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Llevaban tres días muertos, semienterrados en el patio de su propia casa, dijo el forense…
Doña María solloza mientras siembra las semillas de durazno. No sabe cuándo ni cómo el problema se salió de control, hasta terminar con el asesinato de dos de sus hijos, su nuera y su nieta de 12 años.
El homicidio de esta familia, descubierto apenas el 6 de septiembre pasado, cimbró al municipio, con la etiqueta de “pueblo mágico” desde 2007. Todos aquí hablan de lo sucedido. Hasta hace algunos años un episodio así era inimaginable en esta tierra famosa por sus tapetes de aserrín y de flor de dalia, por sus haciendas, sus paisajes en La Malinche y su tradición taurina.
“El consumo y la distribución de drogas nos ha llevado al traste”, dice don Roberto, campesino de la localidad.
-¿Cuándo se extendió esto de las drogas? -se le pregunta.
-Desde hace cinco años esta cochinada nos comenzó a invadir, y las autoridades como si nada.
En el espejo de Huamantla podrían reflejarse cientos de poblados en el país. Es apenas una historia de otras por contar en estas páginas. Pasó de ser una apacible localidad de artesanos, titiriteros y productores de muéganos a una zona disputada por los narcos, pese a la aplicación de todos los programas sociales de la 4T.
Contrario a lo enarbolado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien supuso un freno a la criminalidad con la dispersión de becas y ayudas gubernamentales -“atender las causas”, decía él-, aquí la delincuencia se extendió durante su mandato, conforme al testimonio de los pobladores.
“Los apoyos sociales no sirven mientras policías de todos los niveles y autoridades municipales estén coludidas con los delincuentes, mientras se sigan eligiendo como presidentes municipales a los mismos pillos de siempre. Lo que hace falta es terminar con la mala política y la corrupción, apostar por la inteligencia policial y por un programa real de valores e integración familiar”, asegura don Javier, ganadero local.
Desde principios de 2019, AMLO anunció una estrategia nacional contra las adicciones, enfocada hacia los jóvenes, pero el fracaso quedó garantizado: la dejó en manos de su vocero Jesús Ramírez Cuevas…
MERCADOS. El multihomicidio, inédito en esta franja, ocurrió en San José Xicohténcatl, una de las colonias más grandes del municipio, con casi 13 mil habitantes. En San José la mayoría de los chicos reciben Beca del Bienestar y el programa Jóvenes Construyendo el Futuro también se ha extendido, en especial en actividades agrícolas y ganaderas. A la par, se tienen registrados más de 80 beneficiarios del programa Sembrando Vida… Una de ellas es doña María, quien no para de llorar desde la pérdida de su familia.
De acuerdo con las voces de vecinos y mandos municipales, el caso está vinculado con la apertura de nuevos mercados para la venta de droga, impulsada desde Tepito, en la Ciudad de México, y con la lucha territorial entre bandas o corrientes de un mismo grupo.
“Una de las hijas se fue a trabajar a México y se relacionó con un muchacho de Tepito, dedicado a la distribución de drogas. Él es quien las traía para Huamantla, y poco a poco fue incorporando a los demás hermanos y a otros conocidos. Se fueron dividiendo el territorio por barrios y rancherías: ´tú vendes de aquí para allá y a mí me dejas esto´, pero pasó lo de siempre, era tan jugoso el negocio que se comenzaron a meter en puntos que no les correspondían”, narra a Crónica uno de los agentes ligados a la investigación.
“Por esas peleas territoriales se fueron enemistando. Un día los hermanos golpearon al muchacho de Tepito y ahí nació la venganza. ´Voy a regresar´, les dijo. Y sí, volvió con gente del Barrio Bravo sólo para matarlos: a dos de los hermanos, y a la esposa e hija de uno de ellos. Mataron hasta a los perros”.
