
La construcción del Tren Maya, una de las obras más ambiciosas del gobierno mexicano, ha generado diversos impactos ambientales en la Península de Yucatán, especialmente en las áreas cercanas a los tramos 1 al 7. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha reconocido los daños y ha puesto en marcha un plan integral de restauración para mitigar los efectos negativos sobre el medio ambiente.
Durante una conferencia, Alicia Bárcena, titular de la Semarnat, destacó la urgencia de llevar a cabo una restauración que contemple medidas específicas como la eliminación de mallas que bloquean el paso de fauna, la detención de la construcción de caminos secundarios en la selva y la protección del sistema de cavernas y cenotes, una de las joyas naturales de la región. Bárcena subrayó que estas acciones son esenciales para devolver la funcionalidad de los ecosistemas dañados.
Marina Robles, subsecretaria de Biodiversidad y Restauración Ambiental, también enfatizó la importancia de que la restauración sea llevada a cabo por las comunidades locales, como los productores de árbol de chicle, en lugar de delegar esta tarea a empresas ajenas al proyecto. Según Robles, las empresas involucradas en el Tren Maya han demostrado ser ineficaces en proyectos de reforestación.
La problemática de la fauna es otra de las grandes preocupaciones en la zona. La construcción del Tren Maya ha alterado las rutas migratorias de diversas especies, lo que ha generado un déficit en la conectividad ecológica. Las mallas que fueron instaladas para proteger ciertas áreas de la obra han resultado contraproducentes, pues han obstruido el paso de los animales. Ante esto, se están tomando medidas para su eliminación y la mejora de los pasos de fauna.
En cuanto al sistema de cavernas y cenotes, un atractivo ecológico fundamental en la región, la Semarnat planea implementarlo bajo una figura de protección especial, posiblemente como una reserva de la biósfera, para evitar su deterioro y garantizar su conservación a largo plazo. Esta es una de las principales acciones que se consideran dentro de las compensaciones por los daños causados por el proyecto.
Aunque las autoridades han abordado el tema de la restauración, también han dejado claro que los responsables de los daños deben asumir los costos de la restauración. Sin señalar a instituciones o personas específicas, la Semarnat ha indicado que la responsabilidad recae sobre quienes ejecutaron el proyecto, un mensaje claro de que las autoridades deben ser las primeras en rectificar los errores cometidos.