
El gobierno de EU ordenó a migrantes que ingresaron al país con permisos temporales tramitados mediante la aplicación CBP One, lanzada durante la administración de Joe Biden, que abandonen el país de inmediato.
Así lo informó el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), aunque no precisó cuántas personas serán afectadas por la medida.
Desde enero de 2023, más de 900 mil migrantes fueron admitidos utilizando esta plataforma, la cual otorgaba acceso legal por dos años, incluyendo permiso de trabajo, bajo una figura conocida como parole humanitario, que depende de una autoridad presidencial.
“Es hora de que abandone EU”La orden de salida fue enviada por correo electrónico y ya ha comenzado a circular en redes sociales. La Associated Press confirmó el caso de una familia hondureña que recibió el mensaje el pasado domingo. “Es hora de que abandone EU”, fue la frase central del aviso firmado por el Departamento de Seguridad Nacional.
Las autoridades instaron a los beneficiarios del programa a autodeportarse voluntariamente utilizando la misma plataforma con la que ingresaron, la cual ha sido rebautizada como CBP Home.
Washington justifica la medida como promesa de seguridad nacional“La cancelación de estas autorizaciones es una promesa cumplida al pueblo estadounidense para asegurar nuestras fronteras y proteger la seguridad nacional”, afirmó la oficina de medios del DHS en respuesta a cuestionamientos sobre la cancelación masiva de permisos.
Si bien los detalles sobre el número exacto de afectados permanecen sin aclarar, el anuncio representa un cambio drástico respecto al enfoque anterior, cuando CBP One se utilizaba como una vía ordenada y legal de entrada para solicitantes de asilo, especialmente de países como Venezuela, Haití, Cuba, Nicaragua, Colombia y países centroamericanos.
Incertidumbre entre mexicanos
La decisión ha generado temor y desconcierto entre las comunidades migrantes, en su mayoría de origen mexicano, que confiaron en el proceso legal promovido por el gobierno anterior. Muchos de los afectados ahora enfrentan el riesgo de deportación, a pesar de haber seguido los lineamientos establecidos por la propia administración estadounidense.
El giro de política coincide con un contexto electoral y de endurecimiento del discurso migratorio por parte del expresidente Donald Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca, y cuya narrativa ha presionado un cambio en la postura oficial respecto a la migración humanitaria.