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Las enfermedades del corazón se han convertido en la primera causa de muerte a nivel nacional, con lo que, cada año, más de 200 mil personas mueren como resultado de alguna complicación relacionada con padecimientos cardiacos.
Es importante mencionar que la Muerte Súbita Cardíaca (MSC), ocasionada por un paro súbito cardíaco, se encuentra en esta estadística con al menos 33 mil muertes al año.
En este sentido, el doctor Daniel Sánchez Arreola, integrante de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia, explicó que un paro súbito ocurre cuando hay una falla eléctrica en el corazón, es decir, cuando el corazón literalmente deja de latir y cuando esto ocurre, la persona debe recibir Reanimación Cardiopulmonar (RCP) inmediata y cuenta con menos de 3 minutos para ser auxiliado a través de un Desfibrilador Automático Externo (DAE) que emita una descarga eléctrica controlada al pecho y lograr que el corazón vuelva a latir”.
En el marco del Primer Foro, Muerte Súbita y Cardioprotección, realizado en la Unidad de Congresos del Centro Médico Nacional Siglo XXI, médicos especialistas afiliados en la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia (SMME), hicieron un llamado a las autoridades de salud pública para avanzar en la legislación de espacios cardioprotegidos en el país, los cuales pueden llegar a evitar la muerte de miles de personas ante un Paro Cardíaco Súbito (PCS).
En este contexto, el doctor Sánchez Arreola advirtió que cada minuto que pasa una persona sin recibir una desfibrilación, disminuye hasta en un 10% la probabilidad de sobrevivir a este tipo de eventos, de ahí, la importante necesidad de contar con espacios cardioprotegidos en lugares públicos tan importantes como: estadios, deportivos, aeropuertos, edificios administrativos, entre muchos otros que son altamente concurridos y a cualquiera le puede ocurrir un evento de este tipo en cualquier instante.
Mencionó que todo espacio con capacidad para albergar de 500 personas en adelante debe estar cardioprotegido, es decir que, al menos 30% del personal, esté capacitado para efectuar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), y que el edificio o lugar cuente con un Desfibrilador Automático Externo (DAE) y material ilustrativo para su uso.
Lamentablemente en México a nivel legislativo, no contamos con una ley federal que obligue a los dueños de espacios públicos, a contar con una estrategia que permita garantizar la cardioprotección, dijo, ello con base en el nivel de afluencia de personas.
La enfermedad cardiaca se ha convertido en una emergencia de salud pública si se toma en cuenta que, de todos los casos de paros súbitos cardíacos, en el 50% de este tipo de eventos, las personas no cuentan con antecedentes de enfermedad cardíaca, ni presentan algún síntoma; es decir, puede ocurrir en cualquier momento.
El doctor Daniel Sánchez Arreola, señaló que a nivel nacional, sólo seis estados cuentan con una Ley de Cardioprotección que exige este tipo de espacios, en los casos de: Yucatán; Morelos; Jalisco; Sonora; Sinaloa y Coahuila, en tanto que otros estados han logrado esfuerzos aislados para implementar espacios cardioprotegidos, como es el caso de: Aguascalientes, San Luis Potosí, Durango, Puebla e Hidalgo sin embargo, aunque, estos esfuerzos todavía resultan ser insuficientes, si se compara con el número de fallecimientos que hay por estas causa.
Sostuvo que, para mejorar la atención a este tipo de eventos, requiere un esfuerzo conjunto, tanto por parte de voluntarios no médicos, quienes serán los encargados de iniciar las maniobras de supervivencia, mientras llega el personal médico al sitio de la emergencia, así como de las autoridades de salud para lograr políticas públicas que ayuden a consolidar y estandarizar la atención del PSC a nivel nacional.”
En este mismo sentido, el Comité de Urgencias Cardiovasculares de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia realizó un llamado urgente a la acción multidisciplinaria para que sociedad, servicios de emergencia, asociaciones médicas, rectores y gerentes de los sistemas de salud y órganos legislativos sumen esfuerzos para enfrentar la muerte súbita y cambiar el curso de la enfermedad.
Resaltó que, a través de estrategias orientadas a la población civil para difundir la importancia de la Muerte Súbita Cardíaca, como enfermedad y sus factores de riesgo, se puede comenzar a generar mayor conciencia de esta enfermedad, sus riesgos y en consecuencia que estén más ocupados en el autocuidado de la salud de todos.
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