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Los problemas del agua en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), los cuales son muy complejos, se agravan en la temporada de estiaje, ante la importante cantidad de habitantes y, porque no llega suficiente líquido de las cuencas de Lerma y Cutzamala.
Ante ello, Agustín Felipe Breña Puyol, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Iztapalapa enfatizó que la población de la Ciudad de México, con más de 20 millones de habitantes, tendrá esta circunstancia en forma continua.
Es urgente, demandó, que las autoridades hagan un balance de este recurso, tanto superficial como subterráneo, para ver la disponibilidad, que empeora durante la presente época.
El académico del Departamento de Ingeniería en Procesos e Hidráulica, recordó que la alcaldía Iztapalapa y el municipio de Ecatepec, en el estado de México, registran este problema de insuficiencia de manera continua, por su sobrepoblación, que rebasa el millón y medio, además de que no cuentan con oferta suficiente para cubrir sus necesidades.
La escasez de agua, prevalecerá hasta mayo o junio cuando comienzan las lluvias abundantes que volverán a recargar los acuíferos de los que se extrae un gran volumen; por tanto, la situación compleja, es que no hay el líquido vital”.
Añadió que a la temporada de calor le siguen las inundaciones, que seguirán siendo históricas debido tanto a las condiciones del suelo de la región como a un sistema de drenaje deficiente.
El especialista comentó que para hacer frente a la problemática en 1789 fue inaugurado el Tajo de Nochistongo, seguido del Gran Canal del Desagüe y del Drenaje Profundo, obras que al paso del tiempo disminuyeron su capacidad para evitar inundaciones, por lo que ahora se cuenta con el Túnel Emisor Oriente (TEO), que llevó 12 años en construirse y que ofrece un desagüe de 180 metros cúbicos por segundo.
La red de drenaje de tipo combinado –que está conformado por 128 sistemas de colectores, 108 en la Ciudad de México y 20 en el Estado de México– es auxiliada por 303 plantas de bombeo, 12 tanques de tormenta, 22 sifones, 13 lagunas de regulación y un sistema de interpresas integrada por 29 presas.
Todo ello, sin descuidar los sistemas de atarjeas que recolectan y desalojan las aguas residuales y pluviales provenientes de las casas habitación, entre algunos otros sistemas.
A pesar de todo ello persisten los inconvenientes en la urbe, sobre todo en la zona norte aun cuando las autoridades insisten en que de manera eventual los resolverán, aunque “esto ocurre por la extracción excesiva del agua subterránea, que provoca que el suelo se compacte y se hunda en forma paulatina, lo que en particular se presenta en Xochimilco y el valle de Chalco, que está sobre un lago plano y cuando llueve no permite un desagüe adecuado y debilita los cimientos de casas”, estableció Breña Puyol.
Ante tal panorama, respaldó el llamado de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum a que no se desperdicie este recurso y, “también sería conveniente que informe a la sociedad por qué hay carencia del agua del Cutzamala y Lerma –que abastece 70 por ciento del caudal– y el volumen de los cuatro o cinco acuíferos ubicados en la zona durante la temporada de estiaje”.
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