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Los contingentes de la marea verde-morada nunca tuvieron la esperanza de ver a su primera Presidenta abrazarlas desde el balcón de Palacio Nacional

El 8M reclamó: “¡No llegamos todas, se mata a las mujeres delante de la gente!"

Alrededor de 200 mil mujeres volvieron a volcarse a una exigencia “ni una más violentada, ni una más acosada y ninguna más asesinada”. Cada vez más niñas se ven en estas manifestaciones. Son víctimas de bullying desde preescolar. Una pequeña con sus hermosos caireles acusaba en una pancarta a ‘Toñito’ que le jala los cabellos en el salón, y “nadie le dice nada”. Va en tercer año de kínder.

Como Clarissa, otras pequeñas iban sueltas, pero al lado de una adulta. Gritaban fuerte. Otra niña, de 8 años, Sofía, dijo que el feminicidio le quitó primero a su mamá y después a su tía, hermana de su papá. Su papá mató a su mamá. Y a su tía la mató su novio.

La marea verde-morada -dijeran algunos- gritaron lo mismo de siempre: “Ni una asesinada más”. Al cierren de esta edición, la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México, que encabeza César Cravioto, no había informado del grueso del contingente que desbordó la capital del país desde las 11:00 horas, cuando comenzaron a salir desde distintos puntos de la alcaldía Cuauhtémoc las manifestaciones con las que se conmemoró el Día Internacional de la Mujer.

Bajo un Sol inclemente, la marea de mujeres subía y bajaba en su intensidad protestante. En las demandas de justicia, las mujeres de todas las edades manifestaron no sentirse representadas por la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum. “Ella está más metida en los temas de Donald Trump”, comentaron algunas.

-Bueno, sobre el proceso electoral que tenemos en marcha, para designar a los jueces, por los que muchos no tenemos justicia, ¿crees que las mujeres debemos ir a las urnas?, se le pregunta a la bella Paola, administradora en una empresa trasnaciona, en la que sus jefes la han acosado de diversas maneras, tanto sexualmente como en lo laboral, esto último a cambio de no ceder a lo primero.

“Hay que ir a las urnas, pero sí le pedimos al INE que se comprometa a difundir quiénes son los candidatos. Sí creo que hay que ir a votar, elegir a más juezas, que la impunidad se vaya combatiendo”, dijo Paola.

En el contexto de esta conmemorativa manifestación, las magistradas Nelly Montealegre, exsubprocuradora capitalina, y Magda Zulema Mosri Gutiérrez, dan datos y asumen desde su trinchera la responsabilidad para disminuir el número de mujeres enojadas y marchando.

“En 2024, se abrieron 298 mil 798 carpetas de investigación por violencia intrafamiliar. Es el segundo delito más denunciado a nivel nacional, después del robo en sus diversas modalidades. De esas denuncias, no sabemos cuántas ya se desahogaron y se cerraron con justicia para las mujeres. Pero es alarmante el número de denuncias. Y desde el Poder Judicial nos debemos comprometer a no permitir la impunidad”, dice Montealegre.

Magda Zulema Mosri habla de su libro, de juzgar con perspectiva de género en el ámbito de la justicia administrativa.

“Es un libro realizado con diversos personas que aportan su conocimiento sobre la justicia administrativa. Debemos hacer aún más para garantizar los derechos de las mujeres. Estamos en un momento histórico al tener a la primera mujer Presidenta de México”.

Afuera, en las calles, las mujeres no ven que haya llegado el momento histórico de cambiar la impunidad con el arribo de Sheinbaum Pardo como la primera Presidenta de México.

“Señora presidenta, no llegamos todas”, reclamaron voces frente a la casa de quien gobierna México desde el Zócalo capitalino. Sí hubo rechazo a su administración.

Y Sheinbaum apagó a todas las demás

A las 18:40 horas se hacían comentarios: ¿Y que saliera la Presidenta?

“¡Esaaa seria la nota!"

No ocurrió. La Presidenta amuralló su casa de gobierno. Desde esa protección Sheinbaum fue la nota. “Ni un feminicidio más”, dijo en su conferencia.

La plancha principal del país se llenaba poco a poco de mujeres jóvenes, adultas y niñas que hacían pequeñas fogatas con sus carteles en modo de protesta.

En 2026, México sabrá si la marea verde-morado ha logrado conquistar la ley con perspectiva de género a través de una complicada elección de jueces, magistrados y ministros.

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