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La Fiscalía General de Justicia del Estado de México declaró que se encuentra investigando el homicidio del empresario Íñigo Arenas Saiz, luego de que la víctima saliera del bar Black Royce, pues se sospecha de una posible intoxicación por escopolamina, una sustancia psicoactiva que presuntamente pudo haber causado su deceso.
Uno de los familiares del empresario, quien hizo el reconocimiento del cuerpo, declaró que no aceptaba la resolución del médico legista, quien decretó que la muerte ocurrió por broncoaspiración por consumo de alcohol. En contraste, el familiar declaró que el crimen pudo haber ocurrido por la colocación de alguna sustancia en la bebida del empresario.
A partir de esta idea, peritos de la Fiscalía solicitaron realizar estudios para hallar alguna evidencia de fármacos en el torrente sangíneo de la víctima. Cabe señalar que el cuerpo del empresario no presentó ningún signo de tortura o violencia. En este sentido, las pesquisas fueron delagadas a la Fiscalía de Asuntos Especiales.
Hasta el momento hay 3 mujeres detenidas, quienes estuvieron en contacto con la víctima; dos guardias de seguridad del lugar y otros testigos. A partir de la investigación, basada en entrevistas, las autoridades establecieron la hipótesis de posible intoxicación por escopolamina.
También conocida como "burundanga", la escopolamina está vinculada a hechos delictivos como robos, violaciones, entre otros, ya que generan la llamada “sumisión química”, la cual provoca un efecto amnésico y alteración del sensorio con desorientación, incoordinación motora, midriasis, taquicardia, visión borrosa, sequedad bucal, retención urinaria, amnesia y en casos más extremos, ataques de psicosis.
En casos de intoxicación grave causa inestabilidad hemodinámica, convulsiones, agitación, hipertermia, delirio, taquiarritmias, coma o falta de mejoría con el tratamiento.
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