La caída en los ingresos petroleros de Pemex a las arcas públicas y el desempeño de las finanzas públicas en el 2023, donde el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador registra la mitad de los recursos que obtuvieron los presidentes Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón en su quinto año de gobierno, perfilan un 2024 donde “no se asegura la estabilidad fiscal en el futuro ni garantizan los derechos de los ciudadanos en el presente”.
Aunque la recaudación tributaria ha llegado a máximos históricos, no ha sido suficiente para compensar la reducción de los ingresos petroleros. Como consecuencia, se han hecho recortes discrecionales a sectores vitales como la salud pública, educación y la seguridad, según un análisis realizado de manera conjunta por el IMCO, México Evalúa y México, ¿cómo vamos?
Advierte que uno de los sectores más perjudicados fue el gasto funcional en salud, el cual ascendió a 808 mmdp en 2023, una caída de 3.4% (28 mmdp) frente al ejercido en 2022.
La razón del retroceso es que los distintos sistemas del sector público federal dejaron de gastar en su conjunto 6.9% o 60 mdp de los 868.1 mdp aprobados para el año.
“Se trata del mayor recorte al gasto en salud registrado en los últimos 20 años, tanto en porcentaje como en magnitud total”, acusa.
El recorte en salud se centró particularmente en los sistemas que atienden a las personas sin seguridad social.
En 2023, la Secretaría de Salud (SSA) sufrió un recorte de 49.5% (103.8 mmdp) frente al calendario aprobado. Si bien este recorte está relacionado con la transición del Insabi al IMSS-Bienestar, el gasto adicional de esta nueva institución de salud fue de 48.2 mmdp, con lo cual no se compensa ni la mitad del recorte a la SSA, y posiblemente siga dejando sin servicios de salud a millones de mexicanas y mexicanos.
El sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador ha tenido el desempeño más bajo de los últimos cuatro en cuanto a crecimiento de los recursos públicos: al quinto año de Gobierno, se acumula un incremento real de los ingresos totales del sector público de apenas 6.7% (443 mdp a precios de 2023), frente a 2018.
En contraste, durante el sexenio del presidente Peña Nieto los ingresos aumentaron 14.7% (847 mdp), es decir, 404 mil millones de pesos más que López Obrador.
Con Felipe Calderón la cifra es mayor, pues en ese sexenio los ingresos fueron de 20.3% (971 mdp) es decir, 528 mil millones de pesos más que con AMLO.
Pero eso no es todo, pues la caída en los ingresos que aporta Pemex al erario por la apreciación del tipo de cambio, pero también el estancamiento de la producción de crudo de Petróleos Mexicanos, también perfila problemas para las finanzas del país en los próximos años.
Los ingresos petroleros sumaron 1.08 billones de pesos en 2023, lo que representan 484 mil millones de pesos (31%) menos que en 2022, es decir, el segundo menor monto en los últimos 15 años.
De estos ingresos, sólo el 32% le correspondió a la Federación —la menor proporción registrada desde el año 2000— debido a la reducción de la carga fiscal de Pemex.
Lo peor es que “no existe un plan para sustituir la caída de los ingresos petroleros”, de acuerdo a este análisis.
En lo que va del sexenio, se acumula una caída de 14.5% (183 mdp) de los ingresos petroleros, que se suma a la disminución de 44.4% (1 billón) registrada durante el sexenio del presidente Peña Nieto.
De esta forma, las finanzas públicas se han ‘despetrolizado’ aceleradamente: al cierre del sexenio del presidente Fox, el 40% de los ingresos provenían del petróleo; al término de la gestión del presidente Calderón la proporción era de 39%, y con Peña Nieto de 19%. En 2023, los petroleros aportaron sólo el 15% del total de ingresos.
Este debilitamiento obligará al Gobierno a seguir otorgándole recursos a Pemex vía aportaciones de capital o estímulos fiscales, lo que disminuirá los recursos disponibles para proveer bienes y servicios en áreas como salud, educación y seguridad pública.
La Secretaría de Hacienda fue demasiado optimista al estimar una recaudación mayor (4.6 billones de pesos), por lo que los ingresos tributarios quedaron por debajo de lo programado en 2.2% (103 mdp).
Ante los menores ingresos públicos, se han aplicado recortes discrecionales al gasto público, vulnerando las oportunidades de desarrollo de las familias y la calidad de vida de la población
El análisis advierte que las as medidas de austeridad fueron aplicadas sin planeación entre las distintas dependencias y organismos públicos, y sin considerar las necesidades de la población ni las afectaciones que pudieran tener en la calidad de nuestra democracia.
Uno de los sectores más perjudicados fue el gasto funcional en salud, el cual ascendió a 808 mdp en 2023, una caída de 3.4% (28 mdp) frente al ejercido en 2022. La razón del retroceso es que los distintos sistemas del sector público federal dejaron de gastar en su conjunto 6.9% o 60 mdp de los 868.1 mdp aprobados para el año. Se trata del mayor recorte al gasto en salud registrado en los últimos 20 años tanto en porcentaje como en magnitud total.
El recorte en salud se centró particularmente en los sistemas que atienden a las personas sin seguridad social. En 2023, la Secretaría de Salud (SSA) sufrió un recorte de 49.5% (103.8 mdp) frente al calendario aprobado. Si bien este recorte está relacionado con la transición del Insabi al IMSS-Bienestar, el gasto adicional de esta nueva institución de salud fue de 48.2 mdp, con lo cual no se compensa ni la mitad del recorte a la SSA, y posiblemente siga dejando sin servicios de salud a millones de mexicanas y mexicanos.7
Otra dependencia castigada fue Pemex, la cual debía erogar 678.4 mdp, pero se quedó 15% por debajo de ese monto (102 mdp). La mayoría de los recortes se deben a una reducción de la inversión física programada, con lo cual se pierde la oportunidad de una mejora productiva de la empresa y aumenta la probabilidad de una mayor insolvencia financiera de la petrolera hacia el futuro.
En 2023, el gasto federalizado fue de 2.4 billones de pesos, 2.8% (69 mdp) menos que en 2018. Preocupa que las entidades tengan necesidades crecientes pero menos recursos. Destacan las Participaciones Federales, las cuales llegaron a 1.1 billones de pesos, pero se quedaron 5.9% (71.5 mdp) por debajo del programa, debido a los retrasos en la recaudación tributaria y petrolera.
La inversión física sufrió en 2023 un recorte de 10.2% (100 mdp) frente a 2022 y se colocó en 886 mdp. Destaca negativamente que el avance de la inversión física fue de sólo 79.5% del programa aprobado, el más bajo en más de una década. En total, se dejó de gastar 20.5% de lo programado para inversión, equivalente a 228 mdp.
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