
Horas después de que el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) canceló el permiso para un millón de migrantes que ingresaron a Estados Unidos con la aplicación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que permitía solicitar asilo desde los límites norte y sur de México, el desánimo entre esta comunidad por conocer su futuro va en aumento, ya que la mayoría que tenía este beneficio han sido expulsado, lo que advierte que los albergues en la frontera norte de México podrían saturarse.
En Ciudad Juárez, una de las regiones que se han convertido en centro del fenómeno migratorio en la frontera común con México, organizaciones defensoras de los derechos humanos y refugios como la Casa del Migrante, señalan que perciben un aumento “alarmante” en la desesperación de los migrantes que están varados en espera de cruzar al vecino país, pero ante las medidas adoptadas, con mayor presencia militar de día y de noche, ven cada día más complicado cruzar, lo que “está afectando” a quienes esperan en México y también a quienes alcanzaron a cruzar.
El padre Francisco Javier Bueno Guillén, director de la Casa del Migrante en Ciudad Juárez, señala que “muchos (migrantes) de ellos se están comunicando con nosotros (desde Estados Unidos) pidiendo ayuda porque no saben qué está pasando y nos están enviando capturas de pantalla de lo que les llegó a ellos como notificación”.
Asimismo, el sacerdote refirió que entre 50,000 y 70,000 personas cruzaron por la frontera de Ciudad Juárez mediante esta aplicación tras estar en este refugio.
Por ahora, la Casa del Migrante opera con una capacidad muy por debajo de lo habitual, con solo 40 personas en los espacios disponibles para más de 500, pero ya se prepara para un repunte ante el aumento de retornos forzados.
El impacto de la medida se resiente hasta Tapachula, en Chiapas, la mayor ciudad de la frontera sur de México, donde los migrantes ya estaban desmotivados desde que Trump canceló en enero pasado las solicitudes del CBP One, que permitía a migrantes pedir asilo en EU desde esta zona.
“Hay una especie de ‘shock’, un golpe duro en el ánimo de la población migrante de cualquiera de las nacionalidades, porque el efecto Trump fue devastador y catastrófico porque sigue endureciendo su política migratoria”, dijo Luis Rey García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana. (Información de EFE)