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“Día de la Virgen: la fiesta de los mexicanos”, Juan Castillo, canónigo de la Basílica

En entrevista con CRÓNICA, el canónigo de la Basílica de Guadalupe, habla de evangelización, simbología del ayate y las peregrinaciones del Día de la Virgen

El cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga sonríe frente a un cuadro de la Virgen de Guadalupe.
Juan Castillo Hernández, canónigo de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe Juan Castillo Hernández, canónigo de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe (Dolores Parral)

La fe guadalupana es característica del pueblo de México, sin embargo el mito de Juan Diego y la Virgen de Guadalupe se ha extendido a lo largo y ancho del planeta, en entrevista exclusiva con Crónica, Juan Castillo Hernández, canónigo de la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, habla sobre la evangelización, simbología representada en el ayate y la importancia de las peregrinaciones por el Día de la Virgen.

“Yo creo que nuestro pueblo se siente identificado con ella precisamente por el mensaje que nos trae y por la profunda ternura y cercanía que nos manifiesta su imagen”, inicia Castillo Hernández respecto a la devoción que los mexicanos sienten hacia la también llamada “morenita del Tepeyac”.

De acuerdo con el canónigo el significado más profundo de la imagen de la Guadalupana es la presencia de Dios a través de su madre en estas tierras, así como el impulso que aporta en todos los ámbitos de la vida de los mexicanos.

“A veces vemos aquí en la basílica personas que traen a sus niños pequeñitos a presentarlos, porque son un regalo de Dios, la vida para muchas familias es un regalo de Dios; jovencitos que le vienen a dar gracias al Señor porque ya concluyeron su su etapa formativa en un algún área de la escuela; vemos a familias que vienen en peregrinación; centros de trabajo; ámbitos inclusive políticos, entonces creo que ella es una portadora de un mensaje de amor de un mensaje de paz paz un mensaje en el cual nosotros todos nos sentimos involucrados”, destaca.

A decir de Castillo Hernández es precisamente ese mensaje lo que hace que tanta gente acuda a cada 12 de diciembre a agradecer o pedir ya sea a nivel personal o por algún familiar: “(la gente) necesita un poco de paz necesita un poco de fuerza interna para seguir luchando para seguir caminando entonces la virgen les transmite todo esto esa fuerza, todo ese amor de Dios”.

“Fueron cuatro apariciones de la Virgen aquí en el Cerro del Tepeyac. La aparición principal fue cuando se estampó en el ayate; y también se le apareció al tío Juan Bernardino”, relata. "Sin duda el mensaje y el por qué escogió la virgen a Juan Diego es por la sencillez de este hombre desde lo que conocemos de la vida de San Juan Diego, pues nos damos cuenta que era un hombre sencillo, un hombre que conocía la fe de sus antepasados porque el ‘Nican Mopohua’ relata mucho la idiosincrasia del pueblo Azteca, pero con esa matización de un mensaje nuevo”.

La aparición de la Virgen de Guadalupe al indígena Juan Diego, entonces, representa que se “ha aceptado la nueva religión, a pesar de que era un momento muy crítico y para todos los que estaban en estas tierras entender esta nueva fe, era muy complicado”.

En dicha época la evangelización, a pesar de tener “muy buenos evangelizadores”, estaba costando mucho trabajo, por lo que personajes como Juan Diego, que habían “recibido una nueva fe con el corazón abierto”, pretenden transmitir el mensaje de Guadalupe.

“Pensemos, porque ella elige a un indígena: había pues muy buenos, les repito, muy buenos evangelizadores, muy buenos sacerdotes, gente experta en muchas áreas, y ella decide al sencillo, al laico Juan Diego. Entonces creo que ya desde todo el ámbito del mensaje pues es un ámbito de fe y un ámbito de mucha esperanza para nosotros como pueblo de México. San Juan Diego, más bien, representa a todos los mexicanos, nos sentimos muy identificados con él y San Juan Diego no se entiende sin la Virgen”, explica.

