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Medidas preventivas de salud visual ayudan a disminuir hasta 50% resequedad ocular

Se debe usar lentes oscuros con filtros UV en exteriores, micas antirreflejantes en interiores y lágrimas artificiales, porque altas temperaturas y radiación favorecen resequedad ocular

Primer plano del ojo humano
Ojo Ojo (Especial)

Con el inicio de la primavera, y el incremento en el número de días con altas temperaturas, es importante adoptar medidas preventivas que permitan evitar la llamada evaporación de las lágrimas.

En esta temporada, cuando la temporada ambiental suele ser más elevada, situación que se ha venido agravando a lo largo de los años, resultado del cambio climático y el calentamiento global, en algunos casos generan un fenómeno que consiste en la evaporación del líquido lagrimal, lo que puede derivar en cuadros de resequedad de los ojos que se presentan en niveles que van desde leve hasta severo, constituyendo este último un padecimiento extremadamente incapacitante.

A fin de reducir las complicaciones por esta situación, es recomendable adoptar hábitos de cuidado como el uso de lentes oscuros con protección contra rayos UV en exteriores, anteojos antirreflejantes en interiores y para quienes tengan que utilizar de manera frecuente dispositivos electrónicos como monitores de computadora, o incluso teléfono celular, tabletas y aparatos similares.

Además, para mantener la humectación de los ojos, es recomendable utilizar lágrimas artificiales prescritas por un oftalmólogo, aunado al parpadeo consciente, ello, debido a que ha quedado comprobado que cuando las personas ven la computadora o cualquier otro tipo de dispositivo electrónico, el parpadeo del ojo suele reducirse de manera importante, ya que el ojo parpadea de 15 y 20 veces por minuto.

También se recomienda disminuir el nivel de brillo de los dispositivos electrónicos que se emplean en la vida cotidiana porque, aunque todavía no se cuenta con datos concluyentes, existe la sospecha que la radiación que emiten está asociada a una mayor incidencia de otras patologías como cataratas o retinopatías.

Los primeros síntomas que las personas deben observar cuando comienza la resequedad de los ojos es: ardor, dolor, sensación de basura y fatiga ocular; a largo plazo puede derivar en un síndrome de ojo seco que puede ser transitorio y durar un tiempo relativamente corto.

Si hay factores de riesgo como: alergias, condiciones medioambientales cotidianas adversas o predisposición genética, se puede agravar hasta a un cuadro de resequedad ocular severa que puede requerir tratamientos más invasivos y costosos como la obstrucción de los puntos lagrimales con objeto de que la lágrima dure más tiempo en el ojo.

Ante ello, en el Servicio de Oftalmología del Hospital Juárez de México y del General de México “Dr. Eduardo Liceaga”, recomiendan tener cuidado con los aires acondicionados o ventiladores, porque no favorecen la adecuada hidratación de los ojos, por lo que hay que complementar las medidas de higiene visual con lágrimas artificiales que prevengan cuadros severos que, además de molestias, son potencialmente incapacitantes y disminuyen la capacidad visual.

Para personas con enfermedades sistémicas como diabetes o padecimientos autoinmunes como artritis reumatoide o lupus, tienen mayores probabilidades de desarrollar resequedad ocular y son proclives a generarse úlceras que, dependiendo de la respuesta del paciente, tienden a convertirse en infecciones o incluso en perforaciones de córnea, en un cuadro que se denomina queratitis punteada superficial, que es una inflamación de la córnea cuyos principales síntomas son: enrojecimiento, lagrimeo, fotofobia e incluso disminución de la capacidad visual.

Parpadear un mayor número de veces y hacerlo de manera constante favorece la humectación de los ojos, ya que esta acción ayuda a distribuir mejor en el ojo el líquido humectante y estimula la generación de lágrimas, lo cual deriva en mejor protección ocular.

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