Con la mira puesta en inhibir que migrantes que se encuentran en las orillas del río Bravo, en Ciudad Juárez, Chihuahua, traten de cruzar hacia territorio estadounidense por El Paso, Texas, este lunes al menos 100 agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) encabezados por su comisionado, Francisco Garduño Yáñez, llevaron a cabo un operativo conjunto con autoridades locales, sin encontrarse con migrantes en la zona.
El operativo se llevó a cabo a la orilla del río Bravo pero no encontraron migrantes y ya entrada la tarde se desconocía información sobre alguna detención.
Uno de los recorridos se llevó a cabo junto a la Plaza de la Mexicanidad, en Ciudad Juárez, punto que ha sido utilizado en varias ocasiones por los migrantes para montar sus campamentos.
Francisco Garduño evitó dar detalles sobre el operativo y ante preguntas de cuál es el objetivo de este despliegue de caza-migrantes en el lado mexicano se limitó a responder: “Nada, nada”.
El operativo antiinmigrante se registra un año después del incendio registrado en un albergue bajo control del INM y en el que perdieron la vida 40 personas originarias de Guatemala, Venezuela, Colombia, Honduras y El Salvador.
En el lado mexicano del río Bravo generalmente no permanecen migrantes, porque inmediatamente cruzan el río y se ponen “a salvo” de las autoridades mexicanas en la rivera del lado estadounidense.
Este domingo, poco antes del operativo lanzado este lunes, medio centenar de migrantes lograron cruzar la alambrada de navajas y se metieron hasta el muro fronterizo donde ya sólo esperaban ser trasladados a una estación migratoria estadounidense.
En la última semana, el punto 36 de la frontera entre Juárez y El Paso ha sido utilizado por más de un millar de migrantes para llegar al lado estadounidense y empezar su proceso de asilo o refugio.
La frontera entre Juárez y El Paso ha sido epicentro del flujo migratorio desde 2023, cuando México reportó una subida de cerca del 77 % en la migración irregular con más de 782.000 extranjeros indocumentados detectados.
La tensión ha aumentado desde el año pasado, cuando el gobernador de Texas, Greg Abbott, colocó una cerca de púas que se niega a quitar pese a un fallo de la Suprema Corte de Estados Unidos y ahora busca implementar la Ley SB4 para que las autoridades estatales puedan realizar tareas migratorias, una facultad del Gobierno federal.
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