Aunque el Estado mexicano ha avanzado con asumir que debe existir la justicia para mujeres aplicada con perspectiva de género y combatir así las diversas violencias que se ejercen contra este núcleo poblacional, la magistrada por oposición y presidenta de la Segunda Sección de la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, Magda Zulema Osri Gutiérrez, asegura que sí hay juzgadores comprometidos con aplicar la ley y combatir la desigualdad. Y reflejo de ello, dice, es el libro “La perspectiva de género en la justicia administrativa federal”.
En entrevista con Crónica, la maestra en gestión pública por el Tec de Monterrey explica que esta obra colectiva, de la que fue coordinadora, aporta mecanismos, herramientas, es un acercamiento para dotar de justicia administrativa a las mujeres.
-¿Qué aporta este libro?
-Es un testimonio que reconoce aquellas sentencias, medidas y votos particulares del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, aplicando las perspectivas de género y de derechos humanos, se exponen las metodologías perfectamente aplicables en su ámbito de competencia y que ofrecen una excelente opción interpretativa para garantizar los derechos de las personas justiciables. Son casos que se resolvieron por reproducción asistida, hostigamiento sexual y violencia obstétrica. Son algunos de los temas abordados en este libro, los cuales muestran la vitalidad de la justicia administrativa federal y de los criterios argumentativos que en ésta se aplican.
Mosri Gutiérrez, fundadora de la Comisión de para la igualdad de género dentro del órgano jurisdiccional al que pertenece, señala que como servidora pública está obligada a dar a conocer su trabajo, desde el que aporta su granito de arena en favor de la igualdad y el respeto de los derechos humanos, con la convicción de que la justicia administrativa no se quede atrás, pues advierte que hay una cifra muy marginal de casos que logran judicializarse, apenas 2 por ciento.
-Con la reforma judicial, ¿se puede preservar este avance?
-Hay un desafío enorme para la ciudadanía, pero también es una gran oportunidad para los juzgadores, que se recupere la credibilidad. Cifras del Inegi nos dicen que sólo 13 por ciento de las personas confía en su sistema de justicia, porque dicen que muchas hay muchos ‘moches’, cuesta dinero acceder, pero también hay un desconocimiento del pueblo de cómo está este modelo de justicia. Y aquí está libro del que hablo, porque es un gran testimonio de los avances que no se deben perder.
¿Cuál es su ánimo sobre el proceso electoral que está en marcha para elegir a las personas juzgadoras de México?
-Es la elección más importante, desde mi punto de vista, es la más importante del siglo, porque se elige a la mitad de las personas juzgadoras del Poder Judicial de la Federación, y de los de los poderes judiciales locales. Es muy relevante el desafío, de que, efectivamente, lleguen a los diversos cargos las personas con la formación, con la capacidad y con la experiencia. ¿Por qué digo esto? Porque el hecho de que seas designado no significa que va aparejada con la designación, con un chip de la sabiduría, pues no. Implican años de formación, de capacitación, pero sobre todo de integridad probada, personas incuestionables, éticas, correctas que tengan vocación y compromiso público y sobre todo un compromiso con la justicia. ¿Basta de impunidad, basta de corrupción!