
El congresista republicano Dan Crenshaw aseguró que el gobierno de Claudia Sheinbaum ha mostrado apertura para cooperar con Estados Unidos en la lucha contra los cárteles de la droga, una postura que, según él, marca un cambio significativo en la relación bilateral.
A través de sus redes sociales, el legislador y exmilitar señaló que en su tercera visita a Ciudad de México percibió avances en el combate a la producción de fentanilo, particularmente en acciones contra el Cártel de Sinaloa. En su publicación, destacó el trabajo del secretario de Seguridad federal, Omar García Harfuch, a quien describió como “el real deal” (alguien auténtico y con experiencia), subrayando que ha sido blanco de atentados en el pasado debido a su labor contra el crimen organizado.
Crenshaw sostuvo que la lucha contra los cárteles debe abordarse como un problema de insurgencia terrorista, lo que implica una estrategia conjunta entre agencias de ambos países. En ese sentido, reiteró que la administración del expresidente Donald Trump, a quien considera clave en esta política, ha dado prioridad a este tema.
Sin embargo, el legislador expresó su frustración ante la falta de acción en el Congreso de Estados Unidos, señalando que, pese a su labor como líder de un grupo de trabajo contra los cárteles, no ha recibido apoyo financiero ni logístico. Para atender esta situación, solicitó la creación de un Comité Selecto sobre los Cárteles, con el fin de centralizar esfuerzos legislativos y garantizar recursos para enfrentar el problema. Según Crenshaw, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, ya respaldó la propuesta.
El republicano enfatizó la necesidad de que el Congreso actúe con determinación, argumentando que la seguridad fronteriza de Estados Unidos está directamente ligada al control que ejercen los cárteles sobre las redes de tráfico de drogas y personas. “Si vamos a gastar dinero en la defensa de otras fronteras en el mundo, debemos empezar por la nuestra”, subrayó.
Las declaraciones de Crenshaw reflejan el interés de algunos sectores republicanos por adoptar una postura más agresiva contra los grupos del crimen organizado en México, un tema que ha generado debate en ambos países, especialmente ante propuestas previas de intervención militar por parte de legisladores estadounidenses.