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Becas de Jóvenes Construyendo el Futuro, para mega obras y Servidores de la Nación…

Investigadores pusieron sobre la mesa el desdén a las desigualdades de aprendices y tutores, falta de focalización y constancias oficiales, así como obstáculos internos para la contratación.

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Las asociaciones Youthbuild México y Alianza Jóvenes con Trabajo Digno nunca recibió una notificación del rechazo de aprendices.

Las asociaciones Youthbuild México y Alianza Jóvenes con Trabajo Digno nunca recibió una notificación del rechazo de aprendices.

En enero de 2023 los 28 centros de las asociaciones Youthbuild México y Alianza Jóvenes con Trabajo Digno, donde más de 2 mil aprendices se habían inscrito, fueron rechazados por la STPS para continuar en el programa Jóvenes Construyendo el Futuro (JCF).

La directora de estas organizaciones civiles, Teresa Lanzagorta, jamás recibió una explicación oficial. Se decidió a averiguar el trasfondo y encontró la respuesta: las becas destinadas a su red y a otros negocios serían desviadas hacía proyectos emblemáticos de la autodenominada 4T.

A partir de 2023 se priorizaron todas las obras de la administración lopezobradorista y el ejército de operación de los programas sociales, fue una de las conclusiones del estudio interinstitucional “JCF, un análisis desde la voz y experiencia de sus actores”, elaborado por investigadores del CINVESTAV, UNAM, Universidad Iberoamericana y Tecnológico de Monterrey, el cual expone Crónica aquí.

“En enero del 23 nos amanecimos con que todos los centros de trabajo que logramos abrir, y que habían funcionado muy bien, fueron cerrados. Ya no hubo más apertura, nos cerraron las puertas”, narró Lanzagorta.

-¿Y por qué?

-Priorizaron el otorgar becas a los jóvenes para trabajar en las grandes obras de la administración federal, tal y como lo dice el estudio, y también para nutrir a los llamados siervos o servidores de la nación. Es triste decirlo, pero todo el 23 y lo que llevamos del 2024 el programa se orientó a fines electorales, ha sido una tragedia para el país.

En el análisis de campo se detectaron entidades de la República en las cuales un gran porcentaje de los beneficiarios se orientaron hacia el sector público.

“En Oaxaca, por ejemplo, en la última medición realizada por el Coneval, se encontró que el 80 por ciento de los jóvenes estaban en gobierno. ¿Por qué?, ¿no había centros de trabajo o estaba pasando esto de becar sólo a quienes participaran en los programas de la 4T”, señaló María de Ibarrola, investigadora del CINVESTAV, quien describe a la corrupción como una sombra permanente sobre el programa.

“Está manchado con toda la leyenda de la corrupción. No encontramos casos específicos, pero sí el conocimiento que la gente tiene de la rumorología, y de cómo afecta esa mancha de corrupción”.

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Más allá de estos casos, los investigadores pusieron sobre la mesa otras aristas: desdén a las desigualdades de aprendices y tutores, falta de focalización y constancias oficiales, así como obstáculos internos para la contratación.

“El programa no contempla la designación del tutor, se lo delega a la empresa, que debe asignar a un trabajador o representante para que funja como tal”, aseguró la doctora Estela Ruiz, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM.

“La escolaridad es fundamental para determinar dónde se inserta el joven, cada quien habló como le fue en la feria. Todo se dio en el marco de trayectorias laborales precarias e intermitentes, principalmente entre los jóvenes de bajos recursos, y una ruptura educativa. Lo que buscan es experiencia laboral, aprender, terminar sus estudios, vincularse a un centro afín a sus intereses personales, seguir capacitándose, pero en general hay incertidumbre en su futuro y miedo al desempleo”, describió Enrique Pieck Goicochea, investigador de la Universidad Iberoamericana.

BOLSA JUGOSA

En la investigación se documentaron abusos en algunos centros de trabajo, como el uso de la beca para financiar materiales, el pago obligado de la capacitación, la falta de compromiso y la restricción a “labores tediosas y aburridas”, abandonadas por los trabajadores ordinarios. “El interés por conservar la beca abrió un espacio de corrupción atomizada, porque los dueños de algunos centros de trabajo ordenaron compartir el beneficio de la beca”.

