La candidata a ministra de la SCJN propone una visión joven y socialmente comprometida para renovar el Poder Judicial, sin reciclar prácticas del pasado — Yo quiero una justicia con equidad y sentido social, es momento de la renovación y el cambio en el Poder Judicial de la Federación, dijo Ana María Ibarra Olguín, candidata a Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Una Corte que Escuche a la Gente
Añadió que la Corte necesita “una nueva visión, una justicia joven que escuche, que escuche de verdad a las personas y sus necesidades más sentidas”.
Minutos antes de iniciar su campaña en el Foro de la Alameda del Sur de la CDMX, conversó en exclusiva con Crónica y señaló que “no podemos reciclar más las prácticas del pasado, que mantuvieron al Poder Judicial elitista y alejado de la sociedad”.
De buen humor, ataviada con una blusa blanca, jeans obscuros, botines, y cabello suelto, dijo que es momento de transformación y cambio, “de elegir a qué jueces y juezas queremos y necesitamos”.
Dijo querer una Suprema Corte acorde a las necesidades actuales, con una nueva visión de la justicia.
¿En qué momento hubo una separación de las necesidades de justicia de la gente y quienes administraron este poder en las últimas décadas?, se le preguntó.
“La justicia se volvió elitista, se volvió muy formalista y solo podían acceder a ella quienes tenían dinero para pagar un buen abogado; nuestras cárceles están llenas de gente pobre porque la justicia se fue alejando, impidiendo un verdadero acceso para los que menos tienen”, respondió.
Añadió que “se fue inclinando hacia el poder del dinero y vimos en el proceso un fin en sí mismo con sus técnicas y formalismos tan difíciles de cubrir, cuando el juicio de amparo tendría que ser el instrumento más sencillo para que todos y todas podamos defender nuestros derechos”.

Acompañada por sus Padres, Francisco y Esperanza, reconocidos como luchadores sociales de izquierda, expresó que el Poder Judicial se volvió “un poder elitista y lo que ahora se busca es renovación y cambio, y por eso la nueva generación”.
¿No se puede echar vino nuevo en odres viejas?, se le preguntó.
“Necesitamos una nueva visión, necesitamos una justicia joven”, expresó inmediatamente.
Acerca la Justicia al Pueblo, Necesidad
Minutos más tardes, ante cientos de ciudadanos que ya la esperaban y la recibieron calurosamente en el Foro de la Alameda del Sur, en la Alcaldía Coyoacán de la CDMX, manifestó su propuesta para renovar al Poder Judicial de la Federación.
En su discurso, expresado con pasión y un lenguaje cercano a la gente, afirmó la necesidad de acercar la justicia al pueblo, para permitir que este elija a sus jueces y participe en la transformación del Poder Judicial, actualmente percibido como distante y afectado por la corrupción y el nepotismo.
Originaria de Torreón, Coahuila, desde donde vivió en su infancia las luchas sociales de sus padres, Ibarra Olguín llamó a las familias reunidas que le escuchaban atentas, y a quienes le seguían a través de la transmisión en vivo por sus redes sociales, a votar el próximo 1 de junio, en defensa de una reforma judicial en México.
Celebró la libertad de expresión como derecho fundamental para proponer su campaña, aún en contra de quienes quisieron impedir que la llevara a cabo.
Ibarra Olguín propuso la construcción de una justicia con equidad y sentido social, que escuche a los grupos vulnerables como las Personas con Discapacidad y los Indígenas, comprenda sus necesidades y utilice el derecho como una herramienta para reducir la desigualdad, impulsando un cambio profundo en el sistema judicial mexicano.
El Pueblo Sabe qué Jueces Quiere
Ibarra Olguín afirmó que el pueblo sí sabe qué jueces quiere y qué jueces necesita.

El pueblo está cansado, sufrió y decidió esta reforma judicial por los actos de nepotismo y corrupción que nos aquejan en la justicia en México, por esa justicia lejana, distante, que miraba con desdén las necesidades más básicas de la gente, expreso.
Planteó que hoy “es un momento de cambio y transformación; es momento de que juntas y juntos construyamos una justicia con equidad, con sentido social y responsabilidad institucional”.
Una justicia con equidad, explicó, porque aunque todos somos iguales ante la ley, “no todos venimos de dónde mismo, porque esta justicia ha servido a quienes tienen dinero y no a las personas pobres”.
Fue entonces cuando exclamó con firmeza que en México “las cárceles están llenas de personas pobres”.
Dijo que el derecho ha servido solo a aquellos que pueden pagar un buen abogado, pero los jueces sí pueden remediar esta desigualdad estructural.
“Estamos cansados de tanta discriminación, no solo en contra de los grupos vulnerables, sino también en contra de las personas más pobres, es momento de renovación y cambio”, explicó.
Es momento de utilizar al derecho como un instrumento igualador; “y sí se puede. Claro que se puede. Los jueces podemos con nuestros instrumentos tratar de reducir esta brecha de desigualdad”, indicó.

“¿Cómo podemos hacer esto? Juzgando con empatía, colocándonos en el lugar del otro”, expresó.
Dijo que aunque no es una Persona con Discapacidad, cuando juzga un caso de este tipo, tiene que ponerme en el lugar del otro, entender los problemas que estas personas sufren de accesibilidad y de ejercicio de sus derechos.
“Yo no soy una Persona Indígena, pero cuando resuelvo un caso de sus comunidades, tengo que entender el valor que para ellos tiene la tierra, el valor que para a ellos tiene la comunidad”, explicó.
Añadió que la igualdad, aunque es una idea tan básica, hoy es una idea revolucionaria.
“Y es una idea revolucionaria porque hay quienes no quieren cambiar, quienes quieren mantener el estatus quo es porque se han beneficiado, han obtenido sus privilegios a de los que menos tienen, se han enriquecido a causa de los pobres, a causa de sus necesidades, y esto lo tenemos que cambiar”, indicó.
Tenemos que construir una justicia con equidad y sí se puede, aseguró.
Una Justicia Joven, Juzgar desde la Izquierda
Ana María Ibarra Olguín manifestó que el pueblo quiere una justicia joven.
“Queremos una nueva visión de la justicia; yo crecí en Torreón, Coahuila, dentro de una familia modesta, mis padres luchadores sociales, me inculcaron los más altos valores que han guiado mi vida privada, pero también mi vida pública, y han sido mi brújula y mi guía cuando he resuelto los casos más difíciles”, reveló.
Enseguida afirmó que “sí se puede juzgar desde la izquierda, sí queremos juzgadores de izquierda, podemos avanzar hacia esta a esa utopía de la izquierda mexicana que es alcanzar la equidad; avancemos siempre a la utopía, avancemos a una justicia con equidad y con sentido social”, señaló.
Finalmente refrendó ante los presentes, su compromiso de “servir a una justicia que sí escucha, que sí resuelve, que sí remedia y que sí compensa las violaciones de los derechos humanos”.

Añadió que “hoy refrendo mi compromiso a juzgar desde la izquierda, a proteger la democracia, las libertades, avanzar hacia la justicia social; mi candidatura representa innovación, transformación, empatía y juventud”.
También, una nueva visión en la máxima casa de la justicia de México, en la Suprema Corte, y pidió “avanzar juntos y juntas a transformar la justicia en México por una justicia con equidad y sentido social”, y culminó en medio de la multitud que vitoreaba su nombre y quería tomarse selfies con ella, junto a sus padres, junto a los suyos.
“Es momento de una justicia con equidad y sentido social”: Ana María Ibarra busca transformar la SCJN