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Especialistas en obesidad y nutriología, sostienen que desde el hogar se deben fomentar hábitos alimenticios sanos, horarios bien establecidos para comer e hidratación con agua simple

Cuidar el peso de niñas y niños, va más allá de sólo ver números en la báscula

cuidar el peso corporal La salud de las personas no sólo debe verse como los números en la báscula, sino tener buenos hábitos alimenticios (Archivo/cuartoscuro)

Cuidar el peso de niñas y niños va mucho más allá de cifras o tallas, se trata de brindarles un entorno que favorezca su desarrollo físico, emocional y social, sostuvo Lorena López Cervantes, nutrióloga especializada en obesidad y comorbilidades. 

En este mismo sentido, aseveró que determinar si un menor tiene un peso saludable no debería depender únicamente del número que marca la báscula, es necesario, enfatizó, tomar en cuenta herramientas como las curvas de crecimiento, el Índice de Masa Corporal (IMC) ajustado por edad y sexo, así como una evaluación clínica completa permiten detectar riesgos o desviaciones en el desarrollo.  

En este mismo sentido, enfatizó la relevancia de que dichas evaluaciones sean siempre interpretadas por profesionales de la salud. 

 

Cuidado y prevención, comienza en casa 

 

En su oportunidad, la nutrióloga clínica y especialista en obesidad y enfermedades metabólicas, Claudia Larrauri, enfatizó que la prevención empieza mucho antes de que un niño tenga sobrepeso, y se basa en los hábitos del hogar, “en lo que ponemos en el plato, en cuánto nos movemos, en lo que normalizamos frente a las pantallas o al momento de premiar con comida”. 

Destacó que lo más importante que podemos hacer por su salud es enseñarles, con el ejemplo, a relacionarse de forma positiva con su cuerpo y con los alimentos”. 

De cara al regreso a clases y la disposición presidencial de sacar de las escuelas la comida chatarra y productos ultra procesados, las especialistas resaltaron que la disposición representa una excelente oportunidad para ofrecer a las y los niños alimentos naturales y variados. 

Prioriza frutas, verduras, cereales integrales, leguminosas y proteínas magras, y evita los productos ultraprocesados, especialmente los altos en azúcares, grasas y sodio. 

También es importante establecer horarios regulares para el desayuno, comida y cena, con uno o dos refrigerios saludables, lo cual ayuda a evitar el picoteo constante y mejora la digestión. 

Fomentar el consumo de agua natural y limitar el consumo de refrescos, jugos industrializados y bebidas azucaradas, así como incentivar la actividad física diaria por lo menos 60 minutos al día de juego activo o ejercicio moderado a intenso, incluido, por ejemplo, bailar, correr, saltar o andar en bici son opciones divertidas y efectivas, y reducir el tiempo frente a pantallas, idealmente a menos de dos horas al día fuera del horario escolar. 

 

Hablar de salud, sin culpas 

 

En este contexto, es importante mencionar que el país enfrenta una crisis de salud pública, ante el alarmante incremento en población infantil y adolescentes con niveles de obesidad y sobrepeso. 

En la actualidad, uno de cada tres niños y niñas de 6 a 11 años presenta sobrepeso u obesidad, con lo que, de mantenerse esta tendencia, se estima que para 2035 más de la mitad de la niñez mexicana vivirá con exceso de peso. 

De ahí la importancia de que en las familias se logre hablar de peso saludable, sin la necesidad de hablar de dietas, ni de estándares estéticos, sino de asegurar que niñas y niños crezcan y se desarrollen de forma adecuada para su edad y contexto.  

Debido a que cada cuerpo es distinto, es importante no comparar ni estigmatizar, sino observar y acompañar, sin hacer comentarios negativos sobre el cuerpo, sino promoviendo la autoestima, el respeto y hábitos sanos desde el amor, no desde el juicio. 

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