El monto recibido por los jóvenes creció año con año, hasta convertirse en la bolsa más jugosa entre los programas sociales: de 3 mil 600 pesos mensuales en 2019 pasó a 7 mil 572 pesos mensuales en 2024, pero este ascenso resultó contraproducente.

“En algunos centros que sí estaban comprometidos predominaba la preocupación por no poder contratar a los chicos a los que habían formado, la contratación resultaba más costosa porque debía ofrecer mejores condiciones que la beca, cuyo monto ha sido el más elevado en los programas de la 4T. Los argumentos públicos fueron dos: apoyar una experiencia de trabajo digno y competir con las ofertas del narco, pero no funcionó”, detalló María de Ibarrola, quien a la par reprochó las nulas estrategias para combinar la experiencia del aprendiz con la escuela.

“El programa se deslindó del sistema escolar, a todos los entrevistados les interesaba una mayor escolaridad, pero encontramos que a algunos se les quitó la beca por inscribirse a la preparatoria abierta o querer estudiar, fue terrible. No se propició siquiera que los becarios pudieran estudiar y trabajar. La duración de la jornada becada fue de 25 horas a la semana, en algunos llegó hasta 40, ¿qué posibilidades había de que los jóvenes aprovecharan la otra parte de su tiempo para estudiar, como lo querían hacer? Ninguna”.

Según Teresa Lanzagorta JCF careció de focalización: “¿Sólo que no trabajes ni estudies? Eso no es focalizar, porque el nivel educativo cuenta, miles de jóvenes se salieron antes de los doce meses porque eran universitarios que no encontraban chamba, les vino bien un dinerito, pero en algunos meses encontraron trabajo y se fueron. Focalizar era concentrarse en los 17 millones de jóvenes que no estaban trabajando o que tenían un trabajo informal o precario”.

“O bien focalizar hubiera sido delimitar a un nivel máximo de estudios de bachillerato, contemplando a la preparatoria como una segunda oportunidad, porque hay poco más de 10 millones de jóvenes en el país entre 18 y 29 años que no tienen la educación media superior y que no hay forma de que la tengan, porque ya no van a regresar”.

-¿Hubo resultados?

-Es la gran pregunta que no tenemos después de cinco años, no aumentó la inscripción de trabajos formales en el IMSS entre los jóvenes, tache; si el objetivo era capacitarlos, al no estar certificados, otro tache. Si no hubo vinculación laboral, el joven, en el mejor de los casos, estuvo 12 meses con su mensualidad muy buena, pero al 13 regresó a la misma condición de desempleado. La pata que cojeó fue no haber pensado qué pasaba después.

¿Cuáles son las sugerencias?...

Silvia Ortega, consejera ciudadana de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación: “Por todos los errores sumados, lo que se sugiere es hacer otra cosa. La educación no está en la conversación pública, ninguno de los candidatos dirá que no es prioritaria, pero no se ve, y menos el tema de trabajo de los jóvenes. Hay que poner estos temas entre las grandes prioridades nacionales”.

Roxana Vicente Díaz, del Tec de Monterrey: “Se requiere mayor acompañamiento a la inserción, qué va a pasar después, vuelve el sentimiento de estar a la intemperie; y administrar mejor los recursos, revisar la efectividad del seguro médico, porque hubo accidentes labores, fueron al seguro y no les funcionó”.

Elena Torres, del Cinvestav: “Es necesario que vayan y les pregunten a los becarios, porque está muy desatendido el seguimiento y la retroalimentación”.

Teresa Lanzagorta: “Soñamos con que no se cierre el programa, que se diseñe distinto, lo que estamos defendiendo es un presupuesto enorme, focalizar la población, ajustar el monto, fue muy alto, y provocó que muchos jóvenes decidieran dejar la prepa y meterse al programa”.

Además, dijo, “se debe involucrar a organizaciones expertas en capacitación, abrirse a la colaboración con las organizaciones de la sociedad civil, crear un sistema de monitoreo y evaluación del programa. Lo que sigue ahí es una enorme población joven, a la cual no se le respetó su derecho a la educación, destinada a trabajos informales, sin seguridad social y salarios precarios”…