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La iniciativa mexicana se abre paso. EU está a las puertas de una negociación en la que debe asumir su rol en tráfico de armas, cárteles locales y consumo de drogas

Seguridad pública y García Harfuch, a las negociaciones de Washington

La Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, comentó durante este inicio de semana que ha habido comunicaciones, “muy respetuosas”, entre los militares mexicanos y los estadunidenses, pero reveló que Omar García Harfuch habrá de sumarse a las negociaciones de Washington una vez que EU dé a conocer a su grupo negociador completo.

La introducción del sector civil que representa García Harfuch en la seguridad pública mexicana completaría el triuvirato que comandará las negociaciones ante los EU de Trump.

El canciller Juan Ramón de la Fuente, como cabeza del grupo negociador, Marcelo Ebrard en el sector comercial, verán complementada su labor con temas a los que Estados Unidos ha sido tradicionalmente reacio de asumir, pero que lentamente se han introducido en la agenda bilateral del último mes.

Como Crónica ha publicado desde hace días, la guerra del narcotráfico en México se nutre de armeras estadunidenses claramente identificadas, ligadas a tráficos no documentados de armas de alto poder, en el mejor de los casos, o bien francamente ilegales.

Además, ante las medidas estadunidenses anunciadas, como la declaratoria que catalogaría a los cárteles mexicanos en organizaciones terroristas, algo que permitiría atacarlos en territorio fuera de EU, la presidenta Sheinbaum señaló que es factible ampliar las demandas mexicanas contra las armeras.

Fatan sólo dos semanas para que la Suprema Corte de EU analice el tema de la venta indiscriminada de armas desde Arizona y Texas y en los últimos diez días, Marco Rubio (la cabeza de la negociación con México) ya se vio precisado a tratar el tema.

Los tres integrantes del triuvirato negociador (De La Fuente-Ebrard-Harfuch) están muy relacionados con el combate legal al tema del tráfico de armas. Ebrard inicio una demanda formal contra las armeras en representación de México, su sucesor en la Cancillería De la Fuente la ha seguido y Harfuch ha sostenido que frenar el abasto de armas a las bandas criminales es indispensable para evitar una escalada constante en la violencia.

Pero la incorporación de García Harfuch permite prever que el tema de seguridad pública se ampliara: desde sus tiempos en la Policía Federal, García Harfuch y los mandos de aquella extinta corporación sabían que sus investigaciones sobre los cárteles mexicanos terminaban siempre ligadas a cárteles estadunidenses, los de distribución final de la droga.

Parar a los cárteles mexicanos implica restarles potencia de fuego, sin embargo la sustitución de un grupo criminal por otro (el surgimiento de Jalisco Nueva Generación, es el ejemplo más claro) se da debido a que es en Estados Unidos donde está la demanda final de droga. Y la demanda final en los Estados Unidos ni se atiende ni se ataca.

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