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En la incertidumbre, migrantes que transitan por territorio mexicano

Las miles de personas, la mayoría centroamericanas que se quedaron a las puertas de la frontera norte y las que están en el sur, esperan que se autorice el paso libre para tratar de alcanzar el “sueño americano”

Cuartoscuro/

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Damián Sánchez Jesús

Dos días después de que terminó el Título 42 del código de salud de Estados Unidos que restringía el acceso a los migrantes por causa de la Covid-19, y cuando anhelaban que se abrirían las puertas de la máxima potencia del mundo para darles la oportunidad de buscar el “sueño americano”, se encuentran con que Washington lanzó la advertencia de que quien cruzara de forma ilegal sería deportado “fast track” a sus países de origen y sancionados con cinco años de prohibición para entrar legalmente al país. 

Frente a este panorama, las miles de personas, la mayoría centraomericanas que se quedaron a las puertas de la frontera, viven en la incertidumbre, ya que el gobierno mexicano cerró albergues y prohibió la entrega de permisos de tránsito, lo que los pone contra la pared.

Al terminar el Título 42 miles de migrantes que fueron detenidos por elementos de la patrulla fronteriza apenas al cruzar la frontera, por lo que sin miramientos fueron devueltos a territorio mexicano, lo que agravará la situación, ya que las autoridades mexicanas a través del canciller Marcelo Ebrard ya advirtieron que no hay capacidad para recibir a más de mil personas por día.

El canciller advirtió el pasado 12 de mayo que “México les hace saber que no podría en ningún caso recibir a más de mil migrantes en un solo día, no podríamos, no tenemos la capacidad ni lo aceptaríamos y eso estaba vigente, no de ahora, desde el Título 42. Ellos lo saben, no vamos a aceptar más de ese número porque no podríamos”, afirmó.

Esta crisis que golpea a México sigue en ascenso, luego de que el Instituto Nacional de Migración (INM), órgano de la Secretaría de Gobernación ordenó el cierre de las 33 estancias migratorias, así como prohibió la entrega de permisos de tránsito libre por el país.

Esta acción ya ha sido denunciada por organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes, ya que si el gobierno de México acordó con Estados Unidos recibir a los migrantes que fueran regresados al país, su obligación es darles atención, protección y no desampararlos, como está ocurriendo ahora, ya que esta acción viola todos los derechos humanos de la comunidad migrante, toda vez que ignorar “los rescates masivos pueden tornarse violatorios a los derechos humanos, al no contar con un lugar para dar alojamientos a los extranjeros”.

En la frontera norte migrantes que aguardan en espera de que les permitan cruzar a EU buscan refugio en cualquier parte, en alguna iglesia, posada o en el patio de alguna casa donde les permitan pasar la noche sin exponerse a ser asaltados o ser violentados por causas de discriminación.

Autoridades y activistas pro migrantes han hecho varias recomendaciones a grupos que han salido desde el centro del país y que han tomado rumbo hacia los estados del norte, para que viajen en grupos, principalmente de día y evitar caminar de noche dados los peligros e inseguridad que pudieran enfrentar.

Entre las recomendaciones en las que se les ha insistido es que no duden en pedir ayuda ante cualquier situación sospechosa que detecten, como falsos retenes de seguridad y que son aprovechados por el crimen organizado; evitar el tránsito por carreteras solitarias entre los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua y Sonora, ya que existe alto riesgo de secuestro por grupos criminales, o sufrir deshidratación por causa del intenso calor.

En lo que respecta a la frontera sur, en particular en Chiapas, estado que es frontera con Guatemala, miles de migrantes siguen llegando y se suman a los que desde hace semanas o meses aguardan a la espera de que les den un permiso para transitar legalmente o si no hay tal licencia muchos han emprendido esta travesía rumbo al norte del país.

Un migrante de Venezuela comentó a periodistas que se están organizando para salir en una caravana, ya que desconocen la fecha en que se reactivará la entrega de los permisos múltiples migratorios.

“No sabemos a dónde se están llevando a las personas. No sabemos qué va pasar con nosotros. Hay mucho riesgo, no sabemos si caiga la migración”, continuó.

En suelo chiapaneco y a unos metros de los límites con Guatemala, un agente de migración aseguró que no hay medidas extraordinarias de vigilancia y que únicamente patrullan el río Suchiate y el centro de Ciudad Hidalgo, onde se atiende alguna duda de los migrantes que siguen en la zona.

Crisis en la CDMX

Así como se vive la incertidumbre en el norte y sur del país, el problema también pega a los estados del centro, entre ellos la Ciudad de México, donde el albergue temporal para migrantes que se instaló provisionalmente como apoyo para la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), en el Bosque de la alcaldía Tláhuac, por ser una estancia temporal del INM, ésta se sumó a los 33 albergues que cerraron, por lo que en una acción obligada y por el acuerdo alcanzado con las autoridades de EU, a los migrantes se les traslado en autobuses a otros estados del sur del país donde se asegura hay menos carga para atenderlos y donde se presume hay oficinas de Migración o de la Comar, sin que hasta el momento se sepa el paradero de este contingente.

Luego de que el albergue temporal en Tláhuac fue desmantelado, en la alcaldía Cuauhtémoc, el albergue migrante que abrió Sandra Cuevas en la colonia Juárez para atender a 250 personas ha visto rebasada su capacidad de atención, por lo que al no poder recibir a más personas esto ha obligado al resurgimiento de la Pequeña Haití, esa comunidad de tránsito ocasional que durante el día se dispersa en busca de trabajo, ayuda vecinal o de organizaciones defensoras de los migrantes, para nuevamente en las noches regresar a la Plaza Giordano donde montan sus tiendas de campaña para dormir, sin importar que llueva, truene o relampaguee.