Roberto Illanes Olivares, abogado jalisciense con 26 años de experiencia en litigio, se presenta como candidato a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Identificado con el número 51 en la boleta morada correspondiente a los aspirantes al máximo tribunal del país, Illanes asegura que busca ofrecer una opción independiente y crítica dentro de un proceso inédito. A diferencia de otros contendientes, destaca por no haber ocupado nunca un cargo público.
“Nunca he sido funcionario, juez, magistrado, diputado ni senador”, afirma. Lejos de considerarlo una desventaja, cree que esa trayectoria “desde abajo” le brinda una visión más cercana a la ciudadanía: “He recorrido todas las instancias de impartición de justicia, desde una agencia del Ministerio Público hasta la misma Suprema Corte”.
En rueda de prensa expresa que su candidatura nace del hartazgo: “Estoy cansado, desesperado por la situación del país”, admite. Aun así, ve en la reforma judicial una oportunidad de transformación. “No la mitifiquemos ni la veamos como totalmente negativa. Aprovechando esa reforma, decidí lanzarme”.
Consciente de las limitaciones impuestas por el Instituto Nacional Electoral (INE), lamenta que a los candidatos se les permita hacer campañas políticas, pero sin herramientas políticas. A pesar de eso, su estrategia es clara: “No haré una campaña pesimista, pero tampoco me siento cómodo sonriendo o cantando cuando la realidad que vivimos es tan compleja”.
Illanes insiste en que su enfoque será serio y técnico: “Voy a hablar de cosas duras. No es mi estilo ser ligero. El electorado merece saber lo que está pasando”.
No hay promesas, solo compromiso
“Los candidatos a ministros no pueden prometer más allá de lo que ya exige la ley”, subraya. Por eso, lejos de ofrecer justicia pronta o erradicación de la corrupción (lo cual, recuerda, ya es una obligación constitucional), se compromete a ofrecer “alta especialidad en derecho y sensibilidad hacia las personas que juzga”.
Durante su campaña abordará temas complejos y sensibles, como los desaparecidos, la violencia contra las mujeres, la identidad de género y el aborto, pero siempre desde una perspectiva jurídica.
Illanes no oculta su escepticismo sobre la equidad en el proceso electoral. Considera que competir contra actuales ministras en funciones es desventajoso: “Tienen los reflectores naturalmente por su cargo. Sus opiniones son relevantes, pero han hecho un uso faccioso de su posición”.
Si bien coincide con el presidente López Obrador y la actual presidenta de la Corte en la necesidad de una reforma profunda, aclara que no pertenece a ningún partido. “Sí me han buscado partidos, pero no me voy a prostituir políticamente. No me voy a pintar de ningún color solo para conseguir votos”.
Aceptaría apoyo, aclara, siempre que no comprometa su independencia. “Si algún político me dice: ‘Nunca te voy a pedir que hagas lo negro blanco’, les diré que sí. Pero hoy, eso no ha ocurrido”.
Su campaña es autofinanciada
Asegura que su candidatura es posible gracias a sus padres y a sus clientes, no a redes políticas. “No voy a decir que soy del pueblo ni que traigo hoyos en los zapatos. Los tuve, pero ya no”. Financia su campaña con recursos propios y promete no exceder el tope de un millón 468 mil pesos impuesto por el INE.
“Muchos han rebasado ese límite en los primeros días. No será mi caso. Seré eficiente e inteligente”, sostiene, mientras invita a los medios y a la ciudadanía a seguir de cerca su propuesta: “No quiero aburrirlos. Quiero que me cuestionen con rigor. Así ustedes informan mejor, y nosotros damos mejores respuestas”.
Illanes es uno de los tres jaliscienses que aparecen en la boleta que se entregará a los ciudadanos el próximo 1 de junio en la elección; son en total 64 aspirantes a ocupar uno de los nueve cargos de ministros de la SCJN, cuatro hombres y cinco mujeres; en la contienda también están tres de las ministras actuales en funciones.