la atención a las causas como en el reforzamiento de la seguridad, con un enfoque en el combate a la impunidad”, declaró Sheinbaum. Sin embargo, también señaló que no se puede abordar la violencia solo desde el ámbito policial, sino que es necesario entender y abordar las causas profundas que la generan. En este sentido, la presidenta mencionó que aún está pendiente esclarecer cómo se dieron los hechos que rodearon la captura de Zambada, así como la posible participación de agencias de seguridad extranjeras, particularmente de Estados Unidos, en este proceso.
Sheinbaum también hizo referencia a los esfuerzos del gobierno para mantener una presencia constante en la región. En este sentido, se mencionó que el próximo 9 de enero se presentará un informe del Gabinete de Seguridad, en el cual se detallarían los avances en Sinaloa y otras entidades del país. Este informe tendrá como objetivo mostrar los resultados de las acciones tomadas por el gobierno para contener la violencia en Sinaloa y otras regiones de México.
La mandataria también se refirió a la controversia suscitada por un reciente reportaje publicado por The New York Times, en el que se exponían supuestas fotografías de laboratorios de fentanilo en México. A raíz de este informe, Sheinbaum cuestionó la veracidad de las imágenes presentadas y aseguró que los métodos de producción mostrados en las fotografías no se correspondían con la realidad conocida por las autoridades mexicanas. A pesar de reconocer los peligros del fentanilo y otros productos sintéticos, Sheinbaum enfatizó que, aunque el consumo de fentanilo en México está en aumento, aún no alcanza los niveles alarmantes observados en Estados Unidos, donde la crisis de salud pública vinculada a esta droga ha alcanzado proporciones devastadoras.
“En México no existe el mismo nivel de consumo de fentanilo que en los Estados Unidos, pero estamos comprometidos a evitar que la situación se agrave”, declaró la presidenta. En su intervención, Sheinbaum hizo un llamado a la colaboración internacional para frenar la producción y tráfico de fentanilo, subrayando que el control de los precursores químicos que provienen de Asia es crucial para contener el avance de esta crisis.
Sheinbaum también aprovechó para señalar que, en el caso específico del reportaje de The New York Times, el medio estadounidense ha repetido casos similares en el pasado, lo que, en su opinión, obstaculiza un combate efectivo contra el narcotráfico y la crisis de fentanilo. Según la presidenta, la publicación de este tipo de reportajes sin responsabilidad y rigor científico contribuye a una desinformación que dificulta el trabajo conjunto de los gobiernos para combatir estos flagelos.
El combate al crimen organizado en Sinaloa y en todo el país sigue siendo uno de los mayores desafíos para el gobierno de México. A medida que la violencia persiste en la región, las autoridades continúan reforzando las medidas de seguridad y trabajando en estrategias que busquen no solo la detención de los líderes criminales, sino también la atención a las causas que originan estos fenómenos de violencia. Sin embargo, la situación sigue siendo compleja, y la coordinación entre México y otros países, como Estados Unidos, será fundamental para hacer frente a estos problemas.