Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta electa de México, ya es parte de la historia de nuestro país: es la primera mujer en alcanzar el máximo cargo en la política mexicana, y la primera en toda la región de América del Norte.
En un par de horas rendirá protesta como Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y será la mujer que conducirá los destinos del país durante los próximos seis años.
Con ella, México vivirá otro gran cambio, porque también por primera vez, no habrá una primera dama, sino, un “Primer Caballero”, o “Primer Hombre” de la nación, que es como deberá ser nombrado su esposo.
Sin embargo, el papel de José María Tarriba Unger, esposo de Sheinbaum Pardo, con quien se casó Sheinbaum en noviembre del 2023, no será dentro de la política, ya que decidió mantenerse alejado de los reflectores, con lo que el reconocido matemático y analista de riesgos, conservará su empleo como especialista en riesgos financieros en el Banco de México (Banxico).
Sheinbaum Pardo, será la primera mujer científica, política y académica, y deja tras de si una larga historia de presidentes de México muchos de ellos de profesión abogados, economistas, un par de empresarios (Miguel Alemán y Vicente Fox), varios militares hasta antes de Manuel Ávila Camacho, hasta, quien en cinco días se convertirá en su antecesor, un presidente atípico politólogo y escritor, Andrés Manuel López Obrador.
Así, gobernará para todos los mexicanos, una mujer científica preocupada, ocupada y conocedora de temas tan relevantes como: desarrollo sustentable, cuidado del medio ambiente, impulso a las energías renovables con el objetivo de alcanzar una importante reducción en el consumo de combustibles fósiles e incluso con la propuesta de que el incremento en la demanda de energía eléctrica, tenga su origen en energías renovables, reducción de las emisiones de dióxido de carbono y el cambio climático, entre muchos otros, en los que ha demostrado ser conocedora de esos temas.
Al ser integrante del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de Ciencias, se espera en el sexenio que está por iniciar, un “golpe de timón”, y que dé un verdadero impulso al desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país.
Cabe mencionar que esta pasión por la ciencia, está íntimamente relacionada con la enseñanza que le dieron sus padres. Nacida en una familia de destacados académicos, el químico Carlos Sheinbaum Yoselevitz y la bióloga Annie Pardo Cemo, Claudia Sheinbaum Pardo creció en una familia de izquierda, ya que ella misma se ha definido como “hija del 68”, debido a que sus padres participaron en aquel movimiento estudiantil.
Ello, la motivó desde muy joven a luchar en contra de las desigualdades, como ella misma lo ha comentado, al participar en manifestaciones juveniles apoyando a jóvenes del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH), que habían sido rechazados de ese sistema educativo, y más tarde hizo lo propio desde la UNAM, cuando se pretendían establecer cuotas de cobro a los estudiantes.
En este mismo sentido, en materia educativa, la futura presidenta, enfrenta el reto, como ella misma lo ha propuesto de, realmente poder generar las opciones educativas suficientes a nivel medio superior y superior para poder dar opciones a todos aquellos jóvenes interesados en continuar sus estudios.
En la época actual, Sheinbaum Pardo dará continuidad a lo que ella ha llamado la construcción del segundo piso de la transformación, y aunque ya ha pedido licencia como militante del partido Morena, “para gobernar para todas y todos los mexicanos”.
Aunque Sheinbaum Pardo es militante y fundadora del Movimiento de Regeneración Nacional, cabe recordar que ese instituto político acogió a muchos políticos la mayoría de ellos formación en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), los menos en Acción Nacional (PAN), y del partido tricolor muchos brincaron al Partido de la Revolución Democrática (PRD) -el cual después de 36 años de historia, hoy ha perdido su registro-, y del partido del llamado “sol azteca”, lo abandonaron cuando Morena comenzó a cobrar mayor fuerza a nivel nacional, para engrosar las filas del partido guinda.
A diferencia de muchos de esos viejos políticos formados en el PRI, Sheinbaum Pardo, siempre ha permanecido en la corriente izquierda, y desde ahí vio el surgimiento de organismos tan importantes para la vida democrática del país, como el otrora Instituto Federal Electoral (INE), hoy Instituto Nacional Electoral (INE), al cual, se ha pronunciado por su transformación, al considerar que ya no garantiza la democracia en el país y con el argumento de que “no queremos más fraudes electorales”.
Durante los próximos seis años, Sheinbaum Pardo, deberá enfrentar el enorme reto de gobernar para todas y todos los mexicanos: a los jóvenes generar las opciones suficientes que les permita continuar con sus estudios si así es su deseo, que nunca más vuelva a haber rechazados de los sistemas educativos, que tienen que andar haciendo marchas y plantones, en demanda de un lugar en una de las dos instituciones educativas gratuitas de mayor demanda en el país, que nunca les vuelvan a llamar rechazados, y que puedan estudiar hasta nivel universitario o incluso más, y como ella quizá, alcanzar un doctorado.
Para las mujeres, como lo ha mencionado, seguir pugnando por la igualdad de género, y la equidad, incluso laboral, “a trabajos iguales, salarios iguales”, ha declarado, o para aquellas madres solteras que no tienen con quién dejar a sus hijos mientras trabajan, o las que son cuidadoras de algún familiar, generar un sistema de cuidados, mientras ellas no están en el hogar.
A los adultos mayores, les prometió además de hacer constitucional la pensión bimestral que se les entrega, contar con un sistema médico hasta los hogares de este segmento de la población, para que acudan a verificar su estado de salud médicos y enfermeras a valorarlos, y de ser necesario llevarles hasta sus domicilios las medicinas que requieran para quienes tengan problemas de movilidad o estén postrados.
Promover el gusto y acceso a la ciencia y la tecnología, que las niñas y adolescentes, sienta, y estén convencidas en este sexenio “que ellas pueden ser lo que quieran ser... incluso Presidenta de la República”, como tantas veces lo dijo en su pre campaña y campaña.
A las nuevas generaciones, todos las y los jóvenes que votaron por ella, y que no vivieron en los regímenes priistas, demostrar que su sexenio, es una verdadera alternativa, lejana de lo que tanto ha venido criticando el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, de los sexenios pasados y su modelo neoliberal, y demostrar que efectivamente se acabó aquello de la riqueza se regaba de arriba hacia abajo, y nunca llegaba a los pobres.
Hacer del suyo, un verdadero gobierno, en el que, como lo declaró cientos de veces durante su precampaña y campaña presidencial “por el bien de todos, primero los pobres
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