El narcotráfico ha causado estragos entre los pobladores de la sierra de Chiapas. Alrededor de 1,300 habitantes de las comunidades Río Guerrero, La Pureza, La Playa, Zacatonal y Zacualtipán, ubicadas en Amatenango de la Frontera, se encuentran incomunicados desde el pasado domingo.
Y es que integrantes de cárteles de la droga derribaron el puente que cruzaba el Río Grijalva, el cual era la única conexión con otros municipios de la región.
Esta área fronteriza con Guatemala ha sido escenario de violentos enfrentamientos entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en alianza con el Cártel de Chiapas y Guatemala, y el Cártel de Sinaloa, que se disputan el control territorial.
La situación en estas comunidades es crítica. Los habitantes han denunciado que no tienen acceso a alimentos, y los niños y niñas viven aterrorizados por la violencia que los rodea. A finales de julio, cientos de pobladores de la región huyeron hacia Guatemala buscando refugio ante la falta de seguridad en sus comunidades.
Los habitantes de la Sierra de Chiapas han expresado su desesperación ante el abandono del gobierno estatal. En una carta firmada por el "Pueblo de la Sierra de Chiapas", denuncian la falta de respuesta de las autoridades, en particular del gobernador Rutilio Escandón, a sus peticiones de auxilio.
"Todo esto se está convirtiendo en un terrorismo que afecta a miles de familias", lamentaron en el documento. Ante la falta de protección, los pobladores han recurrido a la creación de grupos de autodefensas, aunque estos esfuerzos no han sido suficientes para detener la violencia.
Luis Abarca, activista del Comité Digna Ochoa, señaló que las Fuerzas Armadas, en lugar de proteger a la población, han permitido que los cárteles actúen con impunidad.
Además, acusó al Ejército mexicano de estar coludido con el crimen organizado y de ejercer violencia contra los habitantes de la región. La ausencia de seguridad ha dejado a las comunidades vulnerables al reclutamiento forzado y al terror impuesto por los cárteles.
El aislamiento de las comunidades en la Sierra de Chiapas no es un fenómeno reciente. El pasado 17 de octubre, grupos del crimen organizado bloquearon los accesos a los municipios de Tila y Yajalón, al norte de Chiapas, lo que dejó a miles de personas sin comunicación y sin electricidad durante varios días.
En ese momento, hombres armados recorrieron la zona, generando miedo entre los habitantes y reforzando el control territorial de los cárteles.
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