A pesar de las controversias que ha generado la figura de San Juan Diego, sobre todo cuando estaba por ser canonizado, también hubo muchos estudios para confirmar su existencia. sin embargo, asegura Castillo, lo importante es que “en él estamos todos representados, porque nosotros somos los que contemplamos a la virgen, no solamente ya hace casi 500 años, sino que la seguimos contemplando ahora”.

“Ahora podríamos decir que somos el Juan Diego de esta época, que nos sentimos amados por la virgen, comprometidos con su mensaje y sobre todo con el deseo de construirla casi. porque la casita no es la estructura material que es muy bonita ni la iglesia antigua, la casa somos cada uno de nosotros”, refiere el canónigo.

Se han hecho diferentes estudios, pues se dice que en sus ojos se ven imágenes, algunos hablan precisamente de la melodía, hay algún experto que está estudiando ese tema, sin embargo, hay algunas simbologías en el ayate.

Las estrellas: “obviamente las estrellas como estaba la constelación en 1531. Todos estos datos pues se siguen estudiando. No podemos afirmar así de una manera contundente. Para nosotros lo más importante es un mensaje. Un mensaje que aparece en el ‘Nican Mopohua’, que es el texto más antiguo donde se narran las apariciones y la misma imagen”.

La imagen: "representa a una doncella, una jovencita, su tés, su color es moreno, es una mujer de nuestra raza, de nuestra condición.No se ve con los rastros europeos o totalmente indígenas, sino de una mujer mestiza verdad cosa que bueno apenas estaba iniciando esta raza en 1531 y ella quiere decirnos que va a iniciar una nueva nación un nuevo pueblo una nueva sociedad".

Los colores: "el color del cielo el azul, el azul celeste, el color de la tierra, y el ángel, por ejemplo, que une en ese tanto en el manto como en la túnica, esos dos elementos, como diciendo, en la virgen, pues se une el cielo con la tierra y todo en síntomas".

El mundo indígena generalmente pensaba en la lucha cósmica en que el sol tenía que luchar para volver a salir al otro día y que tenía que haber lucha constante para vencer por eso las guerras floridas por eso los sacrificios y en la virgen más bien se ve una perfecta sintonía todo está en sintonía lo que hoy se habla mucho de cuidar nuestra naturaleza, nuestro cosmos, nuestro hábitat, la casa donde habitamos, pues ella ya nos lo estaba diciendo, es decir, toda esa sintonía de lo creado en su presencia aquí con nosotros. El indígena siempre veía en el cosmos la presencia de Dios. Entonces es un un elemento muy valioso de la virgen.

Flores: "La virgen además tiene flores, tiene debajo de ahí donde está la cinta negra, hay una flor que se llama nahui ollin que representa a Dios".

Para los aztecas, entonces, ella es una doncella, una joven virgen porque el pelo lo tiene suelto, eso representa que no está casada y por lo tanto que además ella es una virgen pero es una madre, entonces es la madre virgen, ahí es donde nos está enseñando mucha doctrina de la misma santísima madre de Dios, porque nosotros decimos que ella es la perfecta, siempre virgen, pero es madre de Dios. Dios, es inmaculada y logra el paraíso eterno, el cielo, entonces en perfecta sintonía con su hijo.

“Todo el misterio de la virgen que nosotros enseñamos está bien plasmado en la imagen de nuestra señora de Guadalupe, pues lo primero que tendríamos que entender es que pues Dios tiene sus caminos para llegar a cada uno de nosotros”, el canónigo explica que “al pueblo indígena le costaba mucho trabajo (como a muchos de nosotros) entender la fe, nos cuesta mucho trabajo vivir la fe y entonces Dios tiene sus caminos y uno de esos caminos es mostrarse o darse a conocer a través de signos, así que la Virgen de Guadalupe y el acontecimiento guadalupano tiene signos importantes para el pueblo antiguo, para los pueblos indígenas, para el pueblo español de aquella época y para nosotros, es decir, el signo de la virgen es que ella no es el centro, aunque la imagen pues sí tiene y se ve en el centro ella, el centro es Jesucristo”.

