Las mujeres que padecen diabetes tipo 2, corren mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama, requieren una vigilancia médica más estrecha.
Lo anterior, debido a que resultados de una investigación realizada por médicos de Johns Hopkins, señala que los pacientes con cáncer de mama tienen casi un 50% más de probabilidades de morir por cualquier causa si también tienen diabetes, señaló Arlette Ramírez, educadora en diabetes de Ultra-Fine.
En este sentido, mencionó que para las personas que enfrentan a un diagnóstico de diabetes “no es cualquier cosa, (ya que ello), implica muchas emociones al representar pérdida de salud, así como enfrentarse a cambios que están considerados como ‘muy estrictos’ en lo que había venido siendo su estilo de vida”.
Lo mismo ocurre cuando las personas, sobre todo en mayor porcentaje, las mujeres se enfrentan a un diagnóstico de cáncer de mama, aunque en estos casos, “al ser percibido como algo más amenazante y mortal, tiende a opacar la atención que merece el cuidado de la diabetes”.
Esto ocasiona, que el cuidado y atención que merece la diabetes mellitus, suele dejarse de lado “cuando realmente es una enfermedad sistémica importante que afecta de muchas formas diferentes partes del cuerpo si no es controlada de manera adecuada”.
En este sentido, y de cara a la próxima conmemoración del Día Internacional de la Lucha Contra, el próximo día 19 del mes en curso, Arlette Ramírez, destacó la importancia de brindar una mejor atención médica al paciente con ambos padecimientos en materia de detección oportuna, tratamientos, ajustes en el estilo de vida y demás medidas que impulsen la salud y bienestar integral.
Resaltó que datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que el cáncer de mama es la principal causa de mortalidad en las mujeres, ya que tan sólo en 2020, alrededor de 685,000 mujeres murieron a consecuencia de esa enfermedad.
Resaltó que la paciente que vive con diabetes tiende a ser diagnosticada con cánceres de mama en etapas más avanzadas y a recibir regímenes de tratamiento alterados y potencialmente menos efectivos.
La mayor tasa de mortalidad también puede estar relacionada con el hecho de que llegan al tratamiento del cáncer de mama menos saludables que otros pacientes que no viven con diabetes.
Por ello, resaltó que la o el paciente que vive con diabetes y cáncer “es fundamental que se mantenga un control adecuado de los niveles glucémicos durante y después del tratamiento oncológico, para un mejor pronóstico en sus resultados y calidad de vida, para lo cual es necesario: mantener una alimentación saludable, activación física, manejo de las emociones y apego al tratamiento farmacológico (ya sean medicamentos orales, aplicaciones de insulina o ambos), y recordó que para que funcione de forma exitosa la insulina, debe inyectarse con agujas ultra finas y cortas (de preferencia de 4 o 6 milímetros para plumas precargadas o insulina convencional, respectivamente, y permita que la insulina se deposite en el tejido subcutáneo, rotar los sitios de inyección constantemente en parte externa del brazo y la zona circundante al ombligo así como en la parte exterior de las piernas y no reutilizar la misma jeringa.
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