La Enfermedad Renal Crónica (ERC), es uno de los padecimientos que en la actualidad, continúa registrando un importante incremento en el número de casos, ello, debido a un aumento en la prevalencia de diabetes, hipertensión arterial y obesidad, por lo que tiende a convertirse en un problema de salud pública.
Es importante mencionar que realizarse estudios de laboratorio de manera regular puede identificar la presencia de disfunción renal de manera temprana, debido a que este padecimiento no da síntomas de malestar alguno, hasta que ya se encuentra en etapas avanzadas.
En este sentido, es importante mencionar que con base en información del estudio Global Burden of Disease 2021, de las 25 ciudades en el mundo con mayor número de muertes por Enfermedad Renal Crónica (ERC), nueve se encuentran en territorio nacional, colocando a México en la 12º posición en mortalidad como consecuencia de esta enfermedad a nivel global, de acuerdo con un análisis de datos basado.
Con una incidencia aproximada de 13 millones de personas con Enfermedad Renal Crónica en México, los estados con mayor tasa de mortalidad identificados por el estudio son: Veracruz (73.14 por cada 100 mil habitantes), Tabasco (64.35 por cada 100 mil), Ciudad de México (64.12 por cada 100 mil), Oaxaca (62.90 por cada 100 mil), Tlaxcala (61.20 por cada 100 mil), seguidos del Estado de México, Morelos, Puebla y Coahuila.
Ante este panorama, la doctora Nadia Saavedra Fuentes, nefróloga intervencionista por la Sociedad Latinoamérica de Nefrología, resaltó que la enfermedad renal crónica es un padecimiento de evolución lenta y progresiva, sin síntomas en etapas iniciales, y en consecuencia es diagnosticado cuando, desafortunadamente ya se encuentra en etapas avanzadas y ya hay un deterioro importante de la función renal, y la posibilidad de evolucionar a insuficiencia renal, la cual es mortal si no se realizan filtraciones artificiales (diálisis) o un trasplante de riñón.
Subrayó la importancia de comenzar a adoptar medidas preventivas enfocadas a reducir el riesgo de desarrollar este tipo de enfermedad que afecta la función renal, y con ello, pone en riesgo la vida de las personas, para lo cual es necesario el control de la enfermedades crónicas (diabetes o hipertensión), y trastornos metabólicos involucrados en su aparición, así como sensibilizar a la población en conocer el estado de su salud renal a través de dos pruebas simples: un análisis de sangre llamado tasa de filtración glomerular (TFG) y una prueba de orina llamada relación de albúmina-creatinina (RACO), la cuales pueden revelar la presencia de disfunción renal.
La especialista explicó que la tasa de filtración glomerular (TFG), evalúa si los riñones están filtrando de manera adecuada las toxinas y exceso de agua en la sangre para eliminarlos a través de la orina, ello, debido a que si estos han sufrido daño por una enfermedad renal, no pueden filtrar la sangre tan rápido como deberían.
A su vez, la prueba de albúmina-creatinina (RACO) muestra si los riñones están filtrando proteínas (albúmina) en la orina, así como los niveles de creatinina (producto de desecho generado por los músculos), lo cual puede significar daño renal.
En este sentido, es importante mencionar que si la enfermedad renal crónica se diagnostica en etapas avanzadas, aunado a las limitaciones en el acceso a terapias sustitutivas renales (diálisis y hemodialisis), estos, son factores que influyen en la alta mortalidad en la población mexicana, sobre todo en estados con mayor pobreza, debido a los costos elevados de ese tratamiento.
Al respecto, la doctora Nadia Saavedra refirió que Laboratorios Columbia cuenta con el Programa PreserveCe Diagnóstica, el cual esta dirigido a médicos de primer contacto y cuyo objetivo es diagnosticar oportunamente la ERC en pacientes con factores de riesgo como síndrome metabólico, diabetes e hipertensión arterial.
“Con el apoyo y la evaluación clínica del médico tratante, este programa ofrece a los pacientes con riesgo de ERC la realización de exámenes de laboratorio sin costo, a fin de identificar si existe algún grado de daño renal para poder brindarle a tiempo una terapia que ralentice la progresión de la enfermedad, promueva una mejor calidad de vida y disminuye el riesgo de complicaciones a largo plazo”, destacó la nefróloga.
“Los exámenes consisten en la toma de muestra de sangre y de orina para determinar la tasa de filtración glomerular, la urea y la cantidad de proteínas eliminadas por la orina (relación albúmina/creatinina en orina), marcadores que descartan o confirman la presencia de ERC”, explicó.
De confirmarse la presencia de ERC -dijo- el tratamiento debe centrarse en disminuir la progresión de la enfermedad, así como disminuir complicaciones potencialmente letales, así como impactar en mejorar la calidad y expectativa de vida, precisó el especialista certificado por el Consejo Mexicano de Nefrología.
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