Al cierre del primer semestre del año, Grupo Financiero Banorte, destacó que en el periodo, el entorno estuvo caracterizado por el constante retraso de las expectativas sobre bajas en las tasas de interés y un crecimiento más robusto de lo anticipado.
En su Análisis Económico y Estrategia de Mercados, además se resaltó que la inflación siguió descendiendo en la mayoría de los países, aunque a ritmos muy diferentes. Mientras tanto, los conflictos geopolíticos y las elecciones que se llevaron a cabo siguieron generando nerviosismo, aunque en la mayoría de los casos de manera temporal.
El optimismo por una nueva revolución industrial debido a los avances en inteligencia artificial siguió impulsando al sector tecnológico alrededor del mundo.
En el mercado accionario, Estados Unidos fue claramente el ganador. Esto se hace más significativo si comparamos los rendimientos en dólares ya que esta moneda extendió las ganancias frente a desarrollados y emergentes.
El índice global de acciones subió un poco más de 10%, con el S&P 500 y el Nasdaq en máximos históricos. Europa avanzó entre 5% y 6%.
En Asia el desempeño fue mixto entre países y América Latina fue la excepción. En las principales plazas bursátiles de esta última solo Colombia subió. México, Chile y Brasil perdieron.
Las tasas de interés subieron con fuerza. Con ello se extendieron las pérdidas del 2023, que de por si fue un año muy complicado. La pérdida total en dólares de los índices globales de deuda soberana y/o corporativa con grado de inversión osciló entre 2.5% a 3.5%.
En emergentes, los altos réditos de corto plazo significaron elevados pagos de intereses, ayudando a compensar por importantes pérdidas de capital. Sobre estas últimas y como ejemplo, las tasas de los bonos M se presionaron cerca de 100 puntos base. Aunque si se considera a ambas fuentes de rendimiento, las ganancias fueron moderadas.
En este sentido, uno de los índices más seguidos de deuda soberana para este grupo de países avanzó cerca de 2%, al tiempo de que las materias primas, el petróleo, el gas y la gasolina observaron un repunte.
Lo mismo ocurrió con los precios de los metales con las notables excepciones del acero y el hierro. La mayoría de los bienes cayeron a pesar de los amplios desafíos para el sector primario debido a las disrupciones ocasionadas por fenómenos meteorológicos y el cambio climático.
Finalmente, una constante en todas estas categorías fue que la volatilidad se mantuvo contenida o con una ligera tendencia a la baja. Tras un desempeño relativamente bueno en una amplia cantidad de activos, los inversionistas se cuestionan sobre los ajustes que deben realizar en sus portafolios para el segundo semestre.
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