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La presidenta de la Comisión de Asuntos Migratorios, Marcela Guerra Castillo, sostuvo un encuentro con el Papa Francisco en la Santa Sede, donde abordaron los desafíos que enfrentan los migrantes ante el endurecimiento de las políticas de deportación en Estados Unidos.
Durante la reunión, el Sumo Pontífice manifestó su preocupación por la creciente discriminación y las dificultades que enfrentan quienes buscan mejores oportunidades fuera de sus países de origen. En este contexto, hizo un llamado a fortalecer la solidaridad y la compasión entre las naciones para atender la crisis migratoria con un enfoque humanitario.
Guerra Castillo, quien asistió al Vaticano como parte de una delegación de la Cámara de Diputados, destacó que el Papa instó a los gobiernos a poner en el centro de sus políticas a las personas y sus derechos. Entre sus propuestas, mencionó la implementación de corredores humanitarios, la creación de programas de reasentamiento para refugiados, la concesión de visas de reunificación familiar y el establecimiento de estatutos de protección temporal para quienes se ven forzados a huir de sus países.
El Papa también expresó su inquietud por la crisis humanitaria en la selva del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, por donde cada año transitan miles de migrantes de diversas nacionalidades con la intención de llegar a Estados Unidos. Además, recordó su propia historia familiar como hijo de migrantes en Argentina.
Durante la audiencia, el líder de la Iglesia Católica citó su encíclica Fratelli Tutti, en la que subraya la importancia de acoger y proteger a los migrantes, así como de fomentar una mayor colaboración entre países para garantizar condiciones dignas a quienes se ven obligados a dejar sus hogares por pobreza, inseguridad o persecución.
El Papa reiteró que la dignidad y los derechos de los migrantes deben prevalecer sobre cualquier otra consideración y evocó la misa que celebró en Ciudad Juárez, a los pies de la cruz ubicada en la frontera entre México y Estados Unidos, como un símbolo del sufrimiento y la esperanza de quienes buscan una vida mejor.
Finalmente, la legisladora mexicana agradeció la invitación del Nuncio Apostólico en México, Joseph Spiteri, así como la hospitalidad del embajador Alberto Medardo Barranco Chavarría durante su visita al Vaticano.