
Del “llegamos todas” a una realidad lacerante donde en México hay más de 22 millones de mujeres excluidas del mercado laboral o desempleadas y quienes tienen un empleo el 80% de ellas gana salarios de Pobreza, que profundiza esa desigualdad social donde la peor parte la llevan las mujeres indígenas y las que tiene tres hijos o más.
A esta situación de exclusión se suman 17.7 millones de mujeres que, no están disponibles para trabajar por estar dedicadas a las labores de cuidado dentro de su hogar, sin paga alguna, según un reporte de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza elaborado con cifras del Coneval e Inegi
Son mujeres que, están imposibilitadas para buscar trabajo, porque deben dedicarse a la importante labor de cuidar a otros y a sus casas; mujeres que, en varios casos, podrían estar dispuestas a buscar un empleo para tener un ingreso propio y mejorar la situación de su familia.
Al inicio del mes, Brenda estaba muy emocionada por encontrar trabajo. Había hecho ya su solicitud número tres, pensando que su experiencia en ventas le ayudaría a encontrar algo mejor; sin embargo, no fue así. Después de varios intentos más, Brenda sólo recibía respuestas negativas y parecía que la oferta de trabajos disponibles se acababa.
Esto la tenía preocupada y no quería llegar a la situación de su amiga Coni quien fu e su compañera en el departamento de ventas, pero al tener su primer hijo tuvo que quedarse en su casa para cuidarlo. Nunca pensó que ello se volvería permanente por las condiciones del mercado laboral.
De acuerdo al reporte “La justicia Económica Pendiente”, de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, la exclusión que viven las mujeres desempleadas y dedicadas al trabajo del hogar viene acompañada también de situaciones de vulnerabilidad que terminan por profundizar las desigualdades sociales y llevarlas a sufrir otro tipo de violencias.
Las mujeres que trabajan lo hacen en condiciones precarias: de 24.3 millones que tienen un empleo, 80% no gana lo suficiente para comprar dos canastas básicas al mes, es decir tienen salarios de pobreza, y 60% no tienen acceso a seguridad social ni a servicios de salud.
Además, casi 2 de cada 10 mujeres asalariadas trabajan jornadas excesivas de más de 48 horas y cerca de la mitad (47%) no tienen contrato estable.
Pero las desigualdades laborales que enfrentan las mujeres aumentan con el número de hijos.
Para 2022, del total de mujeres que no trabajaron en el mes anterior, 40% tenían tres hijos o más según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022
Esto implica que la exclusión laboral de las mujeres empieza a agravarse cuando se van sumando características; como tener hijos o hijas pues ello las condiciona a no poder acceder a un empleo que le permitiría cumplir también con sus tareas de cuidado.
Es decir el tener un mayor número de hijos o hijas coloca en desventaja a las mujeres-
La ENIGH 2022, revela que del total de mujeres que no trabajan, 40% tienen tres hijos o más. Las que tienen dos hijos son 20% y con un hijo, 12%.
Además, conforme aumenta la cantidad de hijos, los ingresos que perciben son menores. Las mujeres con un hijo ganan, en promedio, 22,504 pesos por trimestre; con cuatro hijos, el ingreso es de 13,583 pesos por trimestre.
JOVENES EN PRECARIEDAD
A las mujeres jóvenes no les va mejor. En México hay 15. 6 millones de jóvenes oportunidad, es decir, personas de 15 a 29 años de edad que se enfrentan a contextos adversos y que los llevan a vivir en exclusión y precariedad.
De este grupo, 8.2 millones son mujeres, el 53% de los jóvenes oportunidad. Y de ellas, 3.8 millones se encuentran fuera de la escuela y del trabajo.
Otros tres millones están en esa situación por realizar labores domésticas y de cuidado.
Además, 2.7 millones están fuera de la escuela y tienen trabajos precarios; y 1.6 millones que, aunque siguen en la escuela, viven en hogares con pobreza.
INDIGENAS EXCLUIDAS
Pero ser mujer y ser indígena es una de las principales razones de exclusión laboral en México. En 2022 un total de 3.4 millones de mujeres indígenas estaban en esta condición.
Más de 80% de ellas, de 15 años o más, tenían nivel de escolaridad secundaria o menos. La ENIGH de ese año revela que 43% no tenían trabajo, y según el CONEVAL (2022), 7 de cada 10 estaba en situación de pobreza multidimensional.
INFORMALIDAD
De acuerdo al reporte de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza la inmensa mayoría de las mujeres trabaja en condiciones de informalidad, esto es, sin derechos laborales ni seguridad social.
Tan solo en el tercer trimestre de 2024 eran 13.4 millones, que representa 55% de las mujeres ocupadas. Y 82% de ellas tenían salarios de pobreza, menores al costo de dos canastas básicas.