El infarto cerebral, es una de las enfermedades cardiovasculares más comunes. Cada año se registran alrededor de 250 mil eventos al año en el país.
En entrevista con Crónica, el doctor Daniel Sánchez Arreola, médico cirujano con especialidad en urgencias médicas quirúrgicas indicó que el infarto cerebral hoy, ya es considerado un problema de salud pública, porque es de las enfermedades cardiovasculares, que son la primera causa de muerte en México y a nivel mundial.
“Para tener una idea de la magnitud de esta enfermedad, hay que señalar que cada 4 minutos una persona en el mundo muere por un infarto cerebral, con lo que, después del Alzheimer, es la primera causa de discapacidad”, indicó.
La incidencia se incrementó en los últimos años de 7 a 10%, “y lamentablemente para el 2030 va a ser de las primeras causas de muerte a nivel mundial”.
El médico especialista e integrante de la mesa directiva de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia, indicó que el infarto cerebral se origina cuando se interrumpe súbitamente el flujo de sangre al cerebro, y tiene una importante asociación con factores de riesgo como: diabetes mellitus, hipertensión arterial, obesidad, dislipidemia y sedentarismo.
El doctor Sánchez Arreola señaló que el principal problema es que muchos pacientes siguen llegando tarde a los hospitales, “y es que a diferencia del infarto al corazón que suelen ser dolorosos, el cerebro no manifiesta dolor”.
Una persona puede estar bien y de repente manifestar signos y síntomas de que algo no anda bien, y es ahí en donde hay que estar muy atentos y no dejar pasar nada que no sea normal y acudir de inmediato a los servicios de emergencias, insistió.
Señaló que la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencias, en coordinación con la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral, ha adoptado el acrónimo CAMALEÓN, para que la población se acuerde de cuáles son los signos y síntomas más comunes de un infarto cerebral.
Este acrónimo, abundó, comprende los síntomas que deben tenerse muy presentes y sospechar de un infarto cerebral.
CA: de Cara, es decir, que se cuelgue un lado de la cara, los músculos faciales se hagan de lado, boca, mejilla, que haya una asimetría. MA: se refiere a la mano, que no se pueda controlar, que se le levante y se caiga, o una disminución de la fuerza del brazo, que no pueda tomar o sostener un objeto, a veces no pueden caminar. LE: Es de la lengua, cuando se arrastran las palabras y no podemos hablar bien o lo que dice el paciente no se entiende. ON: Es en relación a actuar de inmediato. Llamar a emergencias, al 911 y acudir lo antes posible a urgencias a atención médica.
La finalidad, es que un mayor número de personas tengan presentes este tipo de síntomas y actúen de inmediato, dijo el doctor Daniel Sánchez, ya que existe escasas 4 horas y media para poder administrar el medicamento que restituya el flujo de sangre al cerebro.
“Entre más pronto se lleve al paciente al hospital, tienen probabilidad de un mejor pronóstico de restituir la función cerebral casi en su totalidad”, manifestó, aunque, abundó, hay pacientes a quienes los llevan al hospital dos o tres días después y desafortunadamente, ya es poco lo que podemos hacer por ellos.
En México a pesar de que es una enfermedad infra diagnosticada es decir que muchas veces se pasa por alto, se estiman entre 230 hasta 250 mil casos al año, de los cuales, 1 de cada 4 mujeres y 1 de cada 7 hombres, van a tener un infarto cerebral alguna vez en su vida.
El especialista aclaró que, debido a todos los factores de riesgo mencionados, cada vez es más frecuente que adultos de entre 40 a 45 años presenten este tipo de eventos, cuando antes se pensaba que era una enfermedad propia de los adultos mayores, es decir gente que rondaba los 65 años.
Lo relevante, aseveró, es que, es una enfermedad prevenible, si se evita el sobrepeso, obesidad, sedentarismo, si se tiene diabetes o hipertensión mantener en adecuados controles la enfermedad con apego a los fármacos prescritos, ya que esta enfermedad puede costar hasta 900 mil pesos al año, por cuidados de estos pacientes que quedan con secuelas permanentes.
“Hoy tenemos una mortalidad calculada en el 40%, es decir que de cada 10 pacientes con infarto cerebral 4 van a tener un riesgo alto de muerte y 6 no, pero queremos cambiar estas cifras”.
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