El gobierno federal pregona ahorros en la compra y abasto de medicamentos, pero la revisión del Presupuesto de Egresos de la Federación, así como de documentos y reportes oficiales, revela inconsistencias y omisión de gastos…
Según la Secretaría de Salud, la adquisición encabezada por Insabi y UNOPS representó en 2021 un ahorro de 18 mil 919 millones de pesos, cifra sin punto de comparación e irreal a la luz del cobro de comisiones por parte del organismo de Naciones Unidas y de los gastos derivados por la contratación de “operadores logísticos” y movilización de personal de la SEDENA, SEMAR, Guardia Nacional, BIRMEX y otras dependencias estatales en labores de reparto.
¿De dónde saca ese número? De acuerdo con el documento “Adquisición Sectorial de Medicamentos e Insumos”, elaborado por la dependencia en julio de 2021, se invirtió en el sector 76 mil 969 millones de pesos cuando se contemplaban gastar 95 mil 888 millones de pesos.
En el reporte, la cantidad se presenta como una “estimación”, aunque es muy cercana -lo cual se omite- a la suma de los presupuestos máximos para ese rubro de todas las instituciones participantes en la compra, constatados en el PEF.
Como parámetro fiable, ¿cuánto se gastó, por ejemplo, en la última adquisición del gobierno anterior?
Conforme a los datos de la Asociación Nacional de Distribuidores de Insumos para la Salud (ANDIS), el importe total de la compra consolidada de 2018 -coordinada por IMSS-, de adquisiciones estatales y Seguro Popular, ascendió a 80 mil millones de pesos, es decir, 4 mil millones más de lo alardeado por la 4T. Sin embargo, el precio anterior incluía la entrega directa de piezas en al menos 2 mil unidades médicas del país.
“En gobiernos pasados las farmacéuticas les vendían a distribuidoras y éstas distribuían en más de 2 mil puntos, entre hospitales, clínicas y centros de salud. Si me compraban, por ejemplo, una insulina en 90 pesos, la vendían en 98 o 99, pero 90 eran para mí, no había monopolio. Las distribuidoras concentraban todas las claves en sus almacenes y desde ahí repartían al país”, explica Arturo Morales, presidente del Consejo Directivo de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (AMELAF, la cual agrupa a más de 40 laboratorios).
“Se desmadró todo el sistema de distribución al decir: ahora me venden los laboratorios directamente, pero nosotros sólo fabricamos, hacemos investigación, no distribuimos. La Oficialía Mayor de Hacienda fracasó en esta tarea, porque no tenía estructura, lo mismo UNOPS e Insabi. Lo más fácil era regresarle el proceso al IMSS, que sí sabía comprar y tenía gente para eso, puliendo lo que estuviera mal. A nosotros nos da lo mismo venderle a un distribuidor que al gobierno, porque lo sigo vendiendo a 90”.
-El gobierno habla de ahorros -se le comenta.
-Dicen, porque antes compraba en 98 y ahora en 90, pero, ¿cuánto les está costando todo el desmadre de la distribución?
“Eliminaron la distribución y el día que compraron, dijeron: ¿y ahora quién lo entrega? No había quien, y contrataron operadores logísticos, que pertenecen al mismo gremio de distribuidores que antes satanizaron. Cayeron en lo mismo. Ahora los usan como almacenes de recepción de medicamentos y para envío a estados, con costo adicional. ¿Cómo lo van a entregar de las capitales a todas las unidades médicas locales? El costo de distribución es para estados, instituciones, cuando antes estaba incluido en el precio”, señala Carlos Ramos, director Ejecutivo de la ANDIS.
-Sabemos que hay unidades médicas que requieren 15, 20 cajitas, otras más, otras menos, ¿cómo es que les era rentable entregar en esos 2 mil puntos? -se le pregunta.
-Por eso existía la consolidación: la integración de varios medicamentos de distintos laboratorios, con una ruta de entrega por diferentes estados. No mandabas una clave, sino 80 o 100, y eso lo hacía rentable. Las unidades de salud no tenían inventarios ociosos, recibían lo que necesitaban. El manotazo contra la distribución les está costando lumbre.
-¿Cuál era el costo de la distribución?
-El 10 por ciento de la compra, pero incluía representación de laboratorios, elaboración de licitaciones, revisión analítica de medicamentos, almacenamiento, etiquetado y distribución en esos 2 mil puntos, cuando se requiriera. Si el monto de la compra en 2018 fue de 80 mil millones, 8 mil millones eran de distribución.
En México, operan alrededor de 2 mil distribuidoras, aunque sólo unas cuantas fueron favorecidas en compra consolidada de 2018, representando a 54 laboratorios. Diez distribuidoras acapararon el 80 por ciento de las transacciones, acusa la administración obradorista: hoy presume 386 proveedores.
En el mundo, la distribución de estos insumos tiende a ser una actividad concentrada. Según las asociaciones, por ser un trabajo especializado y por el nivel de abasto y financiamiento requerido…
“La 4T dijo que había una mafia, pero se olvida que son 150 millones de piezas al mes. El distribuidor iba con el laboratorio A y le compraba 50 mil, iba al B y compraba otro tanto, y así con varios. Todos los medicamentos los integraba en una bodega gigantesca automatizada. Los acomodaba por sistemas de cómputo. Era economía de escala; si fraccionas la distribución, como ahora, la vuelves ineficiente”, describe Juan de Villafranca, Director Ejecutivo de AMELAF.
“¿Cómo integras el precio de un medicamento? Es lo que te cuesta hasta que se lo das al paciente, como cuando viajas: no sólo es el boleto de avión, sino el taxi, las comisiones por equipaje, asiento, categoría y demás. El gobierno habla de un ahorro, ¿dónde está? Si un medicamento le cuesta 10 pesos, y otros 3 pesos por distribuirlo, son 13, ese es el número a comparar”.
Esos 18 mil 919 millones de ahorro redundantes parecen esfumarse, porque corresponden al costo neto de las compras, sin contar la distribución y la comparativa de montos devengados en 2018.
Parecen sostenerse en el aire, si se le restan los 8 mil millones de pesos de la distribución en 2 mil puntos, ya incluida en procesos pasados (aunque el número de unidades en el país es mucho mayor)… Y los 34 millones 465 mil 817 dólares -equivalentes a más de 710 millones de pesos- cobrados por la UNOPS en 2021, por fortalecimiento institucional, asesoría, gerencia, operaciones, comisiones y costos indirectos, según el acuerdo firmado con el organismo, consultado por Crónica.
Se desvanecen si se le quitan los gastos, todavía incalculables, por movilizar a soldados, marinos, guardias nacionales y trabajadores de Birmex para la entrega. Y las tarifas por la contratación, hasta hoy, de nueve operadores logísticos o distribuidores, los cuales se encargan de resguardar los medicamentos e insumos en 12 almacenes ubicados en la Ciudad de México y el Estado de México, y trasladarlos a 72 almacenes estatales. Esto, sin considerar aún el tramo final de entrega en unidades de salud y enfermos…
Según los registros de la Asociación Nacional del ramo (ANDIS), estos nueve operadores cobran entre 1.50 y 2.70 por pieza, un promedio de 2.1 pesos. Si lo multiplicamos por las 603 millones de piezas que, de acuerdo con el gobierno federal, ya se han distribuido, son alrededor de mil 266 millones de pesos.
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