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Las dislipidemias, son conjunto de enfermedades que se caracterizan por niveles elevados de colesterol LDL (malo), de triglicéridos, así como niveles bajos de colesterol HDL –el llamado colesterol bueno-, que en casos extremos pueden desencadenar en un infarto al miocardio o embolias.
Estos dos eventos cardiovasculares son las principales causas de muerte en México y a nivel mundial, y las dislipidemias (niveles elevados de grasa en sangre), suele ser un factor determinante que incrementa el riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
Así lo explicó en entrevista con Crónica, el doctor Daniel Elías López, endocrinólogo especialista e investigador clínico del Departamento de Endocrinología y de la Unidad de Investigación en Enfermedades Metabólicas del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMN) “Salvador Zubirán”.
Dislipidemias por mutaciones genéticas o factores ambientales
Cabe resaltar que datos del sector salud estiman que el 36.7% de la población tiene dislipidemias, cuyo origen puede ser por mutaciones genéticas que causan hipercolesterolemia, es decir, niveles muy altos de grasa en sangre, y estos pacientes deben ser medicados desde temprana edad.
También están los factores ambientales relacionados con: obesidad, diabetes, sedentarismo, mala alimentación, sobre todo de productos ultraprocesados, refrescos, síndrome metabólico, vinieron a detonar las dislipidemias en amplios sectores de la población.
Padecimiento asintomático y subdiagnosticado
Al respecto, el especialista subrayó que a partir de que comenzaron a aumentar los niveles de obesidad en la población, ocurrió igual con las dislipidemias, con el problema de que hay un subdiagnosticado, porque es totalmente asintomático.
El también coautor y coeditor del libro “50 preguntas clave en dislipidemias”, advirtió que “muchos profesionales de la salud, sobre todo médicos de primer contacto desconocen de las dislipidemias”, no sospechan de éstas en el primer diagnóstico “y sobre todo desconocen como tratarlas”, ello, pese a que en la actualidad existen tratamientos que pueden reducir las dislipidemias y con ello reducir el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón.
Alertó que en las infancias y adolescencias, debido a que en los últimos años se ha observado un incremento en la tendencia de obesidad y sobrepeso, también se comienzan a registrar casos de dislipidemias.
Libro de especialistas para médicos de primer contacto
Respecto al libro “50 preguntas clave en dislipidemias”, el doctor, resaltó que es una coautoría junto con otros 25 especialistas en el tema, y el objetivo es que se convierta en una herramienta para el médico de primer nivel, en un lenguaje sencillo y accesible.
Estará disponible en su versión digital, gratuita, por parte de laboratorios Silanes para que los profesionales de la salud interesados puedan descargarlo.
Lo anterior, debido a que “realmente se invierte en muy pocas horas en las escuelas de medicina y de nutrición dentro de la currícula, al abordaje del manejo en el metabolismo de las dislipidemias, del colesterol y triglicéridos, por lo cual, la formación de los médicos generales de los nutriólogos suele ser deficiente en este sentido.
Qué niveles hay que tener en control
El doctor Elías López, sostuvo que el primer paso para controlar las dislipidemias es que toda persona después de los 40 años se hagan un tamizaje de lípidos, y monitorearse cada cinco años o antes en personas con antecedentes genéticos de alguna enfermedad cardiovascular.
Los niveles de triglicéridos deben ser menores a 150, por encima de dicha cifra ya es hipertriglicéridemia y entre más elevada la cifra, mayor es el riesgo a la salud.
Igual con el colesterol, que debe estar por debajo de 200, “y quienes están por arriba de eso ya tienen dislipidemia”.
Una vez iniciado el tratamiento para tener en control esas cifras, el endocrinólogo enfatizó la importancia del apego al tratamiento que por lo regular es de largo plazo, y no caer en la falsa creencia de que por no sentirse mal deben dejar los medicamentos, porque, recordó, se trata de una enfermedad asintomática.
Para las personas en general se deben procurar estilos de vida y alimentación saludables, evitar el sedentarismo, así como reducir lo más posible el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas carbonatadas.