Nacional

Se interrumpió charla en el Centro de Enseñanza para Extrajeros

Alertan sobre intolerancia en la UNAM por irrupción de “propalestinos” contra Margo Glantz

El Centro de Enseñanza para Extranjeros invitó a Margo Glantz para brindar una charla sobre viajes y literatura. Mientras esta plática se desarrollaba, este lunes, un grupo reducido de alumnos “propalestinos” irrumpió en el recinto y dio por terminado el evento.

El hecho, que lamentó este martes el Centro universitario, ha alertado nuevamente a diferentes sectores académicos sobre el anidamiento de la intolerancia en la Universidad Nacional. Aun en el caso de grupos reducidos, se trata de eventos en los que los alumnos activistas hablan abiertamente de vetar de las instalaciones universitarias a personajes que consideran non gratas, como en el caso de Glantz, a quien tildan de sionista.

Voces prudentes, como la de Raúl Trejo Delarbre, han hecho hincapie en la postura de estos jóvenes que representan un esbozo de intolerancia que debe ser señalada y denunciada, muy especialmente cuando se ejerce el cobijo de la gran libertad que la Universidad brinda a su comunidad para expresar ideas

Los grupos propalestinos (éstos que se señalan) están lejos incluso del morenismo, por lo que no puede suponérseles como un grupo veladamente destinado a apoyar a la 4T.

Se trata de grupos pequeños, muy poco representativos de sus escuelas (por ejemplo, el que irrumpió en la charla procedía de la Facultad de Filosofía y Letras), escuela donde el eco que se les genera es prácticamente nulo.

Esta intolerancia y su intención de vetar presencia de personajes que juzguen non gratos, por tanto, resultaría un huevo de la serpiente suelto, sin autorías, objetivos o intereses detrás claramente definidos.

El siglo pasado, Marcos Moshinsky, un físico que desde México se tuteo con los investigadores más relevantes del mundo en materia del estudio del átomo, alguna vez confesó que se reía cuando alguien le pedía hablar de tolerancia en la UNAM, pues contaba que había recibido insultos en sus pasillos y que cuestionaba la profundidad de esa tolerancia.

La solidaridad con Glantz, atacada ahora por ser judia cuando ya alcanza los 90 años de edad, ha puesto nuevamente sobre la mesa este tema

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