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Becas gubernamentales a estudiantes no garantizan superar nivel académico ni pobreza: CEEY

Un niño que nació en estrato social alto tiene casi 6 veces más oportunidades de ingresar a la educación media superior que un niño que proviene del estrato socioeconómico más bajo.

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Actualmente, 9 de cada 10 alumnos reciben una beca Benito Juárez; la SEP quiere llegar a todos los alumnos que la requieran.

Actualmente, 9 de cada 10 alumnos reciben una beca Benito Juárez; la SEP quiere llegar a todos los alumnos que la requieran.

Cortesía de la SEP.

Las becas gubernamentales de apoyo a estudiantes de bajos ingresos no garantizan que los estudiantes logren superar su nivel de pobreza social y académica, e incluso en la educación básica han perdido su capacidad redistributiva, según las propias cifras de la Secretaría de Hacienda.

Así lo detectó un estudio del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) donde también se registra que un niño que nació en estrato social alto tiene casi 6 veces más oportunidades de ingresar a la educación media superior que un niño que proviene del estrato socioeconómico más bajo.

Esta diferencia se amplía en la educación superior: una persona del estrato más alto tiene una oportunidad 18.4 veces mayor.

"Y con la pandemia, esta brecha se ha hecho mayor", advierte

El análisis del CEEY muestran que en México una persona nacida en el estrato socioeconómico más alto tiene una probabilidad de ingresar a la educación media superior 5.8 veces mayor que alguien que proviene del escalón socioeconómico más bajo.

“Los logros educativos de una generación están determinados por los de la anterior y, como consecuencia, las características del primer empleo de los hijos se subordinan a la trayectoria laboral de los padres”, establece

El reporte advierte que las Becas de Educación Básica para el Bienestar Benito Juárez son el instrumento con mayor impacto redistributivo en la presente administración, pues están concentradas en el 30% de la población con menores ingresos, según reporta la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

En contraste, las becas correspondientes a educación media superior son débilmente redistributivas, como la beca Jóvenes Escribiendo el Futuro, que favorece a los estratos de ingresos más altos.

“Si comparamos las Becas del Bienestar con PROSPERA (el programa de la administración anterior al que reemplazaron) las becas a la educación básica han perdido su capacidad redistributiva, según las propias cifras de la Secretaría de Hacienda”, advierte

Recalca que las circunstancias de origen, como la escolaridad de los padres, la naturaleza de su ocupación y la riqueza del hogar, determinan al menos 48% de la desigualdad de oportunidades que conduce a muy diferentes grados de movilidad social de los hijos.

Establece que la educación suele presentarse como el determinante clave de la movilidad social, pues posibilita la inserción en el mercado laboral en mejores condiciones y una trayectoria de ingresos ascendente.

Antes de la pandemia, en México ya existía una brecha educativa muy importante —tanto en nivel de aprendizaje como en infraestructura escolar— que afectaba a los estudiantes con menos recursos.

Por ejemplo, altos porcentajes de las escuelas públicas carecían de servicios básicos como agua potable (40% de las escuelas de Chiapas y Guerrero sin acceso a agua potable) o conexión a internet (solo el 12% de las escuelas en Michoacán y Tabasco cuentan con acceso a internet).

Detalla que con la pandemia, los estudiantes con mayor desventaja socioeconómica tuvieron que dejar las aulas para estudiar en sus casas, cuya situación era muy similar a la de sus escuelas: condiciones de hacinamiento, falta de servicios y escasa conexión a internet.

De acuerdo al Reporte sobre Movilidad Social Educativa 2020 del CEEY, la baja escolaridad de una generación explica el 58 % de los magros logros educativos de la siguiente. Por otra parte, el ingreso del hogar sólo explica el 11.5 % la asociación entre la escolaridad de los padres con la de los hijos.

Reconoce que las compensaciones son importantes para mejorar la movilidad social, sobre todo enfocándose en los hogares con mayores desventajas socioeconómicas. Sin embargo, estos apoyos no son suficientes: las becas deben de ir acompañadas de otros tipos de programas que reduzcan la brecha educativa existente, sobre todo, mejorar la infraestructura de las escuelas y la calidad de su enseñanza.