
Con el objetivo de avanzar en la entrega de la tarjeta del Banco del Bienestar, para recibir la Beca Rita Cetina a estudiantes de nivel secundaria de escuelas públicas en la ciudad de México, el pasado sábado se entregaron más de tres mil tarjetas a igual número de beneficiarios.
La cita fue en la Plaza de las Tres Culturas, en el conjunto habitacional de Tlatelolco, alcaldía Cuauhtémoc, hasta donde madres, padres y/o tutores de los estudiantes menores de edad, acudieron muchos de ellos antes de las 5 de la mañana, para poder asegurar que tendrían el plástico del Banco del Bienestar.
Al filo de las siete de la mañana, una hora antes del horario programado, ya estaban formadas más de 400 madres en su gran mayoría, algunos padres solos, porque su esposa tuvo que ir a trabajar, todos ellos documentos en el orden que se les había indicado a través de la circular que a todos se les hizo llegar a través de las escuelas, o los grupos de WhatsApp de los padres de familia.

Al que madruga...
Para quienes no hubieran podido ir ese día se informó que habría otra fecha, “pero yo no me quise arriesgar, porque el trámite según sé, concluye el 28 de marzo, mejor ya que me la entregue, más a la segura”, comentaba doña Remedios, vendedora ambulante de la alcaldía de Tlalpan, quien incluso, “mandé a mi esposo a que pusiera el puesto mientras yo me venía para acá, en el camión que rentaron... Costó 100 pesos por persona, y venía todo lleno, pero es mejor, porque así llegamos a la segura, además, no se van a ir hasta que el último haya terminado su trámite”.
Alrededor de las 7:30 de la mañana, la fila comenzó a avanzar, para entonces más de mil personas procedentes de diversas alcaldías ya estaban dispuestas a esperar el tiempo que fuera necesario para poder recibir el plástico con el cual recibirán un apoyo de 1,900 pesos bimestrales para la o el estudiante y 700 pesos adicionales en el caso de aquella familia por cada hijo más en ese nivel educativo.
Lo bueno que amaneció nubladito
Para sorpresa de propios y extraños, las y los servidores de la nación iban revisando los documentos y las personas comenzaban a ingresar a la Plaza, en donde ya estaban acomodadas más de 20 filas de sillas plegables, cada una con 50 sillas, para lo que parecía iba a ser una larga espera.
El comentario constante era: “pues qué bueno que amaneció nubladito por si nos tardamos mucho”, decía Sofía Mendoza.
Atrás en la fila, doña Rocío, abuela de dos gemelas, quien tuvo que hacer el trámite de sus nietas, —porque la mamá de las menores murió en la pandemia— y el papá de las adolescentes e hizo de doña Rocío tuvo que ir a trabajar, comentaba “pues si está nublado, ojalá que se quede así hasta que salgamos, pero que no nos vaya a llover”.
Muchas personas se sorprendieron por la organización de los Servidores de la Nación, quienes en orden como iba la fila, iban revisando los documentos de los tutores, y recogiendo la copia fotostática del INE, en donde se debía anotar el nombre del estudiante, escuela, turno y alcaldía.
Para las 9 de la mañana, quienes habían llegado alrededor de las 6:30 de la mañana, ya estaban prácticamente en la recta final, en espera de la última revisión completa de los documentos, que estos fueran avalados y recibir la tarjeta bancaria.
El único presente, Julio César León
Para esa hora, el propio Julio César León Trujillo, coordinador de Becas para el Bienestar Benito Juárez, quien pese a las fallas que se registraron en el sistema de audio, trataba de explicar a las madres y padres de familia, que el trámite sería rápido y que todas las y los servidores de la Nación, tratarían de ayudarlos aún a quienes no habían logrado hacer su registro en tiempo y forma para que no se fueran sin su plástico.
“Les tengo dos noticias, una buena y una mala: que hoy de aquí no se van sin su tarjeta del Banco del Bienestar, nosotros estamos aquí para ayudarlas en todo lo que podamos para que así sea”, el comentario generó aplausos de las asistentes.
“La mala noticia -añadió-, es que la dispersión del recurso todavía no está listo....”, la alegría de las madres de apagó por unos instantes, pero enseguida, León Trujillo agregó: “pero no se desanimen, por favor, el recurso va a caer en los primeros días de abril, así que ánimo, y vamos a concluir con este trámite”.
Para las 9:40 de la mañana, quienes habían madrugado y llegado a la cita antes de las siete de la mañana, en un horario de atención que se supone iniciaría a las 8 de la mañana, ya estaban fuera.
A lo lejos se observaba una larga fila afuera de una pequeña papelería, con un letrero que decía “te sacamos tu CURP”, en una segunda fila de espera estaban quienes llevaban su documentación incompleta, pero el comentario entre quienes esperaban a sacar sus copias era: “pues a mi me dijeron que ya no me tenía que formar, que me pasara directamente con ellos”.

El agosto de los ambulantes
Mientras, las y los ambulantes improvisados, vendían bolígrafos de tinta azul “llévelo llévelo... su pluma de tinta azul, acuérdese que todo lo que tiene que firmar adentro debe ser llenado con tinta azul y su folder, no deje de llevar su folder también”... las y los incautos que creyeron, compraron, adentro, al hacer los trámites, en las mesas de atención, sólo había que poner nombre y firma de la o el titular de la cuenta, y los servidores de la nación tenían bolígrafos disponibles para completar el trámite.
Socorro González, de la alcaldía Gustavo A. Madero, manifestó su extrañeza, porque en otras escuelas, sí entregaron en los planteles la tarjeta, “yo hasta pensé que iba a venir la jefa de gobierno... esta.... Brugada -¿cómo se llama?, cuestionó por unos segundos... ¡Ah, sí, Clara!, pero pos no, no vino nadie de ellos, pero que bueno que ya tengo la ayudita de mi chamaco”, dijo sonriente mientras se alejaba comiéndose un tamal en torta luego de haberse levantado a las 4 de la madrugada y dispuesta a regresar a su casa, ya con su trámite concluido.