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Son días de pavor. Los alimentos se acabaron en casa, tampoco hay mucho que comprar en los supermercados, que han dejado de estar abastecidos por la imposibilidad de los distribuidores para ingresar en Culiacán, que no ha dejado de tener lluvia de balas. Balas son lo único que con certeza hay. Es el quinto día de terror narrado por las víctimas que están en medio de una pelea de exterminio entre las facciones en que se ha dividido el poderoso Cártel de Sinaloa.
“Muy triste está nuestra gente, el pavor se está adueñando ya por falta de alimentos, sin poder salir por miedo de no regresar con su familia. ¿Dónde están a los que pusimos en el poder?”, cuestiona Gaby, una madre de familia desde charlas en WhatsApp.
Los culiacanenses han dejado de ir a trabajar. El gobierno de Rubén Rocha Moya, que grita a los cuatro vientos que no tiene ningún nexo con narcotraficantes, “no tengo, por qué tener vínculos con delincuentes”, pide a negocios reabrir. Es una barbaridad si se piensa que fuera todo es un reguero de pólvora que ha fulminado ya a unas 20 personas, y contando.
Los empresarios de casi todos los niveles se atreven a externar lo que enfrentan: “Seguimos pagando salarios sin que los empleados trabajen, porque es imposible de ir a los centros laborales, pero no sabemos hasta cuándo vamos a poder continuar. El gobierno no nos ayudó a los micro, pequeños y medianos empresarios cuando se dio la crisis de Covid. Arrastramos mermas, nosotros que sí generamos empleo”.
Se omiten nombres y apellidos a solicitud en este chat.
Se reprochan las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Es una burla la declaración del Presidente, decir que los medios de comunicación exageran. Y si viene el sábado a Culiacán, que se venga solo en camión y circule por la ciudad solo. Si su lema ‘es primero los pobres’, pues así como iba a Badiraguato (que en la historia de este país, por lo menos en los años que tengo de vida) ningún Presidente iba a Badiraguato, y créanme ni lo ocupaban… Que recorra el bulevar De los Pobres, Barrancos, Plutarco Elías. Las colonias pobres, donde el Ejército no se mete, no hay apoyo”, dice otro usuario.
Y su amargura y desesperanza.
“Nos duelen nuestros hermanos y hermanas sinaloenses, nos duele que se quiera minimizar la situación tan aterradora que se esté viviendo en todos los aspectos, la violencia en su máxima expresión”.
Se reprochan que no pueden permanecer impávidos y sin sentir el dolor. “La tristeza ‘amenaza’ a nuestra gente. La zozobra, la angustia, el terror. ¿Dónde está la paz que se pregona?”.
Y claman:
“Exigimos alto a la violencia, queremos vivir en libertdad, en paz, queremos vivir con independencia, no secuestrados en nuestras propias casas, queremos volver a sonreír, que nuestros niños vivan en un Sinaloa de paz y amor, ellos son los daños ahora emocionalmente”, lamentan los culichis.
También dan cuenta de que los servicios médicos públicos ya tienen estragos por la violencia que sube cada vez de nivel.
“En el IMSS ya no médicos que atiendan a los enfermos, ni sometan a los pacientes que requieren diálisis. Se van acabando las medicinas. Necesitamos alto al fuego”, comenta Miranda.
El exterminio entre ‘Los Chapitos’ y los ‘Mayos’ está declarado desde el pasado 25 de julio, cuando se cometió ‘alta traición’ contra Ismael ‘El Mayo’ Zambada, un anciano de 76 años entregado a la justicia de EU en un supuesto acuerdo para liberar a Ovidio Guzmán.
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