Todos y cada uno de los policías de caminos están lejos de sus patrullas en estos momentos. En 2023, los militares terminaron “la limpia” de elementos procedentes de la extinta Policía Federal y, los que no se dieron de baja, fueron remitidos a la Dirección de Servicios Especiales en donde fueron enviados a cuidar zonas arqueológicas o áreas naturales luego de una carrera, en muchos casos, de 10 a 20 años de servicio.
Este año inicia, por tanto, sin verdaderos policías de caminos y con protestas de transportistas por los constantes asaltos que padecen. En lugar de esos policías con lustros o décadas de experiencia, la Guardia Nacional renovó toda la plantilla con muchachos que toman un mes o dos de clases en la academia de San Luis Potosí y son enviados a cubrir el tramo carretero asignado.
Evidentemente, el Guardia que más experiencia tiene en los caminos, en este momento, cuenta con 4 años de servicio y prácticamente en su totalidad tienen menos de 26 años.
Consultados por Crónica sobre lo que se pudo haber perdido al decidir la desaparición de la Policía de Caminos, viejos elementos de esa corporación son enfáticos en que el conocimiento es lo que más se está extrañando a mitad de la crisis transportista. Conocer los tramos carreteros federales incluía saber de las bandas criminales que operan en cada caso. “No se trata sólo de lo que pasa en la carretera, sino de las brechas por las que huyen, de cómo operan y a qué transportistas tiene en la mira”, señala uno de los viejos elementos de lo que una vez fue la llamada Policía de Caminos (su nombre oficial era División Regional de la Policía Federal).
Cerca de 5 mil elementos fueron cesados de sus funciones entre 2019 y 2023, empezando por los Comisarios, personal con el mayor grado policial y cuyo encargo abarcaba un estado o una de las llamadas estaciones en las que se operaba, mediante varias subestaciones, la seguridad carretera. En este momento, las estaciones y subestaciones son manejadas por sargentos o cabos, un grado militar muy bajo.
Los inspectores, un rango intermedio en la cadena de mando, eran quienes generalmente estaban al mando de cada patrulla. Ahora son soldados rasos.
La novatada de los Guardias Nacionales asignados a carreteras no empezó con la huelga de transportistas que se está viviendo en este arranque de 2024. Cada año los guardias están chocando 900 patrulla según cifras oficiales. Una tasa altísima.
En cuanto a inhibirla acción de asaltantes organizados de transportistas, la Policía de Caminos operaba sus propios sistemas de inteligencia especializados. Las llamadas redes de vínculos, es decir, establecer la relación entre delincuentes, quienes realizan el asalto, quienes los protegen y esconden (a ellos y a la mercancía), quienes compran lo hurtado, así como las cabezas de l operación eran motivo del trabajo del estado mayor de la Dirección de Caminos.
Para ello, cada policía en la carretera debía proporcionar información detallada de cada evento, detenido o víctima.
La Guardia Nacional mantiene actividades de inteligencia central, pero evidentemente mucho más centrada en el combate a las bandas de narcotráfico que se están apropiando de poblados y territorios. El tema de asaltantes en autopistas es un tema probablemente secundario que, justamente por eso, ahora estalló en forma de huelga de transportistas.
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