El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) anunció un avance significativo en la ampliación de su red de Salas de Hemodinamia, con la puesta en marcha de 22 nuevas instalaciones durante la administración del maestro Zoé Robledo. Esto eleva la cifra total a 74 salas operativas en todo el país y refuerza la capacidad de atención médica, principalmente en hospitales de Segundo Nivel.
De acuerdo con el doctor Efraín Arizmendi Uribe, titular de la Unidad de Atención Médica del IMSS, se espera alcanzar un total de 90 salas con la apertura de nueve en construcción y siete más contempladas en nuevos hospitales. Estas instalaciones están diseñadas para agilizar tiempos quirúrgicos y mejorar el diagnóstico y tratamiento de enfermedades cardiovasculares, cerebrales y otras patologías.
Atención médica especializada
En 2019, el IMSS contaba con 52 salas de Hemodinamia, la mayoría ubicadas en Unidades Médicas de Alta Especialidad (UMAE). Sin embargo, bajo la gestión actual, se priorizó la apertura de estas instalaciones en Hospitales Generales Regionales (HGR) y Hospitales Generales de Zona (HGZ) para garantizar que cada representación estatal del IMSS disponga de al menos una sala.
En 2021 se inauguró la primera sala de esta administración en Quintana Roo, iniciando un proceso de expansión que incluye, para 2025, nuevas instalaciones en Baja California, Campeche, Ciudad de México Sur, Colima, Chihuahua, Guanajuato, Guerrero, Sinaloa y Veracruz Norte.
Impacto en la salud de los pacientes
El doctor Arizmendi destacó que la productividad en estas salas ha crecido notablemente. En 2024, se realizaron 9,542 procedimientos, superando los 14 mil en el acumulado anual. Este avance ha sido crucial para tratar de manera oportuna infartos agudos de miocardio y otras afecciones, disminuyendo la mortalidad y mejorando la calidad de vida de los pacientes.
El especialista subrayó que el uso de stents y procedimientos mínimamente invasivos en las salas de Hemodinamia ha permitido evitar cirugías abiertas, reduciendo los tiempos de hospitalización y los riesgos asociados. Además, estas tecnologías se han diversificado para abordar problemas en órganos como el cerebro, hígado, riñones y vasos periféricos.
Aunque la tecnología médica sigue avanzando, el doctor Arizmendi enfatizó la importancia de la prevención de enfermedades crónicas. Promover dietas saludables, ejercicio regular y políticas públicas contra la obesidad y el consumo de azúcares es esencial para reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
Finalmente, destacó que incrementar la infraestructura de Hemodinamia es una deuda histórica del sistema de salud en México. Su ampliación representa un esfuerzo crucial para brindar atención oportuna, reducir la mortalidad y ofrecer a los pacientes una vida más saludable y prolongada.