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México entra en fase neutra del fenómeno ENSO en 2025. Conoce qué significa, su impacto en lluvias, ciclones y qué esperar del clima este año

Fase neutra en 2025: qué es y cómo impactará al clima en México

Paraguas en la Ciudad de México
La tercera onda de calor en México persiste, con temperaturas superiores a los 45 grados Celsius en 13 estados y altas temperaturas en 28 de las 32 entidades del país La tercera onda de calor en México persiste, con temperaturas superiores a los 45 grados Celsius en 13 estados y altas temperaturas en 28 de las 32 entidades del país (La ola de calor trae 45 grados en casi la mitad de los estados mexicanos pero habrá lluvia/EFE)

De acuerdo con un informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) y la NASA, el fenómeno climático conocido como La Niña ha llegado a su fin. Esta transición climática global ha marcado un nuevo capítulo en 2025 con la entrada oficial de México en una fase neutra del fenómeno ENSO (El Niño-Oscilación del Sur).

Este cambio, aunque menos mediático que sus contrapartes El Niño o La Niña, conlleva implicaciones significativas para el clima del país, caracterizadas por una alta variabilidad e incertidumbre.​

¿Qué es la fase neutra?

La fase neutra del ENSO se define por temperaturas del océano Pacífico ecuatorial dentro de los rangos normales, sin las anomalías cálidas de El Niño ni las frías de La Niña. Aunque en teoría debería traducirse en condiciones climáticas más estables, en la práctica puede generar una amplia gama de fenómenos meteorológicos, desde sequías hasta lluvias intensas, debido a la falta de un patrón dominante que regule el clima.

De acuerdo con el reporte de las instituciones antes mencionadas, esta transición climática, podría desencadenar precipitaciones y actividad ciclónica y hasta promedios históricos de temperatura. Asimismo, estipula que este cambio podría extenderse hasta finales de este 2025.

Impacto en México: clima impredecible

Para México, la fase neutra en 2025 representa un desafío considerable. Especialistas del Servicio Meteorológico Nacional y de la UNAM coinciden en que esta fase puede inducir eventos extremos breves y localizados, como olas de calor, lluvias intensas, sequías repentinas o incluso descensos inesperados de temperatura.

Además, la llamada “barrera de previsibilidad de primavera” complica aún más las proyecciones climáticas, ya que durante esta transición estacional los modelos meteorológicos pierden precisión, dificultando la anticipación de cambios abruptos en el clima.​

Ante este panorama, las autoridades y la población deben mantenerse informadas y preparadas para una amplia gama de escenarios climáticos. Es fundamental fortalecer los sistemas de alerta temprana, promover prácticas agrícolas resilientes y garantizar la gestión eficiente de recursos hídricos para mitigar los posibles impactos de esta fase climática.

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