Nacional

Cenotes rescatados por guardianes comunitarios hoy son amenazados por el Tren Maya

“Sobre mi cadáver”, dice joven guarda sobre cambio de ruta ferroviaria. El experto Antero Carmona alerta sobre impacto en zonas sin estudios ambientales ni trabajo social del gobierno>

Guardabosques en la entrada de una cueva
Foto: Daniel Blancas Foto: Daniel Blancas (La Crónica de Hoy)

Algunos, en esta tierra colmada de cenotes, fueron usados durante muchos años como basureros, moteles y bares clandestinos, y hasta como sedes para hechicería y magia negra.

Hace menos de una década, un grupo de jóvenes, hijos de asalariados en los pomposos complejos hoteleros y restauranteros de la Riviera Maya, crearon un colectivo para rescatarlos. Sus padres o abuelos habían formado pequeños poblados cercanos a sus centros de trabajo, aunque en la parte continental, sin mar, “porque la zona costera no es para los pobres”, solía decir uno de los patrones, según cuenta don Nemesio Tuyub, cuyo nieto: Emilio, es integrante de “Los Guardianes Comunitarios”.

Justo en esa área donde se asentaron las familias, abundan cavernas y pozos de agua de mil colores, y es la parte en la cual, según el gobierno federal, se construirán ahora las vías, estaciones y demás infraestructura del Tren Maya. Un cambio de último momento, orillado por las protestas de poderosos hoteleros y desarrolladores inmobiliarios, quienes se opusieron a cualquier obra sobre la carretera 307 -como se planteaba en el proyecto original- para evitar afectaciones a sus entradas, instalaciones y programas turísticos.

“No destruirán nuestros cenotes. Sobre mi cadáver”, dice Emilio en tono envalentonado.

La inquietud de estos pobladores y vigilantes ha comenzado a ser arropada por expertos en la protección de recursos naturales, quienes han trabajado en la zona…

Antero Carmona, uno de los ambientalistas más prestigiados del país -ha trabajado en todas las dependencias relacionadas con el tema: Sagarpa, Profepa, Conagua y Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas- y quien ha desarrollado diversos estudios en la Riviera, señala:

“Todas las grandes obras de infraestructura generan un impacto ambiental: de por sí la ruta original lo generaría, con mayor razón un cambio a estas alturas: la Península tiene un suelo calcáreo y cualquier obra repercute tanto a nivel superficial como subterráneo, porque toda el agua corre a nivel bajo”.

“Si mueves el proyecto metros más, metros menos, hacia izquierda o derecha, será una parte donde no hay estudios ni trabajo social, no sabemos qué biodiversidad se perjudicará y qué población se tocará: si hay pobreza y rezago social, se acentuará por sobreexplotación; se dará empleo a la gente a costa de los recursos naturales, de la contaminación del agua y la cultura”.

-Es una franja de muchos cenotes…

-Todos los cuerpos de agua son prioritarios, así lo establece la Ley de Aguas Nacionales. Los tres niveles de gobierno tendrían que tener una política para protegerlos. Sin embargo, los recursos naturales no forman parte de la agenda política, son un títere mal usado. Los mayas dijeron que su declive fue por el uso excesivo de sus recursos naturales, así se narra en el Popol Vuh y hoy se está repitiendo la historia.

-¿La voz de los grandes hoteleros o la voz de los ejidatarios, de los lugareños abandonados?

-Para el gobierno es más fácil entrarle a los ejidos que a la propiedad privada, es más fácil comprar ejidos o comunidades, corromperlas. Tocarán tierras de uso común: “¿Cuánto quieres”?, les dirán. Es caer en la corrupción. A mí me ha tocado hacer inspecciones en la zona sobre el uso de suelo.

-¿Y qué encontraste?

-Subvención de propiedad privada sobre comunidades, un gran problema agrario de tenencia de la tierra. Si yo, como dueño de un proyecto, te doy 50 millones de pesos, tú le dices a los lugareños que se les dará tanto dinero, se les compra. Es posible que algunos hoteleros le estén diciendo al gobierno: yo te cedo, aunque no sea su propiedad, pero ya la invadieron y adquirieron un derecho que no les corresponde. ¿Podemos cambiar un proyecto así de fácil? Sí, con dinero. Vamos a ver si legisladores o ministros alzan la voz. Se tocarán usos de suelo donde no se permite infraestructura, pavimentación, vía férrea, por eso quería el Ejecutivo que las obras fueran de utilidad pública, para evitar estudios de impacto.

-¿Qué es lo único que queda?

-Hay poco tiempo, lo único es que los pueblos organizados presionen con amparos, para evitar el avance.

“¿Por qué el gobierno involucra en la modificación sólo a los hoteleros, como si fuera su decisión exclusiva?, ¿por qué no considera la opinión de ciudadanos, organizaciones civiles, académicos, especialistas?, ¿se trata de proteger el interés de unos cuantos? Es un proyecto demasiado oscuro y corrupto”, cuestiona Katerine Ender, activista de Guardianes del Manglar y Movimiento Social en Pro de los Derechos del Pueblo.

“¿Quiénes son esos hoteleros que se dicen dueños de los terrenos del lado continental? Que nos den una lista, de forma transparente, y que muestren los títulos de propiedad. Aún en la parte del mar, hablamos de concesiones, conforme a la Ley Nacional de Bienes Nacionales. El dueño es la nación y en cualquier momento, por algún incumplimiento normativo, se puede revocar el permiso. Por ser ecosistemas frágiles es obligatoria una manifestación de impacto ambiental, que no existe. Concretar un proyecto al ´ahí se va´, por cumplir con tiempos prometidos, derivará en delitos ambientales. Se pasan por el arco del triunfo la ley y los juicios”.

Xcacelito, a unos 30 metros de la carretera 307, es uno de los cenotes recuperados por los Guardianes, quienes han alistado un reglamento de cuidado y disfrute. Y así, en decenas de casos…

“Al principio éramos pocos chavos, pero con el tiempo se fueron sumando más y ahora ya perdimos la cuenta. Comenzamos a limpiarlos y fue una tarea ardua, porque algunos se encontraban en un grado crítico de contaminación. Hoy compartimos un reglamento para cuidarlos y concientizamos a los visitantes sobre buenas prácticas”, cuenta Cristian Maximiliano, otro de los guardas.

“No había autoridad, ni federal ni estatal, que los protegiera, por eso tomamos la iniciativa”.

-¿Por qué es tan importante para ustedes el resguardo de los cenotes?

-Porque en este lugar crecimos, después de que nuestros padres o abuelos fueron enviados aquí: es nuestro hogar y patrimonio, queremos conservarlos para las nuevas generaciones. Hemos encontrado en derredor pequeñas zonas arqueológicas, vasijas y otros vestigios prehispánicos. Marcamos un antes y un después en el cuidado de los cenotes. Y no hay tren que nos pueda descarrilar…

Copyright © 2022 La Crónica de Hoy .

Lo más relevante en México