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Guerrero, licencia por WhatsApp y carnaval de identidades hechizas

La firma en un papel en blanco, una selfie mandada por WhatsApp y ya está listo para credencializarse; esto merced a los municipios guerrerenses que, ansiosos por ingresar recursos del cobro de derechos, han permitido la generación de una red de intermediarios que tramitan todo por celular. Al final se logra una licencia de conducir válida en todo el país y con una identidad que nunca se verificó.

Bienvenidos al Municipio de Pilcaya, Estado de Guerrero
Especial Especial (La Crónica de Hoy)

En redes sociales se ofrecen, en oferta, las licencias de conducir que emiten los municipios guerrerenses y que, en un mal engranaje de las atribuciones federales, son válidas en todo el territorio nacional. Se emite sin mayor verificación de los datos del solicitante, tramitada por wasap en unas horas, y con registro al sistema electrónico de licencias, lo que puede constituirse en una primera “oficialización” de una identidad personal falsa. A partir de allí, al cabo de un tiempo, puede tramitarse una credencial para votar y posteriormente un pasaporte.

Los municipios guerrerenses, administrativamente débiles, emiten estos permisos de conducir en micas que intentar imitar a las de otros estados, pero que no cuentan con ningún candado de seguridad. No sólo la proliferación de intermediarios (Coyotes, hubiésemos dicho antes) hace evidente que este fast track está muy anidado en Guerrero; también hay concordancia entre quienes venden el trámite y lo que comunican los municipios, siempre con vistas a hacer atractiva la oferta: “La licencia te sirve en todo el país, si alguien quiere verificar su validez legal, el municipio tiene un sistema de consulta en web en el que se respalda la legalidad del documento. Usted paga hasta que vea allí su licencia”. En efecto, los portales oficiales de los municipios tienen este conveniente sistema de consulta al que el titular de la licencia puede aludir si, por ejemplo, lo detiene un policía en otra entidad. De igual forma, los municipios resaltan “la licencia es válida en todo el país y está respaldada por la Ley de Ingresos municipal”.

Uno de los ofertantes incluso promete al teléfono la licencia para chofer de unidades de carga que usan vías federales: “cuesta un poco más; ésta es del estado no del municipio, pero el procedimiento es el mismo: si mandas los documentos por wasap antes de mediodía, la tiene mañana en la mañana”.

¿Y qué en cuanto a los requisitos que –se supondría- hacen necesaria la presencia del solicitante? Fácil, la firma se manda en un papel en blanco y se debe acompañar de una selfie cuyas características se le dan a conocer previamente. Lo demás, son imágenes de otras identificaciones trasmitidas también por wasap. Quién verifica, revisa alteraciones o da certeza al proceso, es un misterio. Las licencias se emiten en unas horas.

Además, si algún ciudadano o intermediario es acusado de alterar un dato de una licencia, la multa por ello se reducirá a mil 700 pesos. No parece algo impagable.

Si bien en un principio los anuncios en redes sociales no hacen referencia al estado de Guerrero, basta llamar para verificar que hay una férrea competencia entre intermediarios, cada uno con diferentes municipios en su cartera, para emitir el documento. Todas provienen de Guerrero.

La lógica de la distribución federalista de atribuciones es que aquello que, por capacidades o envergadura del objetivo, no puede ejecutar un municipio, lo debe hacer la entidad federativa; aquello en lo que la entidad federativa se vea rebasada, la Federación debe tomarlo a cargo.

El estado de Guerrero, desde hace sexenios, optó por dejar en manos municipales la emisión de una credencial para conducir, utilitaria ciertamente, pero que también tiene la característica de ser de facto el documento de identidad de parte de la población.

El engranaje federalista dejó un hueco en este tema por lo que, sin remedio, entidades federales que están buscando emitir documentos personales verificados y con candados informáticos, están en la posibilidad de lidiar con licencias de conducir con identidades cuya certeza es más que endeble.

Guerrero es una de las zonas con mayor problemática de narcotráfico, ajeno muchas veces a escándalos o matanzas que alcanzan las cadenas nacionales de TV, pero repentinamente, cuando el Ejército o –ahora- la Guardia Nacional entra a ciertos municipios, tropeles de “pobladores” salen enseguida a cerrarles el paso. De igual forma, la movilidad en esos lugares incluye los retenes “civiles” bajo tolerancia de la autoridad municipal.

En todos los casos, el énfasis en el tema de las licencias municipales guerrerenses, se pone en lo fácil que es tramitarla previo pago.

Camino Inverso

En Estados Unidos hay un proceso exactamente a la inversa. El llamado Id Real ID que convertirá a las licencias de conducir en una verdadera cédula de identidad poblacional (en Estados Unidos, como en México, este documento básico no existe).

El Gobierno Federal, a raíz de recomendaciones de la Comisión 9/11, obligó a los estados de la unión a dar certeza a la fiabilidad de los datos de las licencias que emiten. Por un lado, domicilio; actividades viales como propiedad de vehículos, uso de seguros de conductor, se cruzan con otros datos como los de seguridad social, cambios legales de nombre, entre otros. Con ese cruce de datos se genera una identidad verificada que será requerida, a partir de mayo próximo, para subir a un avión.

La comisión nacida de los ataques terroristas del 9 septiembre del 200, estableció que hay una necesidad real, de seguridad nacional, para estas credenciales de conductor tengan la capacidad de filtrar a quienes tienen una identidad verificada de aquellos que no.

Tomar un avión no será lo único en lo que la ID Real se vea involucrada. Entrar a instalaciones federales también dependerá de contar con este tipo de identificación y, se espera, a futuro también para realizar ciertos trámites especializados.

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