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Las hepatitis, desde la que se autolimita, a la que evoluciona a condición grave

La mejor manera de prevenir es la vacunación, aún si se pasó la edad de recibir el biológico, es importante acudir a aplicar las dosis faltantes

La Dra. Ana María Polo es una abogada y personalidad de la televisión que es conocida por su programa de televisión "Caso Cerrado".
Doctora Martha Avilés, jefa del Servicio de Infectología en Hospital Infantil de México Federico Gómez, resalta la importancia de vacunarse contara la Influenza Doctora Martha Avilés, jefa del Servicio de Infectología en Hospital Infantil de México Federico Gómez, resalta la importancia de vacunarse contara la Influenza (La Crónica de Hoy)

La hepatitis es un virus que ocasiona la inflamación del hígado, en ciertos casos puede evolucionar a enfermedad grave con complicaciones en este importante órgano, e incluso, el desarrollo de cáncer de hígado.

En entrevista con Crónica, la doctora Martha Avilés, infectóloga pediatra, egresada del Hospital Infantil de México "Federico Gómez", recordó que existen cinco diferentes tipos de hepatitis (A,B,C,D y E), de las cuales la A y la E, se adquieren por el consumo de alimentos o agua contaminada.

“Cuando se ingieren alimentos o agua contaminada, provocan una enfermedad aguda con diarrea, ictericia –color amarillo de la piel-, sin embargo, es importante mencionar que, en la mayoría de los casos, esta es una enfermedad autolimitante”, es decir, que en estos dos tipos de la hepatitis ocasiona una enfermedad que prácticamente solita se cura.

Señaló que sólo en el 1% de los pacientes con hepatitis A, puede presentar enfermedad fulminante que cause falla hepática tan aguda, que requiera un trasplante de órgano, “pero es poco frecuente”.

En el caso de la hepatitis A, aclaró, la vacuna está disponible, aunque no en el sector público, sino en el privado, y esta se puede aplicar a cualquier edad, a partir del primer año de vida.

La también investigadora de Ciencias Médicas, de la Academia Mexicana de Pediatría, puntualizó que la relevancia de la hepatitis B, es que esta sí es más peligrosa, ya que se ha asociado a un tipo de cáncer, que es el carcinoma hepatocelular y en algunos pacientes a largo plazo también causa cirrosis hepática, cáncer de hígado, que son las complicaciones que más preocupan en el largo plazo.

Cabe aclarar que la cirrosis hepática, es cuando el hígado va perdiendo su funcionalidad, se va cicatrizando, es decir que se va haciendo duro y pequeño “y justo eso ocasiona que el hígado no funcione bien, que lleva a la insuficiencia del órgano”.

Al respecto resaltó que la vacuna contra la hepatitis B se aplica a todos los recién nacidos, ya que este virus se puede trasmitir de madre a hijo y luego los refuerzos a los 2,4,6 y 18 meses, en la vacuna hexavalente.

En este caso, la doctora Martha Avilés resaltó que también para la hepatitis B, la vacuna se puede aplicar a cualquier edad, aún en adolescentes o adultos.

En el caso de la hepatitis B y C la vía de transmisión es por transfusión de sangre contaminada, relaciones sexuales de riesgo sin usar preservativo, o compartir agujas para el uso de drogas intravenosas.

Aclaró que la diferencia entre hepatitis B, de la C, es que, aunque las dos pueden evolucionar a cirrosis hepática o cáncer de hígado, en el caso de la B y no cuenta con un tratamiento efectivo, como la hepatitis C, “pero sí se puede prevenir con la vacunación”, insistió.

Para la hepatitis C, en la actualidad se cuenta con tratamiento altamente efectivo con antivirales si se atiende a tiempo, ya que si evoluciona también puede causar cirrosis y cáncer de hígado.

La especialista mencionó que en el caso de la hepatitis D, ésta se asocia a una coinfección de la hepatitis B con la D.

Respecto a las acciones preventivas que las personas pueden adoptar, a fin de reducir el riesgo de contraer el virus de la hepatitis B, señaló que están tener cuidado, quienes gusten de los tatuajes y/o piercings, asegurarse que se hace en lugares donde se esterilicen los equipos, evitar las relaciones sexuales de alto riesgo, es decir, utilizar preservativo, lo que permitiría disminuir el riesgo de contagio, “aunque no lo exenta 100%”.

Insistió en que la mejor medida preventiva en infantes es aplicar la vacuna correspondiente para el caso de la hepatitis B, que está incluida en la cartilla nacional de vacunación, con especial énfasis en quines no tienen su esquema de inmunización completo.

La doctora Martha Avilés resaltó que luego de la pandemia de la COVID-19, las coberturas de vacunación bajaron, ello con base en datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), y del Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia (Censia).

Por grupo de edad, en niños menores de un año, la disminución fue al 86%, “y para considerar que tenemos una adecuada cobertura y que no tengamos ninguna emergencia de enfermedades prevenibles por vacunación, un buen nivel debería ser entre 90 a 95%”.

En el caso de la vacuna hexavalente las primeras tres dosis que se ponen al año de vida, la cobertura está en el 83%, y aunque no está tan mal, “la realidad es que nos quedamos bajos, ahí hay un porcentaje de niños vulnerables en riesgo”.

Asimismo, la cobertura de vacunación en niños de 4 años la cobertura está en 78% en todas las vacunas.

La doctora Avilés enfatizó que el llamado es a que se revisen las cartillas de vacunación, y acudan al médico a aplicar las dosis faltantes, no importa si la o el niño ya tiene un año o hasta 3 años, “si el esquema está incompleto, no hay un límite de edad para recuperar las dosis que faltaron, lo importante es completar los esquemas de vacunación”.

En este mismo caso, dijo, la recomendación es para quienes han vivido con factores de riesgo antes mencionados y que desconozcan cuál es su estado de salud en cuanto a la hepatitis B, para lo cual pueden hacerse la prueba de detección, con una simple gotita de sangre.

Para quienes dan positivo a este tipo de hepatitis, deben mantenerse en monitoreo médico, ya que hay veces que el virus está en el organismo, puede suceder que esté “digamos dormido”, y hay que vigilar que no se active para que no haga daño al hígado, “a veces nada más es vigilar que el virus no se active y no se multiplique”, ya que, señaló, puede evolucionar hacia la cronicidad o puede quedarse ahí durante mucho tiempo sin causar ningún daño.

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