Aportan mujeres 74% de horas dedicadas a cuidar niños, ancianos, enfermos y discapacitados…
Doña Yolanda ha cuidado toda la vida a su hermana, hasta hoy, cuando ambas han envejecido. “Sí hay un efecto emocional y físico. Se puede morir primero el cuidador que el enfermo, por la presión”
Reportaje | Parte 1
Yolanda cuida a su hermana Lilia desde que eran niñas a pesar de la falta de remuneración y de las adversidades económicas.
Ha sido cuidadora de toda una vida. En su recuerdo más remoto, aparece en auxilio de su hermana seis años mayor: en la ducha, a la hora de vestirse, de untarse crema y peinarse. Siempre ha sido así, hasta hoy, cuando ambas son ya adultas mayores.
“Mis padres se limitaron a proveer alimento y vestido, pero nunca atendieron la salud de Lily. Desde que éramos niñas yo tenía que ayudarla, hasta para amarrarse los zapatos. Con los años, los demás hermanos comenzaron a hacer su vida y se fueron, y nuestros padres murieron. Yo nunca me casé, sigo aquí en la casa de la familia y a mi me ha tocado cuidarla”, cuenta doña Yolanda Pérez, de 71.
Su hermana Lilia, quien está por cumplir 77, nació encorvada y con una discapacidad psicomotriz. Nunca fue a la escuela ni salió del hogar.
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Hasta el año 2000, cuando murió su padre -empleado de gobierno- y ella sobrepasaba los 50 años, fue sometida por primera vez a estudios médicos para documentar sus limitaciones físicas e intelectuales y así poder aspirar a una pensión por orfandad y a servicios médicos en el ISSSTE.
“Nos tuvimos que ir a juicio y andar de un hospital a otro. Todos los doctores concluyeron que ella era incapaz de valerse por sí misma y le otorgaron una pensión de 8 mil pesos mensuales. Con eso nos las arreglamos para los gastos. De por sí ya me hacía cargo de muchas de sus cosas, pero a partir de esa resolución, hace 24 años, soy responsable al cien por ciento de su cuidado”, asegura doña Yolanda, una entre millones de mujeres dedicadas en el país al llamado trabajo de cuidados no remunerado.
Horas
Según datos del INEGI, actualizados a 2022, las mujeres destinan en promedio el 64% de su tiempo total de trabajo a la semana a los cuidados directos e indirectos de familiares. Los hombres, en cambio, sólo el 27%.
De cada 100 horas enfocadas a esta labor, ellas aportan una tercera parte: 74%.
En México, en 8 de cada 10 hogares viven personas susceptibles de recibir cuidados, desde bebés, niños y adolescentes hasta ancianos, enfermos o discapacitados.
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Esta realidad en números fue retomada recién en el Senado de la República para elaborar una iniciativa de ley sobre el Sistema Nacional de Cuidados (SNC), la cual “garantice el derecho humano al cuidado digno, la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres y la erradicación de estereotipos y roles de género”. Uno de los objetivos es liberar obstáculos para las mujeres en rubros como educación, salud, empleo, participación social y política.
“Las personas cuidadoras remuneradas y no remuneradas son consideradas sujetas de derechos para recibir, por parte del Sistema Nacional de Cuidados, atención y capacitación, así como certificación de sus habilidades y saberes. Se necesita poner a su alcance servicios de contención para mantener la salud mental, psíquica y emocional, y evitar así su deterioro personal”, se señala en el proyecto.
Contempla socializar costos relacionados con estas tareas -generación de servicios públicos y regulación de oferta privada- y asegurar la corresponsabilidad entre familias y Estado, entre mujeres y hombres.
No es el primer intento a nivel legislativo. Hasta ahora los proyectos se han quedado truncados…
El tema fue incluido por la presidenta Claudia Sheinbaum en sus 100 compromisos de gobierno anunciados el pasado 1 de octubre en el Zócalo. El SNC, adelantó, comenzará en coordinación con el IMSS y el DIF.
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Desigualdad
“El que las mujeres realicen los cuidados no remunerados deviene en falta de autonomía económica. Es una actividad muy feminizada. El porcentaje de mujeres mexicanas con dedicación exclusiva a las labores del hogar y presencia de menores u otras personas necesitadas de cuidados se ubica muy por encima del promedio de América Latina, esa es nuestra desigualdad en México”, apuntó Edith Pacheco, especialista del Colegio de México.
