Sergio Carmona murió baleado en Nuevo León, en 2021. Era un empresario que buscaba enrolarse en las elecciones de ese año, especialmente en las de Tamaulipas, donde su área de influencia era particularmente Reynosa. Junto con su hermano, Julio, desde entonces fue señalado por el PAN como el hombre pivote de operaciones financiero-electorales poco claras en torno a Morena. El partido del presidente arrasó en esas elecciones y los señalamientos de que Morena había usado a los Carmona continuaron surgiendo desde el PAN.
La cercanía de Carmona con morenistas es clara, e incluso se sabe que el empresario asesinado buscó en su momento al entonces candidato Américo Villarreal, pero lo que las acusaciones panistas omiten es que Sergio Carmona, como empresario con contratos especialmente favorables, apareció al cobijo de la administración Cabeza de Vaca. En efecto, documentos oficiales muestran caudalosos contratos de adjudicación directa a sus empresas, hasta por 2020 millones de pesos en el año 2017, y que le permitieron incursionar en intervenciones a infraestructura hospitalaria, un quehacer del que nunca se dio explicaciones a la adjudicación directa, sin licitación, a firmas que carecían de experiencia.
Las adjudicaciones continuaron aun en el último año de Cabeza de Vaca.
Los señalamientos más recientes de los panistas contra los morenistas se basan en una grabación clandestina a Horacio García Rojas, ex funcionario de Francisco García Cabeza de Vaca. García Rojas aparece en un restaurante en EU acompañado por una persona de la que no se revela la identidad y a quien trata de convencer de que cuenta con acuerdos con morenistas, de todo el país, para hacer negocios a partir, justamente, de contrataciones de gobierno.
Lo que García Rojas omitió recordar en su relatoría es que (como constata su firma en el procedimiento) fue él quien como subsecretario de Planeación estatal avaló la contratación directa de las empresas de los carmona para contrato denominado Prestación del Servicio Integral de Mantenimiento a una buena parte de unidades médicas en territorio tamaulipeco. Todo en el sexenio de Cabeza de Vaca y con García Rojas como subsecretario de Planeación y por quien pasaba todo ese compendio de contrataciones destinadas al mantenimiento de la vital red hospitalaria, como lo prueban los oficios que firmó en torno a este tema.
Grupo Joser, una de las empresas implicadas, se dedicaba hasta entonces a la venta y reparación de aparatos de refrigeración y aires acondicionados, además de compra-venta de vehículos automotores.
Con esos contratos, hermanos Carmona recibieron ingresos por cientos de millones de pesos y dieron el salto a la notoriedad en el entorno gubernamental y de los partidos en el poder. Sergio particularmente logró ser un personaje constante en el ámbito tamaulipeco. Su muerte violenta y la huida de su hermano al extranjero cerraron la parte más intensa de esta historia.
Finalmente, un último capítulo aparece con García Rojas y la grabación que le lograron hacer clandestinamente. Al final, en esa grabación, prefirió no recordar que a Carmona lo habían matado a balazos (“lo asaltaron”, dijo) y optó por ocultar igualmente que ese gran amigo y él habían crecido a la sombra del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca.
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