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Para avanzar en la atención de las prioridades y rezagos que enfrenta el Sistema Educativo Mexicano, la organización Mexicanos Primero solicitó a la nueva Secretaria de Educación Pública (SEP), Leticia Ramírez Amaya, su plan contingencial de corto plazo.
Debido a que sólo tendrá 25 meses para desempeñar su cargo y “enfrentar la crisis más grave en los últimos años en materia educativa por los estragos de la pandemia y el encierro”, este plan se hace más necesario.
Fernando Alcázar, director de Judicialización en Mexicanos Primero, dijo en conferencia de prensa que el descontento de los maestros sigue latente; no se ha atendido el abandono escolar ni mejoró lo suficiente la infraestructura de las escuelas.
Explicó que tampoco remontaron los principales obstáculos que limitan el aprendizaje de millones de niños y jóvenes estudiantes.
“El programa de infraestructura más importante del gobierno federal, La Escuela es Nuestra, debe solucionar las carencias para las que fue creado; corrupción e imposición de obras son las características de este programa que ha recibido más de 20 mil millones de pesos desde 2019, y no se ve dónde están esos recursos”, señaló Alcázar.
Este año, detalló, deberá asumir la impartición de horas adicionales y servicios de alimentación, en un contexto de múltiples dudas para su implementación.
Fernando Alcázar se refirió también al cambio a los planes y programas de estudio y en libros de texto; dijo que se está dando con un debate abstracto que se ha quedado en lo ideológico y no toma en cuenta la participación de los docentes.
“No hace auténticas consultas previas a personas con discapacidad y personas pertenecientes a comunidades indígenas, como lo marca la ley, ni tampoco prevé la participación de niños y jóvenes”, manifestó.
Por su parte Jeny Farías, directora de Proyectos en Mexicanos Primero, explicó que, al convertirse en la tercera secretaria de educación en lo que va del sexenio, a Ramírez Amaya le toca enfrentar una crisis mayúscula en materia educativa.
“Los estragos de la pandemia y el encierro que siguen sin ser atendidos, como el daño a la salud socioemocional, la pérdida de aprendizajes y el abandono escolar”, aún no cuentan con diagnóstico ni mucho menos con un plan de atención, señaló.
Las escuelas públicas se hallan sin protocolos de salud obligatorios, ni insumos para la prevención, además de la falta de vacunación a todos los niños y adolescentes que regresarán a clases este mes, detalló.
Jeny Farías recordó que en los últimos diez años han pasado -incluyendo los siete secretarios de educación federales- un total de 215 secretarios de educación en el país; si hubiesen completado sus designaciones, hubiesen sido menos de cien, y solo 8 de los 43 que ha habido en toda la historia de la SEP.
El promedio de tiempo en el cargo en la última década es de 2.2 años por secretario; la maestra Delfina, ahora exsecretaria, duró menos que este promedio, detalló.
La política pública educativa ha despojado a millones de niños y adolescentes, ha beneficiado a pocos adultos, y ha pactado con las cúpulas sindicales la basificación apresurada de maestros, pero despreciándolos en su formación.
A las familias y a la sociedad, dijo, se les ha transferido el costo del encierro y de la conectividad, de los suministros y las tareas para abrir las escuelas sin que se les escuche ni consulte.
Leer sin comprender
Jeny Farías comentó que ante este contexto, la nueva secretaria Ramírez Amaya su equipo “deben demostrar su interés por la educación con voz propia, con vocación y con el compromiso a quedarse e involucrarse, sin pensar en un siguiente cargo”.
Dijo que la nueva titular de la SEP debe tener en cuenta que el 49.3 por ciento de los jóvenes entre 10 y 15 años no comprende un texto de 4to grado de primaria.
Mexicanos Primero pidió a la secretaria Ramírez Amaya aumentar la capacidad de articulación en la SEP y la colaboración de pares con los estados, dejando atrás la negación a aprender de sus buenas prácticas.
“Apertura al diálogo, a la rendición de cuentas, a la recepción de la crítica que construye y dejarse ayudar por organizaciones, organismos y expertos en el sector; que su cercanía de 28 años con el Presidente sea un respaldo y no un impedimento para ejercer un liderazgo claro, no escondido ni negligente, como el de la etapa que se cierra”, señaló.
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