Para Castillo Hernández es importante, para aquel que no conoce o quiere conocer un poco el acontecimiento guadalupano, hacerle ver que el centro del acontecimiento guadalupano es un mensaje cristológico y por lo tanto, María siempre lleva a Cristo.

Si nosotros queremos conocer bien a María tenemos que conocer a Cristo; y Cristo nos envuelve en un gran misterio de amor donde también está la Virgen. Entonces, eso es lo que tendríamos que aprender de nuestra fe: el eje es Cristo, Cristo que está vivo, Cristo que está resucitado, Cristo que sigue actuando en la iglesia, Cristo que nos está dando su espíritu, Cristo que está entre nosotros. Ese es el mensaje central de la virgen”.

El Día de la Virgen, según el sacerdote, es la fiesta de los mexicanos católicos que tienen a la Virgen de Guadalupe como madre y que la festejan como si fuera su cumpleaños.

“Obviamente no es importante hacer un peregrinaje en este día, porque la virgen nos recibe cualquier día, pero comenzando por nuestro pueblo, nuestro pueblo es un pueblo de festejos, es un pueblo de fiesta y cuando hay el cumpleaños de una persona, hay fiesta; cuando hay algún acontecimiento importante en la familia, hay fiesta y se invita a los amigos, se invita a la familia y se invita a muchas personas”, asegura.

Es el mismo espíritu filial de ir a la casa de mamá, lo que atrae a mucha gente y esa devoción a la virgen se ha extendido a muchos países, no solamente en México, sino en otros países de Latinoamérica; en Estados Unidos, muchos de los inmigrantes le tienen un gran amor a la virgen; en Europa también, hay lugares donde le tienen devoción. que se ha universalizado.

De acuerdo con el canónigo, la fiesta en la Basílica de Guadalupe se prepara con meses de anticipación, pues hay que dialogar con voluntarios, autoridades civiles y locales, incluso ofrecer disculpas a las personas que viven en los alrededores del templo.

“Pero digamos es nuestro folclor, es nuestra alegría estar aquí, contemplar a mucha gente, o sea, muchos fieles. A veces uno piensa en las parroquias católicas, en las que está disminuyendo un poquito la afluencia de gente, pero acá, gracias a la Virgen llegan, y acá nuestro pastoralismo es de acá. de recibir, de tratar de ayudar y de dar lo mejor. Nos cuesta trabajo, pero con mucha felicidad, mucha alegría de festejar a nuestra madre, pues para nosotros los católicos, el paso por esta tierra lo entendemos como un peregrinar, un caminar”.

El hecho de hacer una peregrinación ayuda a los fieles a entender ese proceso de fe que es caminar y tener una meta, es decir, el peregrino sabe a dónde va a llegar y sabe que allí alguien lo va a recibir y que hay un ambiente bonito.

“Yo pienso que viene con la convicción de saludar a la mamá y que pues ojalá venga con esa fe, con ese espíritu interior de abrirse a la gracia de Dios y, en esa apertura, a renovarse porque todos necesitamos a veces volver a iniciar, volver a tomar fuerza y energía para salir adelante”.

“A los que peregrinan sí, yo los impulso a que vengan con ese corazón limpio y con esa mirada transparente de encontrarse con la mamá, que seguramente los va a bendecir y les va a alcanzar muchas gracias de Dios. Y a los que todavía no vienen, pues desde donde estén o si algún momento quieren venir, pues que tengan cuidado también, porque sí hay mucha gente, hoy sí hay muchísima gente, pero están las puertas abiertas. La basílica tiene las puertas abiertas siempre”.

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