¿Cómo nace un estado, una entidad libre y soberana? Es una pregunta que el escritor Enrique Ibarra Pedroza, secretario de Gobierno, responde con datos y datos y mucha historia a lo largo de 264 páginas de su libro “El nacimiento de Jalisco 1808-1025” en el marco de la celebración de los 200 años de la fundación de lo que fue la Nueva Galicia, nombre que recibió esta entidad del occidente mexicano durante la Nueva España.
Ibarra relata la historia de la entidad a partir de hechos fundamentales, desde el surgimiento de la Nueva Galicia y la llegada de Fray Antonio Alcalde como obispo de Guadalajara, hasta la lucha independentista que culminó con la primera Constitución de Jalisco y la elección del primer gobernador constitucional, Prisciliano Sánchez Padilla (1783-1826).
Los abrazos, no balazos datan de hace 200 años
En esa ruta historiográfica destacan hechos que no pasaron inadvertidos para José Woldenberg, expresidente del IFE (hoy INE), por ejemplo, en que aquella época se buscaban vías pacíficas para lograr la independencia de la Nueva España. Las tensiones por las indefiniciones de los luchadores mexicanos se acrecentaban.
“El tema de los abrazos, no balazos, no es nuevo”, y así lo descubrió Enrique Ibarra, a través de encontrar las referencias de las cartas escritas por la esposa de Pedro Romero de Terreros.
“Cada día la escasez y la miseria se apoderan de este país, pero como quieren los que ahora lo mandan que esto se componga a balazos y no con abrazos, como debe de ser”. El público presente en la presentación del escrito soltó carcajadas ante el pasaje que refería Woldenberg, quien destacó que en Jalisco surgieron grandes batallas electorales.
Al hablar de su obra, presentada en la librería del Fondo de Cultura Económica, en la colonia Condesa de la Ciudad de México, Enrique Ibarra destacó la labor libertaria de Miguel Hidalgo y Costilla, un hombre cuya historia también tiene los más atroces claroscuros.
“Lo reprobable e injustificable de la actuación de Hidalgo en Guadalajara fue haber autorizado y ordenado la ejecución (mediante el degüelle), sin causa alguna, de cientos de españoles, por el sólo hecho de su oriundez ibérica”.
Y agrega el escritor que el gran libertador también era mal visto por su compañía femenina, pero en el libro revela que el cura tuvo dos hijas.
Editado por El Colegio de Jalisco, la obra de Enrique Ibarra debe ser leía para adentrarse a entender cómo nace un estado libre y soberano, cómo se dio la separación de la Iglesia-Estado, aun cuando muchos clérigos llegaron al poder civil.
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