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El titular del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, sigue bajo protección de las autoridades; sobrevivientes del incendio y sus familias reclaman ayuda del gobierno federal

A dos años de la tragedia en la estación migratoria de Ciudad Juárez la justicia sigue ausente

Integrantes del Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi) leyeron cartas abiertas frente a Palacio Nacional, para exigir justicia por las víctimas de tragedia en Ciudad Juárez (Mario Jasso/Cuartoscuro/Mario Jasso)

Se cumplen dos años del incendio en una estación migratoria en Ciudad Juárez, Chihuahua, lo que dejó 40 muertos y 42 heridos, y la justicia no ha llegado para las víctimas de esta tragedia, mientras que el titular del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, sigue en el cargo, a pesar de las demandas para que “pagué por las personas que fallecieron” el 27 de marzo del 2023.

Familiares de víctimas de la tragedia expresaron a través de un pronunciamiento dirigido a la presidenta Claudia Sheinbaum y al Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, que “nuestra vida es un antes y un después del incendio. Con todo nuestro corazón deseamos que nadie pase por esta pesadilla, que nadie se levante cada día con la ausencia de su ser querido, muerto en esas condiciones. Que nadie viva sin una extremidad, con recuerdos vagos por inhalar ese humo, con la vida rota.”

“Espero que los jueces hagan valer sus palabras y sus juramentos: velar por la justicia. Y que el señor Garduño pagué por las personas que fallecieron y las 27 lesionadas, porque su vida ya no es fácil para ellos”, subraya el pronunciamiento.

Familiares de los 40 muertos que dejó este incendio que exigen justicia sin que ésta haya llegado hasta ahora compartieron su sentir en un pronunciamiento en el que subrayan que han sido dos años sin nuestros seres queridos y con secuelas físicas y neurológicas profundas con las que viven.

En un documento que hicieron público y del que hizo eco el Instituto para las Mujeres en la Migración (Imumi), testimonios de sobrevivientes dan cuenta de la pesadilla que vivieron hace dos años, lo que les ha marcado heridas que tal vez nunca sanen, mientras que los responsables siguen libres bajo protección del gobierno.

Uno de los testimonios subraya que “durante estos dos años, después del incendio, mi forma de ser y mi personalidad ya no es como antes, perdí mucha memoria, ya no puedo respirar, ya no puedo descansar más, ya no puedo ver, veo borroso. El causante fue el incendio. Han pasado dos años, pero es como si hubiera sido ayer. El tiempo transcurre, pero el dolor sigue intacto. Nada ha cambiado ni mejorado; el impacto de aquella tragedia persiste. No puedo hablar bien por el humo que inhalé, tuve pérdidas de memoria y quemaduras de tercer grado en mi cuerpo, los doctores pasaron horas tratando de salvar mi brazo izquierdo. Antes era un joven, como todos, tenía muy buena memoria y no tenía ningún tema de salud, hoy todo es diferente.”

Otra vivencia de terror resalta que “el hecho de no abrir la puerta simplemente por la suposición de que escaparíamos, a dónde iríamos si estábamos como presos: descalzos, sin dinero, sin teléfono ni nada en esas cuatro paredes, con un calor insoportable que fue un escenario perfecto para que prendiera en llamas en minutos el lugar. Ya no puedo trabajar como antes, ya no puedo cargar cemento, cubetas pesadas, porque por lo que pasó me dejó muchos problemas en mi cuerpo, ya no puedo cargar cosas pesadas. Ya no tengo fuerza como antes. Tengo dos hijos por eso necesito de su ayuda señora presidenta.”

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