El cáncer es la segunda causa de muerte en menores de 15 años, después de los accidentes, y es el primer motivo de muerte por enfermedad, aun cuando es altamente curable con diagnóstico temprano y tratamiento adecuado.
Así lo señaló Aurora Medina Sanson, jefa del Departamento de Hemato-Oncología del Hospital Infantil de México “Federico Gómez” (HIMFG), quien reiteró que un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado y oportuno del cáncer en menores de edad permite que hasta 75% de pacientes supere la enfermedad.
Con motivo del Mes de la Concientización del Cáncer Infantil, que se conmemora durante el presente mes de septiembre, por iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la especialista señaló que la leucemia representa 35% de todos los tipos de cáncer en edad pediátrica, y se diagnostica entre los seis y los 10 años en promedio, es decir, en la etapa escolar.
Cada año, este hospital atiende alrededor de 250 casos nuevos de cáncer y da seguimiento a 800 pacientes.
Algunos signos y síntomas del cáncer en infantes pueden ser inespecíficos cuando empieza, y parecidos a los de cualquier enfermedad común de la infancia, como puede ser fiebre, falta de apetito, fatiga y pérdida de peso, aunque aclaró que algunas manifestaciones están directamente relacionadas con cáncer, como aumento de volumen del abdomen o de otra parte del cuerpo.
Las leucemias por lo general se presentan con anemia, es decir, con insuficiencia de glóbulos rojos en la sangre, que se traduce en cansancio, debilidad, falta de interés en jugar y apatía.
También pueden presentar sangrado nasal, de encías o en la piel, o aparecer pequeños puntos rojos en la piel que se llaman petequias o moretones de mayor dimensión conocidos como hematomas, detalló.
Además, las leucemias pueden manifestarse mediante un síndrome llamado infiltrativo, que consiste en el crecimiento de los ganglios linfáticos, del bazo y del hígado, así como lesiones cutáneas, a consecuencia de que las células dañinas viajan a través de la sangre afectando distintos órganos y tejidos.
El llamado, dijo, es que si las niñas, niños y/o adolescentes presentan síntomas persistentes y progresivos o detectan aumento de volumen de alguna parte de su cuerpo, deben acudir a consulta médica.
Un diagnóstico temprano puede significar no solamente salvar la vida sino, incluso, en el caso de retinoblastoma, conservar los ojos o, en tumores óseos, preservar las extremidades, por lo que es necesario generar conciencia sobre la importancia de contar de manera creciente con diagnósticos en etapas tempranas de la enfermedad, alertó.
La especialista señaló que para poder tener un diagnóstico de la o el menor, es necesario iniciar con la revisión clínica basada en signos y síntomas, acompañada de análisis de sangre —biometría hemática— para obtener indicadores asociados con leucemia.
Respecto de otros padecimientos oncológicos pediátricos, la especialista explicó que los tumores del sistema nervioso central son los más frecuentes después de las leucemias, y están asociados con dolor de cabeza y aumento de la presión dentro del cráneo, vómito en proyectil, alteraciones neurológicas como cambios en la marcha y disminución de la fuerza.
Otros cánceres menos prevalentes son los tumores abdominales, dentro de los que se encuentran los renales, seguidos del cáncer hepático, de testículo y de ovario.
Sobre el tratamiento del cáncer en general, la doctora Medina Sanson puntualizó que existen tres pilares: quimioterapia, cirugía y radioterapia. Los dos primeros son de mayor uso en oncología pediátrica.
En la actualidad, existen terapias moleculares que se basan en identificar blancos específicos en cada neoplasia, bloqueando las vías que permiten que la célula maligna se divida.
Además, entre los recursos terapéuticos en oncología pediátrica está la inmunoterapia dirigida a moléculas y consiste en el empleo de anticuerpos monoclonales o terapia celular que actúan en contra de las células neoplásicas, mediante la estimulación del sistema inmunológico del paciente para que el propio cuerpo reconozca a estas células cancerosas y las destruya.
Recordó que el hospital infantil cuenta con los recursos diagnósticos y terapéuticos más avanzados y un equipo multidisciplinario integrado por especialistas en oncología, hematología, cirugía y radioterapia pediátricas, así como subespecialistas en todas las áreas de la pediatría, tanto médicas como quirúrgicas, además de una unidad de trasplante de células progenitoras hematopoyéticas y áreas de quimioterapia de infusiones y de quimioterapia ambulatoria.
Reconoció que el tratamiento contra el cáncer en el hospital continúa evolucionando, se atiende a menos pacientes que hace una o dos décadas, porque el tratamiento se ha regionalizado y se cuenta con más unidades de oncología pediátrica en todo el país y estos centros cuentan con más y mejores recursos terapéuticos.
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