La puerta perforada por las balas es señal de la tragedia…
“No escuchamos nada. Nos dimos cuenta después porque el zaguán quedó todo agujerado, y porque comenzó a oler mal. Fue cuando avisamos a las autoridades”, cuenta doña Carmen, sorprendida por los virajes en la vida de las víctimas.
“Hace algunos años estos muchachos eran gente de bien, dedicada a sembrar. Eran campesinos, se levantaban muy temprano para ir a cuidar la milpa, pero empezaron a consumir lo que les traían y se echaron a perder”.
Según don Marcial, otro residente, las autoridades fueron indiferentes…
“Hace cuatro o cinco años vinieron los de Tepito y luego los de Jalisco y no sé de dónde más, y los presidentes se voltearon para otro lado. Muchos niños y jóvenes se enviciaron. De repente empezamos a ver grupos de chamaquitos drogándose en las esquinas y haciendo fechorías. Hubo algunos vecinos que llamaron a la policía, pero fue pura llamarada de petate”.
“Un día llegó la policía estatal y encontró a los chamacos con drogas y armas blancas. Los agarraron y formaron a todos, en plena calle. Ya se los llevaban, pero mucha gente salió a defenderlos, eran familiares o amigos de ellos. Uno de los uniformados gritó: ´nosotros venimos a hacer nuestro trabajo, pero miren cuánta gente defiende a estos chavos, por eso hacen lo que quieren, luego no se vayan a quejar´. Los dejaron libres, y ya nadie paró la bola”.
¿Y LAS BECAS? El robo -tanto de autos como a transeúntes y hogares- se multiplicó. Además de las extorsiones.
-¿De dónde sacan los chicos dinero para las drogas? -se pregunta a don Roberto.
-Agarran lo que no es suyo, roban lo que encuentran, hasta de sus propias casas sacan lo que pueden y lo venden, o andan robando a la gente, en otras casas. Algunos siguen yendo al campo, pero sólo para aprovechar las cosechas, juntan maíz, frijol o lo que se dé en la temporada y lo venden, y con eso tienen para su droga.
-¿Y son conocidos los puntos de venta?
-Sí, todos los conocemos, ya no es uno, son varios, hasta en las rancherías andan vendiendo en casitas que no te puedes imaginar.
-¿Y las becas, los apoyos sociales a los jóvenes y familias?
-Muchos reciben, en Jóvenes Construyendo el Futuro reciben hasta por cuidar vacas, el ganado, pero luego utilizan ese mismo apoyo para la droga. No es fácil, no sólo se trata de dar dinero, hay que arreglar cosas arriba, entre los que gobiernan y son cómplices de los mafiosos.
De 2021 a principios de 2024 Huamantla fue gobernado por Salvador Santos Cedillo, del Partido Verde, aliado de Morena. Su administración dejó muchas dudas. Renunció a principios de este año para buscar un segundo periodo, “y volvió a ganar, pero a la mala”, coinciden muchos huamantlenses.
Apenas el 30 de agosto rindió protesta para el ciclo 2024-2027, tan sólo días antes de la matanza en San José. Lo hizo bajo diversas sombras: uno de sus hermanos fue detenido en abril de este año, lo ligan al secuestro y muerte de un empresario en Quintana Roo; también ha sido relacionado con la ejecución del dueño de un rancho aledaño a la cabecera municipal, crítico al gobierno de Santos.
El edil estuvo involucrado en irregularidades en torno a la colocación de un pozo de agua, el cual buscaba ubicar en uno de sus terrenos. Y los lugareños lo acusan, además, de proteger a una banda de clonadores de tarjetas, cuyas víctimas principales han sido ancianos y estudiantes, usuarios del Banco del Bienestar.
La vida ya no es igual en este pueblo mágico entre alfileres y pólvora. Los jóvenes se arremolinan en las esquinas, prisioneros de la coca y el cristal. La puerta, taladrada por los proyectiles. El recuerdo fresco de una familia eliminada. Y doña María solloza en el vivero, maldiciendo los días cuando sus hijos se perdieron…
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