La incorporación del senador Jorge Carlos Ramírez Marín a la bancada del Partido Verde Ecologista (PVEM) para contender por la gubernatura de Yucatán produjo una oleada de críticas por parte de los integrantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y un cisma en el ámbito político.
El enojo de estas figuras se debe a que Jorge Carlos Ramírez Marín, actual senador y quien sumaba casi 30 años de trayectoria en dicho partido, era un activo con una cara presentable al que el PRI podía mandar con confianza a cualquier mesa política. Al senador le daba lo mismo discutir con Loret de Mola o aceptar la más difícil entrevista con Joaquín López Doriga. Se trata de uno de los pocos perfiles equilibrados.
Secretario durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, los dos siguientes funcionarios que ocuparon el cargo fueron acusados por diversos delitos e, incluso, pasaron tiempo en prisión. Hasta el momento, no se sabe que el senador tenga algún proceso en su contra. Por lo tanto, la salida de Marín desnuda al PRI y lo deja sin posibilidades para negociar ante las próximas elecciones.
Asimismo, el PRI se molestó porque el senador descubrió lo que se estaba tramando. El triunvirato Rolando Zapata, Alejandro Moreno “Alito” y Mauricio Vila se presentará a competir a 2024 con el único fin de proteger lo que tienen hasta ahora, que se ha incrementado sexenio tras sexenio, sin importar la “vigilancia” de la 4T y exaltando los lazos entre funcionarios federales y el gobierno de Yucatán.
Además, con su salida, el partido que preside Alejandro Moreno pierde la oportunidad de negociar, ya que tienen un porcentaje de 8% en las posibilidades de regresar al gobierno en 2024, un 8% que representa casi en su totalidad Ramírez Marín, quien fue el único en ser elegido por voto directo en 2018 y recibió el apoyo de 100 mil personas en 2021.
Cabe recordar que durante una entrevista realizada para el medio Claroscuro, el senador declaró que el “PRI debió de haber sido enterrado hace tiempo” y que “negarse a enterrarlo es solamente negarse al reto, a la bondad, de un nuevo comienzo”. De nueva cuenta, el senador exhibe la debilidad de un partido que no ha cambiado los modos de actuar en cien años. Su salida era necesaria.
En tanto, este cambio político pone a Movimiento Ciudadano como una opción más viable que el PRI para las próximas elecciones en Yucatán.
Con una amplia trayectoria, vigente en la política desde hace décadas, el senador tiene muchos méritos legislativos. Ha impulsado iniciativas importantes como Clínicas Comunitarias Wilma Marín, el acuerdo nacional de uso de plásticos, el programa de telefonía e internet gratuito, el apoyo a mujeres adultas mayores, eliminar los impuestos de los productos de higiene femenina y la protección digital de infantes y adolescentes.
En la pandemia creó programas para apoyar la reactivación económica. El PRI, en este caso, no le dio la oportunidad, pues estaba abanicando al PAN, algo que el senador rechazó por considerarlo “poco digno”. Con Ramírez Marín, la bancada del Verde tiene hoy por hoy el mismo peso que el PRI.
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