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“Hay mano negra” en la protesta de los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa que rompieron la puerta de acceso a Palacio Nacional, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Durante su conferencia de prensa matutina, desde Tamaulipas, dijo que le llamó la atención que los familiares de los normalistas llegaran a la Ciudad de México hace una semana e iniciaran con “actos de provocación” en diferentes inmuebles.
“Se ponen enfrente de Palacio y de repente, antier llegan como seis camiones más, y a querer entrar por la fuerza, para dar nota a los medios que están al servicio del conservadurismo, de la mafia, del poder económico y político, es muy claro”, detalló.
Ante la advertencia de que los familiares de los normalistas radicalicen sus protestas en caso de no lograr una reunión con Ejecutivo Federal, consideró que “los medios de información magnifican todo lo que suponen que afecta a su gobierno”.
Añadió que “no se dan cuenta de que, al difundir tanto un hecho de esa naturaleza, nos ayuda a que la gente, que ya tiene mucha conciencia, advierta que en estas acciones hay mano negra, que son actos de provocación”.
Calificó las protestas del portazo como “un vulgar acto de provocación” y reiteró: “nosotros no vamos a caer en ninguna provocación”; opinó que sus adversarios “están desesperados” y recurren a la guerra sucia.
Consideró que “es muy justa” la demanda de los padres y madres de los normalistas de Ayotzinapa, pero aseguró que grupos de derecha conservadores, organizaciones de la sociedad civil y supuestos defensores de derechos humanos “ya se han montado en este lamentable asunto”.
“Es un cóctel de provocadores que están en contra de la transformación”, acusó el Primer Mandatario.
Luego reiteró que su movimiento ha luchado durante años por causas justas, que son los que más se han manifestado en la historia del país “y no se rompió un vidrio”.
El presidente manifestó que su lucha “siempre ha sido pacífica, recurren a la violencia los que no tienen la razón”.
Lamentó los hechos ocurridos el miércoles y aseguró que su gobierno trabaja para localizar a los normalistas de Ayotzinapa.
El presidente López Obrador garantizó que habrá diálogo con los familiares de los normalistas; “yo quiero hablar con las mamás, con los papás de los jóvenes”.
Acusó que “hay intereses” por parte de las mismas organizaciones que hoy se muestran preocupadas por el caso; “no quieren que se avance y dejaron todo enmarañado”.
No obstante, expresó su desconfianza en los intermediarios y aseguró tener pruebas de que los defensores de los padres de los normalistas promovieron un juicio para liberar a quienes participaron en la desaparición de los jóvenes, bajo el argumento de que los habían torturado.
Dijo que se trata de “un doble juego que es típico del conservadurismo: la doble cara, la doble moral, el doble discurso”.
Otra vez acusó al senador Emilio Álvarez Icaza de estar detrás de todo esto, pues en ese entonces presidía la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
También mencionó a la actual alcaldesa en Álvaro Obregón, CDMX, Lía Limón, quien fungía en aquel entonces como Subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación.
El presidente explicó que “hay muchos elementos para sostener que no quieren que se sepa la verdad”, y criticó a los abogados de los padres de los normalistas y a la CIDH por expresar su inconformidad ante la detención del exprocurador Jesús Murillo Karam.
Nuevamente, criticó a periodistas como Carlos Loret de Mola, Joaquín López-Dóriga y Ciro Gómez Leyva y reiteró que nunca se había visto que se atacara tanto a un presidente desde la época de Francisco I. Madero.
Aseguró que desde su gobierno no se limitan las libertades y cuestionó: “¿cuándo se había visto que quisieran tumbar la puerta o tumbaran la puerta de Palacio?”.
Dejó en claro que su gobierno no reprime ni desaparece a nadie, tampoco ordena masacres ni tortura, “no somos represores, entonces, ¿por qué es la inconformidad? Ah, porque se sentían los dueños de México y se dedicaban a robar”.
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