Uno de los grandes retos para instaurar un SNC, dijo, es el presupuesto.
“El 36% del presupuesto está asignado a grupos prioritarios como niños, adultos mayores o discapacitados; si consideramos programas vinculados de alguna manera a los cuidados ya baja al 25 por ciento, pero si contemplamos programas específicos para repartir y reducir los tiempos de cuidados que dedican las mujeres, sin remuneración, bajamos hasta el 2%”.
En días pasados el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM organizó una mesa redonda en torno a este tópico. Pacheco y otros expertos participaron en el encuentro. Sus reflexiones y la información vertida ahí resultaron útiles para este texto…
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Aunque en las últimas décadas las mujeres han ganado espacios en el mercado laboral, alcanzando alrededor del 34 por ciento de su tiempo (según el INEGI), esta tendencia no ha ido acompañada de una descarga de los trabajos domésticos y cuidados no remunerados.
Oxigeno
Doña Yolanda ha perdido de manera progresiva el oído y la han operado dos veces de la vista, la última para colocarle un injerto de protección a la retina. Ya no es la misma de antes, pero redobla esfuerzos cada día para cuidar a su hermana.
Lilia es una mujer alegre. Aunque casi no habla, insiste en mover su mano en señal de saludo y sonríe. Con el tiempo, a su problema psicomotriz se ha sumado la hipertensión, afecciones cardiacas e intestinales y un déficit en los pulmones, por lo cual debe usar oxígeno de forma permanente: de 2 a 3 litros por minuto. Aun así, anclada en la esquina de un sillón, atada entre mangueras, sonríe, sonríe.
“Ya hablé con todos mis hermanos, pidiéndoles apoyo, pero me ignoran. Sin ayuda, es probable que pronto caigamos las dos, o caiga yo primero. He perdido varias citas médicas, porque no la puedo dejar. Cuando la llevo a consulta, hay que sostenerla, porque tiene un temblor en las manos y de repente se tambalea, y luego cargar el cilindro portátil, cada vez es más difícil. He tenido que hablarle a un sobrino para que nos ayude”, narra doña Yolanda.
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“Me siento incompleta, deprimida, nerviosa. Cuando estoy muy tensa me duele todo, me voy a la clínica y me dicen que el dolor está en mi mente, me mandaron una pastilla para dormir. No tengo vida propia. Me gustaría hacer manualidades, bailar, aprender computación, pasear, ir a platicar con mis amigas, tener una actividad diferente que me haga sentir plena, pero no puedo. Sí hay un efecto emocional y físico. Se puede morir primero el cuidador que el enfermo, por la presión”.
Pero no se rinde…
“Me siento obligada con Lily porque la quiero. Decían los médicos que su esperanza de vida era de 30 años y ya va para 77. La trato de cuidar como me gustaría que me cuidaran a mí, no me gustaría que me maltrataran, me gritaran, me aventaran la comida o me tuvieran sucia, sin medicinas”.
Esperanza
Octubre es el mes de los cuidados. El próximo 29 se celebra en todo el mundo el Día de los Cuidados, por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas.
Octubre es el mes de los cuidados. El próximo 29 se celebra en todo el mundo el Día de los Cuidados, por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas.
“Ojalá aquí en México fuera el gobierno de los cuidados, fuera el gobierno de las mujeres, de todas: las amas de casa, las madres solteras, las abuelas, las jóvenes, las cuidadoras, todas”, sueña doña Yolanda, mientras limpia la prótesis dental de su hermana.
“En el papel habría motivos para pensar así, porque tenemos al fin una presidenta. Ojalá, porque luego en el poder se meten en otras cosas y se olvidan de todo lo importante para la gente”…
Proyecciones
Proyecciones de Conapo de población susceptible de cuidados: en 2030, 50 millones de personas.
Avances
En la Constitución de 2017 de la CDMX está ya señalado el derecho al cuidado. Fue enmarcado en el rubro de sociedad solidaria, el cual plantea el derecho a la vida digna como obligación de la ciudad y de las familias.
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